Y lo digo de muy buena Fe
Rezaba aquella canción de El Último de la Fila en una estrofa cargada de sinceridad "Mi primo, que tiene un bar, desde siempre me ha dicho -y me consta que todo lo dice de muy buena Fe- tanto tienes, tanto vales; no se puede remediar. Si eres de los que no tienen, a galeras a remar". Y pocas veces pueden verse unos versos son tan honestos como estos.
Las letras de El Último de la Fila siempre han sido francamente buenas. En general, todos los trabajos de Manolo García han sabido transmitir mucho con muy poco, y siempre desde una más que respetable sinceridad. Lo normal en canciones de amor y desamor es romantizar lo que se cuenta, pero en Como un burro amarrado en la puerta del baile, canción de la que salen las pocas líneas que dan nombre y sentido a esta entrada, no se trata de mentir al oyente en ningún momento. El Último de la Fila te dice a la cara en esta simpática canción tanto tienes, tanto vales y de alguna forma no resulta tan triste como debería. La melodía que acompaña, el resto de las letras y el mensaje que se transmite termina siendo bastante positivo. En la misma canción, el mismo personaje que narra la historia que se nos cuenta dice sentirse como aquel ladrón que busca su fortuna en un callejón por donde nunca pasa nadie. Como un burro amarrado en la puerta del baile.
A pesar del tono de todas estas líneas, todo cambia cuando llega el estribillo y se dice aquello de y si solo tengo amor, ¿Qué es lo que valgo yo? Si tengo ganas de bailar, ¿Para qué voy a esperar? Ahora necesito amor, es mi única ambición. Y como yo no sé bailar, a galeras a remar. De repente el optimismo y la esperanza se apoderan del personaje que protagoniza la canción, aunque reconoce que para lograr aquello que desea, que no es otra cosa que amor, tendrá que realizar grandes esfuerzos.
La expresión A galeras a remar es tan antigua como uno puede llegar a pensar. Propia de un castellano bastante lejano, hace alusión a la pena que se aplicaba a ciertos delincuentes y al trabajo que realizaban voluntarios que se veían forzados a remar en una galera por no encontrar otro trabajo u oficio. Era la época de los galeotes, esclavos forzados a remar en una galera. Hace ya siglos de aquello, pero la expresión que nos atiende pervive hasta estos días. De esta manera, la expresión A galeras a remar hace alusión a los estratos más bajos de la sociedad, a aquellos con menos recursos, menos posibilidades y menos facultades. En definitiva... a los que no tienen. La vida del galeote era durísima y el trabajo a realizar requería de grandes esfuerzos, por lo que puede entenderse que si tienes que ir a galeras a remar es porque necesitarás hacer grandes esfuerzos para lograr algo. Tengo cuentas pendientes con cierta Diosa, y Preliatore ata todos los cabos, aunque sea en forma de mensaje a vosotros, mortales.
Tanto tienes, tanto vales. En el amor cuentan siempre muchas cosas, pero algunas pesan más que otras. Ser atractivo, bello y hermoso siempre será lo primero; pero también es valorado ser gentil, amable, empático, sensible, comprensivo... una plétora de cualidades que, seas chico o chica, vas a necesitar en algún momento con toda seguridad. Por supuesto también influye tener dinero y muchos recursos. Y ni que decir hay que para triunfar en el amor hace falta atrevimiento, osadía y valentía, pero sobre todo hace falta talento. La canción nos habla acerca del baile y lo cierto es que no puedo negar que es algo que está muy bien pensado. Para bailar hace falta talento, hay que saber. Pero también existen unas implicaciones en el baile. Bailar es una acción casi ritual, sobre todo en el contexto del ligue. Es un comportamiento propio de la naturaleza, casi animal. Como cuando los pavos muestran sus plumas en vista de impresionar a la pava de sus sueños. En el mundo de los pavos, el plumaje es lo que determina qué macho se apareará con las hembras, en plural, porque es una de esas especies polígamas. La hembra será la que en todo momento decida qué macho le resulta interesante en base a sus plumas. Y como hacen los humanos en función del atractivo físico y las formas y maneras, las hembras de pavo seleccionarán al pavo con mejores genes para su descendencia. El baile no es muy distinto a esto. Hay bailes y bailes. Algunos más sutiles, otros más sugerentes y otros simplemente directos. En algunos se busca demostrar cualidades como el tacto, el porte y la gentileza; mientras que en otros, también muy importantes, se trata de emular los movimientos que se realizan en el acto sexual. Los rituales de apareamiento de los humanos realmente no son tan complejos como ellos quieren creer. De hecho, no son muy distintos de los que presentado con el caso de los pavos.
Si no sabes bailar y tampoco sabes bailar, entonces no tienes talento. De nuevo, no tienes. Y si no tienes, a galeras a remar. Para alguien que no resulte atractivo, no posea bienes materiales y tampoco tenga ni los gestos ni las virtudes necesarias para conseguir una pareja; no le queda otra que esforzarse mucho más que aquellos que sí tienen alguna o varias de esas características para conseguir el amor que tanto anhela. El talento es sin duda una de las cosas más importantes a la hora de encontrar a ese alguien, ya que es la que puede cubrir las carencias en físico y recursos. Pero cuando te ves sin ni una cosa ni otra, solo queda remar.
Es interesante como la canción dice en un punto Que aunque muy chico y muy feo, piloto de aeroplanos soy. Es una de esas frases que le dan el tono simpático a la canción, pero también que sugiere que nuestro protagonista y narrador se está esforzando para impresionar de alguna forma a la chavala que le gusta. Hay veces en la vida en las que se necesita y se percibe mucho más esfuerzo que talento. Esta es una de ellas desde luego.
Preliatore, preso de su propio mundo, no es quién para aconsejarles al respecto. No es especialmente atractivo ni pretende serlo, no tiene ni el dinero ni el exceso de medios, no es empático o gentil como debería ser y su habilidad para la comunicación en un registro de interés romántico-sexual es absolutamente nula. Su comportamiento prácticamente autista no sirve de ayuda tampoco y potencia mucho la falta de atrevimiento para expresarse en el registro necesario para encontrar una pareja o algo que se le parezca. Por no tener no tiene ni el interés ni las ganas, de modo que no somos aquí ninguna autoridad en la materia. Sin embargo, lo que si les puede decir Preliatore a ustedes, amigos que estén interesados en encontrar a alguien con quien compartir emociones, momentos, historia y -no engañan ustedes a nadie- sobre todo alcoba es que, si no poseen ustedes ni el atractivo, ni la personalidad, ni el dinero, ni el talento es que hagan tanto esfuerzo como les sea posible para lograr la sensación de amar y ser amado. Al menos la sensación, claro, porque llegar más allá ya es otra Historia... ¿Recuerdan aquella entrada, Venus Versus Preliatore? Sí, yo también, y sigue siendo veraz a día de hoy. No termino de encontrar la forma de reconciliarme con Afrodita y sus talentos a pesar de que le tengo, eso sí, el máximo respeto. [Deslizo, mientras escribo estas líneas amigos, una mirada hacia arriba con un aire de nostalgia y alegría acompañada de una pícara sonrisa]
Existe un concepto fundamental detrás de todo que se impone a todos los demás. Les digo que deben esforzarse para que no se desmotiven, ya que son ustedes personas frágiles, de egos maltrechos, complejos escondidos y con poca fortuna; pero lo verdaderamente importante es, como en muchos otros casos, tener un mínimo de talento o como lo llamamos por aquí tener mano. A diferencia del talento en cuestiones de habilidad y destreza, tener mano es algo que se puede aprender y desarrollar sin demasiado problema. Quizá con mucha paciencia y desilusiones, pero el que algo quiere algo le cuesta. Ya les he insistido muchas veces en que en este blog no vais a encontrar autoayuda. Aquí se dicen las cosas como son. Nada de afirmaciones positivas vacías, mentiras piadosas y medias verdades.
Entonces tener mano es algo que alguien tiene o no tiene, pero si no tiene puede llegar a tener. Para ello simplemente hay que conocer las reglas del juego y jugar en torno a ellas. La mayoría de la gente hace el ridículo porque no tiene ni el conocimiento ni la habilidad para lograr su objetivo, pero hacer el ridículo no deja de ser parte del proceso para el que esté interesado. Por eso yo no lo estoy. En cualquier caso es, como menciono, más fácil de lo que creen. Tras una serie de fracasos estrepitosos es probable que todo salga a pedir de boca, eventualmente. Pero es igual, porque aquí ya se explicó que el Fracaso es una opinión en su día. El Fracaso, claro, porque el ridículo al no ser algo que dependa de ti exclusivamente ya es otro rollo. Eso sí, el ridículo es una sensación y ya depende de como te lo tomes. Está todo interrelacionado, uno puede sentir que está amando o siendo amado (o justo lo contrario) y que no sea así; pero también puede sentir que está haciendo el ridículo (o justo lo contrario) y que no sea así. A todo se le puede dar la vuelta de alguna forma para que resulte beneficioso o en el peor de los casos menos perjudicial. Como la cosa va de sensaciones y yo no trabajo con tal cosa tampoco les puedo aconsejar, pero realmente no pretendo hacerlo. Mis pretensiones aquí son diferentes, solo quiero que ustedes entiendan el mensaje que subyace en todo el texto. Como tantas otras veces.
Ustedes los mortales se enamoran de imágenes y sensaciones. A veces absolutamente inalcanzables, por lo que estadísticamente será imposible saciar esas pasiones que, a la larga, se terminarán convirtiendo en una mina de frustraciones y desesperación. El corazón humano es tan simple e ingenuo... Menos mal que todas las cosas son llevadas por el Tiempo y por caprichos del Destino esas pasiones pasarán y darán lugar a otras que puede o puede que no sean más razonables. Lo más seguro es que al ser más razonables si tienen ustedes recursos, personalidad o atractivo sean capaces de cumplir con vuestras ambiciones. Si no es así, siempre os quedará tener talento o haber aprendido a tener mano, a veces a base de más esfuerzo que otra cosa. Al final, dentro de ese microcosmos de casualidades, posibilidades y opciones, siempre se acaban tomando las decisiones correctas (se acaba teniendo mano) en un determinado contexto para que se prenda la chispa necesaria. Pero la lotería no toca si no la juegas, ¿no?
Deben quedarse con que siempre van a tener que poner mucho de vuestra parte para que las cosas salgan como quieren. Esto es estrictamente así para esto y para todo si no tienes la suerte de que en la lotería genética se te premie con buenos genes; en la lotería hereditaria te queden grandes medios; o en la lotería psicoemocional seas bendito con grandes talentos. Suponiendo que seas un desgraciado o te consideres uno, entonces solo quedará remar. Aun pareciendo esto un Destino poco grato, lo cierto es que se trata de uno más o menos asequible, pues implica que siempre existirá esa oportunidad.
Yo de todos modos les pregunto. ¿Sienten ustedes por la persona adecuada? ¿Sienten ustedes acaso? Si es así en alguno de los casos solo tengan presente que tomar las decisiones correctas y tener más o menos mano es lo que determinará la distancia que ustedes tendrán que remar en sus respectivas galeras. Tanto tienes, tanto vales. No se puede remediar. Pero de muy buena fe os digo que, como para toda cosa, nunca existe un valor fijo. Hay subidas y hay bajadas de la misma forma que la basura de unos puede ser el tesoro de otros. Y ahí donde fuiste basura para uno, puedes ser el tesoro para otro.
Preliatore sabe de todo aquello de lo que habla. Háganle caso. Lo ideal en todo momento sería, como es lógico, poder existir por y para uno mismo en un estado de plenitud y serenidad inapelables. Pero eso es algo al alcance de unos pocos Elegidos. Solo las Estrellas brillamos con Luz propia después de todo. Muy posiblemente ustedes nunca serán como yo, pero al menos recibirán mi brillo. Tal vez, si los Dioses así lo consideran, algún día otros recibirán el vuestro si se tercia. Quizá no seáis una Estrella para todos y sí para alguien. O al menos así me gusta pensar que sería la... ¿Cómo se dice? Sensación que tendría quien de forma pura compartiese vuestra emoción. Yo no trabajo con sensaciones, ¿pero por qué no iban ustedes a hacerlo si así lo desean? [Os puedo caer mejor o peor, pero es innegable que lo tengo todo hilado y estructurado de una forma sublime]
No sé si estaré bajo su influjo, pero creo que a estas alturas os vais a ir con mejor sabor de boca del que creía en un primer momento. Para esto también hay que tener talento, pero no necesito que me lo digáis, ya sé que lo tengo. En ningún momento he dicho algo que sea insincero. Desde la mayor de las honestidades les he presentado las aventuras y desventuras del querer. Belleza, Suerte, Talento, Recursos, Mano... Todo importa, pero si os faltase algo de esto en algún momento, siempre os quedarán las manos para remar.
No suelo romper la quinta pared para dirigirme a alguien que no sean ustedes o Atenea. Pero esta entrada es una Epístola a los Enamorados. Solo a aquellos que aun no se han confesado y no han prosperado. Yo quiero confiar en ustedes amigos. Esto siempre será cosa de dos, de modo que el otro equipo también juega, quizá alguna vez sean ellos quienes tengan la iniciativa así que hagan el favor y si eso pasa no pongan el autobús. Y es una Epístola también a ti, Afrodita. Nos debe venir de familia, pero ya es la segunda en este rincón de internet en gesto de desafío pero también de afecto, en el fondo me caes bien y quiero tenderte mi mano. Solo te pido, querida, que les des a aquellos que lo anhelen lo que me negaste a mi. Emoción. Siempre habrá un corazón que valga la pena. Evita el naufragio de las tantas galeras que navegarán tus aguas, Diosa del Amor. Llévalas al buen puerto que les aguarda al otro lado de los mares de dudas. Condúcelas a la luz de este faro que pretenden ser mis palabras en el vasto océano del amar.
Sin ningún tipo de sorna, te quiere, Preliatore.
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