lunes, 2 de mayo de 2022

Hombre y Superhombre

El Hombre del Mañana: La Historia [detrás] de un Símbolo


Siempre he seguido con mucha intensidad el mundo de la viñeta. El cómic de superhéroes es uno de mis medios de entretenimiento favoritos. Tiene personajes interesantes e historias igualmente entretenidas. A menudo el nivel de dibujo es exquisito, y la variedad también es tremenda. Aunque en estos últimos años no le he dedicado tanto Tiempo como antaño siempre trato de estar al corriente de las nuevas historias y eventos que se producen en los grandes universos del mundo del cómic. De eso les quiero hablar aquí. Trataré de comentarles, extensamente, si les soy honesto, los problemas que atraviesa la industria, sus posibles causas y soluciones y, por supuesto como quizá intuya alguno, la historia de cierto personaje. 

El título de esta entrada hace alusión a un antiguo cómic de los Cuatro Fantásticos, concretamente el número 249 de su primer volumen, el cual data de 1982. Ha llovido mucho desde entonces, pero jamás podría olvidar un título tan bueno como Hombre y Superhombre. La historia en sí no es nada destacable y tiene una premisa más bien corriente para los estándares de los cómics. Gladiator, el personaje del que les voy a hablar, persigue a unos Skrulls con la intención de capturarlos hasta la Tierra. Los Skrulls como quizá sepan los aficionados del medio, tienen la costumbre de cambiar su aspecto y transformarse en otros seres, por lo que no es de extrañar que Gladiator acabase atacando a los Cuatro Fantásticos y a Franklin Richards (si, ese niño tan Poderoso), dándoles una paliza sin ningún tipo de problema, ya que los Poderes de Franklin aún no han despertado. 

El personaje de Gladiator hace su primera aparición en 1977 en una historia de los X-Men. Desde el primer momento se nos deja claro cual es la idea del personaje: es un tributo, homenaje, clon o referencia al buque insignia de DC, la otra gran casa del cómic de superhéroes. El nombre de Gladiator es Kallark, una evidente referencia a Clark. También se le conoce como Lal-Ke, un anagrama de Kal-El. Gladiator fue desde el momento de su concepción el primer Superman de Marvel con permiso de Hyperion. De hecho con este último se ha enfrentado y lo ha derrotado, lo cual sugiere que Gladiator podría ser más fuerte que el propio Superman. 

Sus Poderes y habilidades son prácticamente los mismos que los de Superman, razón por la que no es nada extraño que venciese a los Cuatro Fantásticos con tanta facilidad, pues este nivel de poder está varias ligas por encima del de los fantásticos. Además es resistente a la telepatía y ejerce cierto control sobre la gravedad. Es un moveset impresionante, pero habitual entre los personajes de estas características. 

Portada del número 249 del volumen 1 de los Cuatro Fantásticos. En ella vemos a Gladiator como figura central tras haberse impuesto a los Cuatro Fantásticos. En el fondo yacen inconscientes Sue y Johnny, mientras que el Superhombre levanta con un brazo a La Cosa y sostiene a Reed con el otro. El nombre del cómic es bastante descriptivo y no se corta a la hora de reconocer que Gladiator es el Superman de Marvel. (Marvel Database)

El personaje de Gladiator siempre me ha gustado bastante, aunque tiene una debilidad estúpida pero muy única, y es que su nivel de poder depende del nivel de confianza que posee. En la actualidad esto parece cosa del pasado y no recuerdo ninguna historia reciente en la que esto haya sido influyente, pero en los días antiguos sí que era un detalle importante en las historias en las que se veía implicado este personaje. Pero no es Gladiator el que ocupará en exclusiva las letras de este texto, sino su referencia, el primer gran Superhombre, el Hombre de Acero, Superman. 

Superman es mucho más que un Superhéroe. El kryptoniano debutó en el primer número del primer volumen de Action Comics en el ahora remoto 1938. Y lo hizo llevando ni más ni menos que el título de Campeón de los Oprimidos. Es tan solo uno de los muchos títulos que ha recibido el Hombre de Acero (este es otro) a lo largo de su dilatada historia de publicaciones. Otros de estos títulos son, por ejemplo El Último Hijo de Krypton y el que es sin lugar a dudas mi favorito El Hombre del Mañana. No me voy a molestar en contarles la historia de los orígenes in-universe de Superman porque ya los conocemos todos y porque han sido escritos y reescritos hasta la saciedad. Si hay algo que DC no ha sabido llevar bien es su cronología y su cosmología, aunque no les puedo culpar por esto, ya que más de 80 años de publicaciones son muy difíciles de gestionar. Pero la premisa siempre es la misma, Kal-El llega a la Tierra y se convierte en el más grande y reconocible de los superhéroes. Esta es la idea fundamental de Superman, es la definición de Héroe hecha personaje. 

Si ustedes buscan la definición de Héroe, las dos primeras entradas nos dicen lo siguiente: en primer lugar persona que realiza una acción muy abnegada en beneficio de una causa noble y en segundo lugar persona ilustre y famosa por sus hazañas y virtudes. Esto si nos guiamos por la RAE claro, porque según Google, que usa Oxford como referencia, un Héroe es una persona que se distingue por haber realizado una hazaña extraordinaria, especialmente si requiere mucho valor y en segundo lugar personaje principal en una obra literaria o cinematográfica, especialmente el que produce admiración por sus buenas cualidades. 

Tomes la referencia que tomes, el personaje de Superman se ajusta a la perfección en ambos casos y a ambas definiciones en cada uno de ellos. Superman es la figura que consolidó el género de cómic de superhéroes, porque él y todos los que vinieron tras él no eran ya simples héroes, eran superhéroes. Es su personaje el que estableció lo que era un superhéroe. Hablar de Superman es hablar de algo más que un personaje, es hablar de un Símbolo. Un Símbolo de ideales como la Paz, la Justicia, la Esperanza o el Valor, pero también un Símbolo cultural y nacional para los Estados Unidos e incluso todo Occidente, un referente absoluto y archiconocido de la cultura popular. Superman es el estandarte del género, de su género. Hay muchos parecidos a él, pero ninguno como él. Él es quien define su género, el que le dio forma y el que sentó las bases del arquetipo superheroico. Al menos así solía ser, pero no nos adelantemos. 

Convendría mencionar eso sí los orígenes fuera del papel de Superman. Y eso implica hablar de sus creadores, el escritor Jerry Siegel y el dibujante Joseph Shuster, dos artistas de origen judío, pero ninguno de ellos practicante. A pesar de no profesar su fe, en Superman es fácil identificar influencias del Judaísmo y las religiones abrahámicas hasta cierto punto. El nombre de Superman es Kal-El, y esto es algo profundamente simbólico. El en hebreo es un nombre de Dios que también hace referencia al concepto de Dios de forma genérica y suele aparecer junto a otros términos. En este caso, Kal-El vendría a significar La Voz de Dios, y el primer título bajo el que aparece, aquel de Campeón de los Oprimidos siempre ha tenido un sentido curioso y me atrevería a decir que el personaje en general tiene un origen mesiánico no solo por su nombre sino también por la historia de sus orígenes. Este es un tópico que se ha explorado varias veces, pero es importante saberlo a la hora de analizar el personaje. Superman no es un Superhombre en el sentido nietzscheano de la palabra, lo es en el sentido religioso y mesiánico. 

Este origen de tipo simbólico le atribuye al personaje cierta mística y establece una curiosa definición de Superhombre. No obstante, aunque Superman pueda definir y defina a la perfección qué es un Superhéroe, no puede hacer lo mismo con el concepto de Superhombre a pesar de que su nombre de héroe sea literalmente ese. La definición de Superhombre más extendida y popular es la que hace Nietzsche en su obra, y no seré yo quien le ponga algún pero, pues me parece una muy buena forma de entenderlo que desgraciadamente se ha desvirtuado y malentendido además de mancillado por sus implicaciones en el ideario del nazismo. El Superhombre Nietzscheano es aquel que trasciende la moral y actúa en función de su Voluntad de Poder, que viene a ser algo similar a la Ambición y es el motor fundamental del hombre. Además el Superhombre, al haber superado los valores morales previos, crea los suyos propios y se convierte en el origen de los mismos. El Superhombre es por tanto una ruptura con los valores tradicionales de la Cristiandad y se aproxima mucho más a una nueva forma de pensamiento. Esto choca frontalmente con el Superhombre que se nos plantea en Superman, que es de origen mesiánico y defiende unos valores y códigos morales tradicionales, algo que el Übermensch de Nietzsche jamás podría hacer, ya que su objetivo es romper con todos ellos. Leer a Nietzsche nunca fue fácil, pero entender los tópicos e ideas subyacentes en Superman tampoco lo es, y hacer una comparación fácil de seguir lo es mucho menos, aunque trataré de hacerlo lo mejor posible incluso si no habéis leído al filósofo alemán o no seguís las historietas del hombre de acero. 

Algo que muy poca gente sabe es que en un principio Superman iba a estar inspirado en la idea de Übermensch de Nietzsche. Siegel y Shuster trabajaron años antes, allá por 1933, en una breve historia titulada The Reign of Superman en la que un hombre que participa en un experimento adquiere poderes sobrenaturales y cegado por el Poder decide usar sus poderes para gobernar el mundo. Este Superman nada tenía que ver con el que veríamos años después, pues entre ambos existe una subversión total de ideas. Teniendo en cuenta todo esto como base, creo que es momento de pasar a un punto muy importante en todo caso: el villano. 

La Historia de Superman bien podría haber tomado un rumbo radicalmente opuesto al que conocemos hoy día si "The Reign of the Superman" hubiese llegado más lejos. Solo con lo que se puede apreciar en estas dos páginas del ya remoto 1933 podemos comprobar que la idea base de metahumano con superpoderes persiste, pero el contexto y la personalidad son completamente diferentes (Wikipedia)

El Superhombre que apreciamos en Superman no es más que el Hombre común y corriente en la teoría nietzscheana. ¿Pero qué pasa con el Hombre dentro de la historia de Superman? ¿Se limita a ser un mero elemento decorativo que es rescatado por el héroe? En absoluto, y ahí reside la genialidad del Hombre en las historias de Superman, en concreto de un Hombre, Lex Luthor. 

Luthor es uno de los villanos mejor trabajados, escritos y planteados de todos los Tiempos. Lex Luthor es un hombre de a pie como podría ser cualquier otro, pero posee dos cosas que la mayoría de mortales no, mucho dinero y una Inteligencia sin parangón. El billonario es un tipo que lo tiene todo y posee unos recursos que cualquiera desearía tener, pero hay veces en las que eso no lo es todo. Su enemistad con Superman se cimenta en algo tan corriente como la Envidia. Luthor usa como pretexto una consideración sin mucho fundamento como lo es que Superman es una amenaza, pero la realidad es que siente Envidia de la posición de Poder e influencia que tiene el kriptoniano. Luthor es un hombre hecho a sí mismo, exitoso, rico, influyente y Poderoso, pero al final no es más que un Hombre, y siente y padece como tal. 

Un Hombre que, curiosamente, se ajusta más al Übermensch de Nietzsche que el propio Superhombre de esta Historia. La grandeza de Superman como Historia se encuentra en detalles como estos. En esta Historia existe una subversión absoluta de valores con respecto a la idea de Nietzsche. El Superhombre en Superman es el Hombre de Nietzsche, y el Superhombre de Nietzsche es el Hombre de Superman. Lex Luthor actúa sin respetar las normas morales y los códigos tradicionales, y lo hace siguiendo su instinto y su propia Voluntad, vive bajo sus propias normas y reglas, las cuales han sido creadas por él mismo, y hace uso de sus recursos para asegurarse de que así sea. Nietzsche entiende el Superhombre como el fin al que debe aspirar el Hombre, como el objetivo que debe tratar de conseguir. De alguna manera, el Superhombre de Nietzsche es El Hombre del Mañana en su propia teoría. Esto nos deja la siguiente pregunta: ¿Y si el Hombre del Mañana fuese, en realidad, Lex Luthor? 

En Así Habló Zaratustra, uno de mis all-time favorites, hay un concepto denominado como El Último Hombre que sirve como representación de lo que la civilización moderna establece como objetivo en la vida. Un sujeto apático, cansado y decadente, en definitiva un nihilista pasivo que solo busca comodidad y seguridad sin tomar ningún tipo de riesgo. Desde luego Nietzsche no se equivocaba en esta predicción, y es que hoy en día se puede aspirar a poco más que eso dentro de la sociedad de este Tiempo, pero tampoco es que los componentes de la misma estén disconformes con esto o tengan una aspiración mejor. 

Hay una creencia popular que considera que Nietzsche era nihilista. Y es una creencia en la que incluso incurren muchos autodenominados académicos y expertos porque, a base de repetición, es una idea que ha dejado su huella muy marcada en el estudio que se hace del autor. Nietzsche bajo ningún concepto podía ser nihilista, para él la vida tenía un sentido y un significado. El mero hecho de tener una aspiración y fijarse un objetivo en forma de Trascendencia con el Superhombre es un claro indicativo de que existía un fin. Nietzsche era, en realidad, fuertemente anti-nihilista. Tanto el Superhombre como El Ultimo Hombre son respuestas que Nietzsche ofrece para acabar con el Nihilismo tras la "Muerte de Dios". Evidentemente para él la opción correcta es el Superhombre, pero desde la Civilización Moderna se impulsa la segunda. En cualquier caso, ambas opciones nacen en respuesta al Nihilismo subsecuente a la desaparición de los valores e ideas morales convencionales y tradicionales. Puedo llegar a entender que se diga de Nietzsche que es un nihilista en sentido moral si acaso por aquello de que busca trascender la tradición moral cristiana, pero no más, y aun así eso es generoso. Asumo que quienes consideran a Nietzsche nihilista lo hacen en base a su frase más reconocible, ya saben, aquella de Dios ha muerto, frase que por cierto si tomásemos literalmente también sería antinihilista, pues si afirmas que Dios ha muerto afirmas que hay o ha habido Dios en primer lugar. Por supuesto la frase no se debe interpretar así, pero digo esto como referencia para quienes asumen que Nietzsche es nihilista porque interpretan de forma literal su contenido. La frase en realidad trata de decir que las normas y códigos morales establecidos (generalmente por la religión cristiana) han muerto o están por morir (el contenido de la obra de Nietzsche es, a menudo, profético). Lo que muchos entienden es que como Dios o sus normas han desaparecido la vida ya no tiene sentido y ya no hay moral. Lo que en realidad trata de exponer su idea es que tras la muerte de Dios viene un nihilismo que se debe erradicar y para ello el sentido de la vida debe encontrarse en una nueva forma de vivir, ya sea como Superhombre o como El Ultimo Hombre. (Nietzsche, 1893)

Luthor representa de alguna forma ese Superhombre que Nietzsche propone, y lo demuestra constantemente. Al igual que Superman, su historia es bastante dilatada y a lo largo de la misma ha sufrido interesantes transformaciones en muchas ocasiones, ha pasado de ser un simple mortal a tener los Poderes propios de un Dios o, mejor dicho, de un Superhombre en el sentido literal de la palabra. Para ello ha hecho uso de la tecnología y sus conocimientos en general, pero sobre todo de su versátil inteligencia. Es la prueba de que un hombre, un simple mortal, solo necesita dos cosas para llegar muy lejos, usar la cabeza y, por encima de eso, tener Voluntad para ello. Su némesis, sin embargo, presenta unas características y evolución muy diferente. Sí Lex Luthor ha conseguido elevar su posición a una similar a la del Hombre de Acero; el Kryptoniano ha tenido unas fluctuaciones mucho más complicadas, a veces a más, mucho más, y a veces a menos, increíblemente menos. 

Lex Luthor es un gran personaje y un mejor villano. Es un Hombre que lo tiene todo pero quiere más. Movido por su incansable deseo de superar/destruir/alcanzar a Superman nacido de unas malas pasiones incontrolables como la envidia y la ira, Alexander Luthor ha hecho todo lo posible y más para cumplir con su objetivo sin importar que o quién se interpusiese en su camino. En esta cover del segundo volumen de Justice League, número 52, vemos a Lex Luthor al momento de proclamarse como el Nuevo Superman. (DC Database)

Superman nunca ha sido un personaje consistente ni con su Cronología e Historia ni con su propio Poder. No puedo culparlo por ello, pues cuando tu existencia se prolonga demasiado cuesta mantener una cordura al uso. El más clásico de todos los que ha habido, el de la Golden Age del cómic de Superhéroes, era solamente un extraterrestre con fuerza sobrehumana, supervelocidad y poderes más o menos normales como la visión de calor o el aliento gélido (hoy en día son poderes super comunes pero en su época era increíble), algo relativamente normal para la amplia gama de poderes que se han ideado a lo largo de la Historia. Conforme pasaban los años estos poderes alcanzaron una dimensión mayor y hacia el final de la Golden Age ya le daba para destruir una estrella solo con su aliento. Esta situación se hizo incluso más ridícula en la Silver Age, en la que Superman tenía poderes que afectaban a una escala fácilmente Multiversal. Naturalmente es muy difícil darle una historia consistente a un personaje que opera en una escala de poder tan grande porque cada vez era más complejo tanto establecer villanos a la altura como hacer un guion consistente, así que de cara a la era moderna de los cómics tuvieron que nerfearlo a él y a casi todos los personajes de la editorial por cuestiones de escala. Al menos la forma que tuvieron de hacerlo fue creativa, ya que Crisis de las Tierras Infinitas fue una forma original de hacer un relanzamiento de todo el Universo DC (Crisis of Infinite Earths, 1986). Las encarnaciones Post-Crisis, New 52 y Rebirth (siendo esta la más reciente) se han moderado un poco más en lo que a los poderes de Superman se refiere y ahora "solo" entre muchas comillas tiene un nivel galáctico (aunque a ratos esto se les olvida y vuelven a hacer de las suyas). Nada del otro mundo en comparación con su versión de la Silver Age. Porque si entramos en la cuestión de las versiones sí que nos vamos a encontrar con quebraderos de cabeza mayores. Como referencia, algunas versiones destacables son el Strange Visitor Superman (Adventures of Superman, 2014), que es capaz de superar espacios dimensionales superiores a la escala multiversal tradicional, y el Cosmic Armor Superman, un personaje tan mal escrito que se considera que o bien trasciende todo modelo cosmológico o no alcanza siquiera un nivel mayor al estelar, aunque esto último es por lo general un argumento troll para criticar lo absurdo del personaje. Es lo que tiene trabajar con una terminología tan difusa y compleja. Más difusa si tenemos en cuenta que el Cosmic Armor Superman es en realidad el nombre que se le da al Thought Robot, una entidad hecha de puro Pensamiento que tiene el aspecto de Superman y es capaz de modificar su propia historia y ser inmune a todo tipo de influencia del guion. Es enrevesado cuanto menos. (Final Crisis: Superman Beyond, 2009)

¿Recordáis mi última entrada sobre la Cuarta Pared? Superman aquí realiza una ruptura flagrante de la misma. Los recuadros de color amarillo son sus pensamientos, y en ellos se puede leer claramente como el Thought Robot siente la presencia del lector e incluso percibe su respiración. El cómic original se encontraba en 3D, por lo que el personaje trata en este panel de tocar al lector e incluso menciona que siente que puede alcanzarlo. Si no se tratase de Superman, esta sería una ruptura de la Cuarta Pared tan terrorífica como las de Monika o Chara, pero aquí hablamos del Hombre del Mañana. No hay nada que temer. (Reddit)

Salta a la vista que el personaje de Superman, además de ser uno de los superhéroes más reconocibles de todos los Tiempos, ha tenido también versiones que lo encumbran hasta ser uno de los personajes más poderosos no solo de su propio universo sino de toda la ficción. Pero toda moneda tiene dos caras, y ahí donde lo vemos en la cima, también lo tenemos que ver en lo más bajo. Superman tiene cientos de versiones. Las hay de la Unión Soviética (Red Son), de oro (One Million), trágico y loco (Superboy Prime)… La mayoría de ellas son tan poderosas como el original o más, pero también hay veces en las que estas versiones o incluso las más importantes como la clásica y la moderna se han visto maltratadas, humilladas, desprestigiadas o directamente estropeadas. Como decía, si por fluctuaciones y evolución Lex Luthor es el Hombre (literal) que se convierte en Superhombre (Nietzscheano), entonces en ocasiones Superman es el Superhombre (literal) que se convierte en Hombre (humano). 

Algunos de los momentos más bajos de Superman han sido chocantes, como aquella vez en la que fue controlado mentalmente por Sleez y Darkseid para grabar una película pornográfica con Big Barda. Para añadir sal en la herida, Darkseid le enseña a Mister Miracle, el marido de Big Barda, la cinta de video en la que sucede todo. El cuckeo fue considerable, aunque por suerte pudo evitarlo a Tiempo (Action Comics, 1987). Una de las Historias más cringey del Hombre de Acero. No la única de todos modos, pues en otras ocasiones se le ha visto flirtear con Power Girl, que técnicamente es su propia prima, pero de una realidad distinta (Justice League of America, 1977). Aun así es un suceso cuestionable, aunque no es que pueda culparle, estamos hablando de Power Girl a fin de cuentas. Pero otros momentos de Superman han sido directamente oscuros, a veces incluso demasiado. 

La historieta del Hombre de Acero que me ha motivado a escribir este artículo es Superman Red and Blue del pasado año 2021. En ella se hace una reimaginación, un retcon si se prefiere, de una historia de los años 70 en la que Superman y Batman son capturados en una ficticia república soviética durante la Guerra Fría y enviados a un campo de trabajo para realizar trabajos forzados y tratar de romperlos mentalmente en el proceso. Lo lógico sería pensar que es imposible retener a Superman, pero al parecer los soviéticos, siempre tan innovadores, habían descubierto una forma de canalizar la kryptonita mediante una frecuencia de ondas de radio para así anular sus Poderes. Un plot device absurdo y descarado, pero bueno, habrá que dejarlo pasar. En la Historia original de los 70 solo se aprecia como Koslov, el villano, trata de someter a Superman y Batman a todo tipo de juegos mentales, humillaciones, al hambre y a durísimas condiciones en sus trabajos forzados. Pero en la Historia tras el retcon se da a entender algo muy distinto. En esta nueva versión de los hechos, Clark recuerda su estancia en el Gulag y rememora elementos de la historia original como el hambre, el adoctrinamiento y el uso de su situación como propaganda para mostrar la debilidad de Occidente; pero también recuerda algo que no estaba presente en la Historia original, recuerda como fue torturado durante 8 meses en los que recibió todo tipo de palizas y, en última instancia, como era -implícitamente- violado a diario por los guardias de Koslov. (Superman Red and Blue, 2021; Bounding into Comics, 2022)

Si bien en el monologo interno de Clark no se menciona de forma explícita que fuese violado por los hombres de Koslov, las imágenes hablan por sí solas y las palabras que el Hombre de Acero usa también. Menciona como le ataban y colocaban en una posición que le dejaba "expuesto" y "vulnerable", palabras que no parecen estar escogidas al azar. El posterior "me hicieron cosas" sin especificar cuales mientras señala que le obligaban a mirar a Koslov mientras se las hacían no hace más que confirmar la idea. (Reddit)

Cuesta creer que este Superman expuesto y vulnerable sea el mismo que aquel que trasciende el Multiverso, y es que realmente no lo es. No lo es en sentido literal, al menos. Como ya he mencionado hay muchas versiones del personaje y de su historia, y Thought Robot es la más Poderosa de todas, pero ni siquiera se trata de Superman como tal, es un concepto hecho personaje y con implicaciones metaficticias, una historia a la que se ha dado forma, y esa forma es la de la historia que lo empezó todo en DC, la forma de Superman. Thought Robot está fuera del Multiverso, pero el resto de versiones y forma de Superman ni se acercan a una ínfima parte de lo que representa Thought Robot. Prueba de ello es lo que sucede en Superman Red & Blue, historia en la que el Superhombre se torna Hombre. No es la primera vez que Superman es debilitado por una u otra cosa, es un recurso narrativo muy habitual para complicarle un poco las cosas al hombre de acero, pero lo que sí resulta sorprendente es lo explícito y crudo de la historia que se nos presenta usando ese mismo recurso. Tal vez lo de la radiación de ondas específica para debilitar a Superman suene ridículo o muy forzado, pero no hay otra forma de presentar un argumento de estas características, con un Superman débil y humano.  Además, después de haberlo visto implicado en una película porno nada debería sorprender al lector. Otros ejemplos de caída en desgracia de Superman son, por ejemplo, su humillante derrota a manos de Wonder Woman en Injustice, donde vemos a un Superman bastante patético que acaba con el brazo roto; o su enfrentamiento con la Élite, un grupo de héroes más próximo a las nuevas generaciones y con una personalidad edgy.

Me gustaría detenerme en esto último porque es perfecto para ilustrar lo que les quiero transmitir con esta entrada. En What's so funny about Truth, Justice & the American Way? choca con un grupo de héroes modernos, más apropiados para estos Tiempos y con unos métodos muy distintos a los tradicionales. Esta nueva generación de héroes conocida como la Élite, que por cierto son británicos, acaba con los villanos de una forma mucho más gráfica y literal. Cuando derrotan a sus enemigos, los miembros de la Élite los ejecutan sin miramientos, algo que es impensable dentro de los códigos de los héroes tradicionales como Kal-El. La crueldad implícita en los métodos de la Élite resulta inaceptable para Superman que, viendo como se disponían a asesinar de nuevo a sus enemigos, decide intervenir y enfrentarse a la Élite para salvar a quienes estaban a punto de ser asesinados. Cuando Superman y la Élite vuelven a enfrentarse lo hacen en una ciudad pero acaban transportándose a la Luna de Júpiter Io, donde la Élite decide grabar su enfrentamiento con Superman y retransmitirlo en directo en la Tierra (Desde luego todo muy Zoomer). La Élite le propina una severa paliza a Superman, que parece acabar con él por completo, pero inmediatamente después todos los miembros de la Élite son derrotados de forma inmediata por Superman, que termina practicándole una lobotomía instantánea -usando sus visiones de rayos X y calor- a Manchester Black, líder del controvertido grupo de héroes, haciendo que pierda de esta forma sus poderes, los cuales eran de corte telequinético. El desenlace de la Historia es fundamental y sobre todo brillante en lo que al personaje del Hombre del Mañana se refiere. Manchester Black, derrumbado tras perder sus poderes y entre lágrimas y rabia, reprocha a Superman que sus valores y su forma de ver el mundo no es más que un Sueño. Superman responde entonces que los Sueños son aquello que motiva a la gente a transformarse y progresar, y jura que nunca dejará de luchar hasta que su Sueño de lograr un mundo de Justicia se haga realidad. (Action Comics Vol.1 #775, 2001)

"What's so funny?" rescata en cierto modo al personaje de Superman de una crisis de identidad en una industria en la que cada vez encajaba menos. Su popularidad estaba lejos de ser la que era; sus historias ya no eran atractivas; y su peso en su propio universo era cada vez más cuestionable. Sin embargo aquí se demostró que aún se podían hacer grandes cosas con él. Esta no sería ni la primera ni la última vez que sucedería esto, pero sí la que apareció en un momento importante en su cronología. (DC Database)

Esta no es solo una Historia que está bien ejecutada en todos los sentidos. Es una Historia que además de eso permite muchas lecturas y análisis. Tengamos en cuenta por un momento el contexto histórico. Esta Historia fue publicada en el importantísimo 2001, año que todos recordaremos siempre por el atentado terrorista más grande hasta la fecha. Por aquel entonces, el cómic de Superhéroes ya no era ni por asomo lo que fue en su día. En su momento, el Noveno Arte era uno de los activos más fuertes en el imaginario colectivo, el entretenimiento y la cultura; pero la Golden Age ya quedaba muy lejos, y la Silver Age terminó 30 años antes de esa fecha. Tras una breve Edad de Bronce de los cómics, a mediados de los 80 comenzó lo que hasta hoy se conoce como la Edad Moderna del Cómic. Los Tiempos cambian y los cómics también. Los personajes, historias y elementos que vemos en ellos ya no son los mismos que se veían 70 años atrás durante la Edad de Oro. Cuando llegó esta nueva era de los cómics los personajes tradicionales dejaron de ser interesantes, las historias que hasta ahora habían dominado la industria comenzaron a hacerse repetitivas, previsibles y sobre todo inapropiadas para el contexto de ese entonces y de la actualidad; y las fórmulas habituales del género dejaron de funcionar simplemente. Ahora eran los Antihéroes los que copaban las listas de ventas y popularidad. Las Historias se tornaron más complejas, macabras, oscuras y psicológicas. Y la fórmula cambió por completo a partir de los 80 hacia una narrativa y estructura muy diferentes a lo que se venía ofreciendo. Comenzaba la era de Watchmen, Lucifer o Sandman en Vértigo/DC y la de El Castigador, Lobezno o Daredevil en Marvel. DC apostaba por un estilo más filosófico y conceptual envuelto en nihilismo y cinismo, mientras que Marvel se centraba en la crudeza de la vida en los bajos fondos, el hampa y las calles. Por supuesto esta es también la era en la que villanos como el Joker o Magneto se consagraron como personajes de la mejor calidad y alcanzaron nuevas cotas de popularidad. Empezaba a entenderse el medio de otra manera, el público pedía un soplo de aire fresco y era mucho más probable que lo encontrase en un tiroteo de Punisher o una reflexión de Lucifer que en una manida y quemada acción heroica de Superman salvando el día. 

El nuevo milenio obligaba a un cambio de narrativa y forzaba la transmedialidad. Antes el cómic solo compartía el entretenimiento con el cine y la televisión, pero ahora los videojuegos se imponían como industria y muy pronto el salto a la era digital potenciaría nuevas formas de consumir todo tipo de productos de entretenimiento. Desde la industria del cómic eran conscientes de esto, y ya desde hacía mucho se atrevían con series de animación y películas o adaptaciones live action. La de los 90 fue una década en la que la calidad de ambas cosas comenzó a escalar, con series animadas como las de Marvel o adaptaciones como las películas de Batman en el caso de DC. Batman ejemplifica precisamente ese ascenso de los antihéroes y las historias más oscuras y psicológicas, pero también más próximas a la calle. En Batman encontramos a un personaje con unos orígenes oscuros y truculentos, una estética y estilo del mismo palo y sobre todo un argumento y unos valores realmente diferentes a los que presentan personajes como Superman. Bruce Wayne es un hombre que solo cree en su propia Justicia y en sus propios métodos; un hombre paranoico, frío, calculador e inmutable, pero también hábil e inteligente, muy inteligente. Y aunque al igual que Superman él también tiene la regla de no matar; sus formas de actuar y proceder son completamente distintas, y es completamente lógico que lo sean. Batman es un Hombre, ni más, ni menos que eso. Un Hombre con sus traumas y sus problemas, pero también con su multimillonaria fortuna, un intelecto sobrehumano y un físico envidiable. Sin embargo, ser rico, superdotado o fuerte no te volverán algo más que un Hombre. ¿O quizá sí? Si han prestado atención seguro que ya saben hacia donde va esto. 

Se puede hacer una analogía muy evidente entre Bruce Wayne y Lex Luthor partiendo desde las premisas ¿Y si Lex Luthor fuera un héroe? o ¿Y si Bruce Wayne fuera un villano? porque así uno sería las respuesta del otro. Ambos son simples mortales con mucho dinero y mucho cerebro, la única diferencia es el uso que hacen de ambos recursos. Pero el parecido no termina ahí. A fin de cuentas ambos son Hombres que siguen sus propios principios e ideas y tienen sus propios códigos, lo cual convierte a Wayne -al igual que Luthor- en un Hombre convertido en Superhombre. Ambos están además muy ligados a Superman. Uno como mayor aliado y otro como mayor enemigo. Y por supuesto, ambos comparten una dialéctica antitética similar con el Hombre del Mañana. Lex Luthor es el Hombre que se torna Superhombre y Superman el Superhombre convertido en Hombre, cosa que también sucede con Bruce Wayne; pero además de eso, Batman es el referente e ideal de héroe moderno, mientras que Superman representa al ideal de héroe tradicional y clásico.

A pesar de que Batman es un personaje de una antigüedad similar a Superman, el recorrido de ambos no ha sido ni por asomo el mismo. De hecho hubo un periodo de 20 años entre los 60 y los 80 en que el personaje estuvo dando bandazos sin ningún tipo de rumbo y con unas historietas de escasa regularidad en cuanto a calidad y ventas. No fue hasta mediados de los 80 cuando el personaje resurgió de forma contundente con The Dark Knight Returns de la mano de Frank Miller. A partir de ahí su presencia en la cultura popular y los medios no paró de crecer. No se puede decir lo mismo de Superman, que tras su famosa muerte anunciada en el número 75 de su segundo volumen no consiguió despertar jamás el mismo interés. Superman fue el mayor referente del cómic durante muchas generaciones, fue la principal figura de las edades de Oro y Plata y también fue el que tuvo la primera gran saga exitosa de películas live action protagonizadas por Christopher Reeve. No obstante nada dura para siempre, y en esta nueva era ya no había lugar para el Hombre del Mañana en la cima. 

Ahora héroes como Batman se llevan todos los elogios y son los preferidos por el consumidor. Las ventas y la popularidad así lo reflejan. Mientras que Superman y personajes de características similares ya no encajan tan bien como en su día. Naturalmente Kal-El sigue gozando de un estatus icónico y es conocido por todos. Pero ser conocido por todos no siempre es sinónimo de generar dimes, que aun así los genera, pero no se compara en cuanto a impacto a otros personajes más modernizados o adaptados a esta era. 

Entonces What's so funny? -como lo llamaremos a partir de ahora- nace como una especie de crítica al rumbo que la industria estaba tomando y de hecho había tomado ya hace Tiempo hacia unas historias más oscuras y turbias con personajes con unos tonos morales distintos a los del héroe clásico. Todo lo que La Élite representa en esa historia es aquello que la industria proponía en sus nuevos estandartes. Hasta la nacionalidad supone una ruptura con lo habitual, ya que La Élite es un grupo británico y en el propio título se cuestiona el modelo americano. ¿Qué mejor forma de hacerlo que proponiendo otro centrado en Europa?

What's so funny? es, sin embargo, un canto de cisne del Superman Clásico. Es el Oasis en el Desierto. Tras What's so funny no ha vuelto a haber una historia que encapsule con la misma calidad lo que representa el ideal de Superman. 20 años después tenemos a un Superman retconeado ad nauseam; una versión cinematográfica edgy en las películas de Snyder; unas historias que buscan apelar al público más zoomer y sobre todo un Superman... algo vacío simplemente. En las películas llega al extremo de reescribir la historia del superhéroe para hacerla una de represión y traumas con sus poderes en lugar de la de toda la vida. Al parecer muy pocos logran darse cuenta de que, al final, lo que define a Superman son sus ideales de siempre y su absurdo nivel de poder. Los fans de toda la vida del Hombre de Acero quieren a fin de cuentas historietas como las de toda la vida, pero a las nuevas generaciones eso no les sirve. Y para intentar aproximarse a este momento de la Historia, se pone a Superman en situaciones como la que aparece en Red & Blue. Al parecer ahora la gente quiere ver a Superman siendo torturado sexualmente y no apalizando a Brainiac. 

No me malinterpreten, soy el primero que adora una historia truculenta y un argumento oscuro, complejo o inclusive pedante. Pero lo hago siempre y cuando considere que encaje con el personaje y el universo que le rodea. Este caso, sin embargo, no cumple esta norma. Estamos hablando de Superman, el Hombre del Mañana, no de un cualquiera en una novela política. 

Sea como fuere, si hay algo por lo que Superman ha sido, es y por supuesto seguirá siendo extremadamente conocido es porque hace ya mucho que trascendió la barrera que separa a un buen personaje de un icono cultural, de un Símbolo. Superman es el ideal de Superhéroe. Aúna todos los valores tradicionales asignados con el bien como la Paz, la Justicia, el Orden... y los defiende como personificación definitiva de los mismos. Siempre habrá buenas historias de Superman ajustadas a lo clásico, y siempre habrá también espacio para paranoias experimentaloides. Strange Visitor y Cosmic Armor también son paranoias experimentaloides a fin de cuentas. Es lo bueno de un universo amplio con una amplia cantidad de autores. Siempre queda hueco para todo. 

El legado de Superman es tan enorme que incluso va más allá de su propio medio. No es la primera vez que vemos como un alienígena llega a la Tierra siendo un niño desde un planeta que está por ser destruido y cuya civilización está a punto de desaparecer y que con el Tiempo resulta ser mucho más fuerte que los terrícolas, pero no especialmente poderoso entre los miembros de su propia especie, y que además termina haciéndose amigos de terrícolas especialmente poderosos y de otros alienígenas. A veces hasta el nombre original empieza por la K. No te estoy mirando a ti, Kakarot, es pura coincidencia. Tanta coincidencia que hasta son criados en áreas rurales y acaban usando trajes de color rojo y azul. Por supuesto todos sabemos que la figura que inspira a Goku es el legendario Sun Wukong, especialmente en las fases más tempranas de Dragon Ball, pero a la altura de Z la Historia de Goku se vuelve más similar a la de Kal-El. Fuese o no intencional, lo que está claro es que la estructura es la misma, y por antigüedad debemos reconocerle a Superman la patente. 

La idea de "último" en su especie que termina en la Tierra enviado por sus padres antes de la destrucción del planeta o del fin de su civilización no es especialmente innovadora. Se ha visto muchas veces. Digo último entre comillas porque en ambos ejemplos que he puesto al final resulta que hubo otros supervivientes de alguna u otra manera. En el caso de Kakarot vemos como más adelante en la Historia aparecen Raditz, Nappa y Vegeta entre otros de dudosa "canonicidad". Lo mismo sucede con Superman, que resulta que termina encontrándose con Kara y Zod.

Al principio de esta entrada ya se habló de Gladiator e Hyperion, pero estos no han sido los únicos "rip-offs" del Hombre del Mañana. Algunos de ellos son personajes brillantes, mientras que otros se quedan en el camino. Solo en Marvel encontramos a los ya mencionados Gladiator e Hyperion entre otros como Sentry o Blue Marvel. Fuera de la Casa de las Ideas están Supreme en Image Comics, Omni-Man en Invincible (también propiedad de Image), Mister Majestic en WildStorm Comics, Samaritan en Astro City o The Homelander en The Boys... Hay tantos ejemplos que no terminaría casi nunca, por lo que trabajaré solo con algunos de los que he expuesto aquí. 

De entre todos ellos el que más me gusta es Gladiator y no es ningún misterio ya que a fin de cuentas es Superman pero en un imperio extraterrestre que emula nada más y nada menos que al Imperio Romano. Gladiator o Kallark empezó siendo en sus primeras apariciones y durante muchas décadas el Praetor de la Guardia Imperial del Imperio Shi'ar. A menudo se presentaba en cómics de X-Men y Fantastic Four, pero con el paso del Tiempo se convirtió en una habitual de Avengers, Thor y Guardianes de la Galaxia entre otros. A veces como aliado y otras como enemigo. En su día tuvo su propia run en Annihilators, un grupo de Superhéroes como los Avengers pero mucho más poderosos y versátiles, compartiendo plantel con Silver Surfer y Quasar entre otros. Me gustaba mucho la idea detrás de los Aniquiladores, pero escribir historias para un equipo tan poderoso no es sencillo por lo que sus apariciones se cuentan con los dedos de una mano. Recientemente Kallark pasó de ser el Praetor a convertirse en el Maiestor o lo que es lo mismo emperador de los Shi'ar. Puesto bastante merecido después de tantos años en los que incluso ha sido un "jobber" en peleas contra personajes infinitamente más débiles como Gambit o Cannonball. El poder del guion y los plot devices nunca deja de sorprenderme. Pero que eso no sirva como referencia, Gladiator en condiciones normales tiene un nivel idéntico al de Superman, pero si incluso el propio Superman ha sido un jobber en casos como el de Wonder Woman o el de Batman, es de esperar que sus rip-offs lo sean también en algún momento. 

Pero no todos los rip-offs van a ser de mi agrado. Sentry, el Centinela o el Vigía como lo conocen algunos es lo que Superman sería si tuviese problemas de alcoholismo, trastorno de la personalidad múltiple, principio y no tan principio de depresión y aun encima no fuese capaz de controlar sus poderes que, por cierto, serían más amplios y variados que los del propio kryptoniano. El concepto que presenta el personaje es muy interesante, pero su ejecución nunca me gustó. Simplemente no me entró su historia y tampoco lo hicieron sus apariciones. Sentry es un Superman inestable, desquiciado y con un alter ego capaz de amenazar todo un universo sin problemas. Siempre fue escrito y presentado como un personaje directamente roto en el sentido literal (en lo mental) y figurado (en poderes) de la palabra. 

Robert Reynolds, a.k.a. Sentry, es un hombre completamente roto. Comenzó como un adicto a la metadona, pero es también alcohólico, esquizofrénico y agorafóbico. Desde luego es completito el muchacho. Para colmo es también un genio versado en numerosas áreas del saber, posee unos poderes que empequeñecen a los del Superman original y tiene una contraparte interna de sí mismo llamada The Void que es mucho más poderosa que su versión natural. Sus debilidades proceden de su propia mente, básicamente. Es curioso como un personaje con tanto potencial nunca ha sido del todo aprovechado, pero no siempre se puede hacer un buen trabajo. (Marvel Database)

Hyperion, por último, es un caso más complicado. El personaje tiene muchas variantes de distintas líneas temporales, realidades y universos. En algunos casos aparece como villano y en otros como héroe (caso parecido al de Gladiator), siendo sus apariciones más famosas las que realiza en parodias de la Liga de la Justicia como el Escuadrón Supremo o el Escuadrón Siniestro. Generalmente es un personaje consistente. No siempre ha estado bien escrito, pero su run como compañero del Unworthy Thor en New Avengers hace ya casi una década fue peak western comic. 

Supreme, la particular visión de Image Comics del arquetipo de Superman, fue sin embargo un personaje que dio muchos más bandazos hasta consolidarse. En sus primeras apariciones se nos presentó como superhombre violento y egoísta. No fue hasta la run de Alan Moore en la serie de cómics de Supreme cuando el personaje fue reinventado para asemejarse más a Superman. Caso muy parecido al de Omni-Man, personaje de la misma compañía. Comenzó como un villano calculador y sin escrúpulos, pero tras un arco de redención al más puro estilo anime el personaje cambió a mejor y se enfrentó a su propia especie para salvar la Tierra. 

Hablando de anime es inevitable mencionar que su irrupción y la del manga en la industria del entretenimiento occidental ha sido un condicionante muy fuerte en la evolución del cómic. Antaño y hasta hace no mucho en occidente, el cómic era el único medio impreso de entretenimiento. Sí, es cierto que ya competía con televisión, cine y videojuegos, pero en su terreno estaba solo. Por supuesto está la literatura tradicional, pero la gente no lee libros si no hay dibujos así que no lo tengo en cuenta. Cuando el manga se introdujo en la industria occidental lo hizo sin ningún tipo de escalado, fue una entrada limpia y directa. La estética, la temática, la narrativa e incluso sus malos vicios fueron asimilados culturalmente a un ritmo frenético. A finales del pasado milenio ya había obras archiconocidas como la ya mencionada Dragon Ball o Saint Seiya, pero en términos de popularidad y difusión no fue hasta bien entrado el siglo XXI cuando el manganime se consolidó en Occidente. Antes era muy extraño encontrar un consumidor de manga habitual o que supiese siquiera de la existencia del medio, pero hoy en día cada vez son más los habituales de la industria. No obstante, sería injusto decir que el éxito del anime se debe específicamente a cuestiones de fanservice, ya que este también está presente en los cómics desde el primer momento aunque sea mucho más evidente en el manga. 

No se puede obviar que la industria del manga es una mucho más modernizada que la del cómic y que por tanto está mucho más metida en la transmedialidad. Algo que, por ejemplo, incentiva el consumo del medio es que casi todo manga de importancia tiene una contraparte animada que sigue la historia muy de cerca o va a la par con la misma. El caso más conocido es el de One Piece, pero más allá de este ejemplo es algo tremendamente habitual en la industria. En el cómic, sin embargo, no sucede lo mismo. La mayoría de series y películas están completamente desvinculadas de los cómics y sus historias, del mismo modo que los videojuegos y otros medios. Sí, es innegable que el éxito que ha tenido el MCU es incontestable, muchas de las películas más taquilleras y populares de la historia forman parte de él; pero también es verídico que Infinity War y Endgame no tienen absolutamente nada que ver con la Historia de la que provienen (Infinity Gauntlet, 1991) más allá de algún parecido en el guantelete; mientras que en cualquier anime que provenga de un manga habrá una alta fidelidad con respecto al contenido original. 

Por lo general, las historias de las películas y series tienen una narrativa más orientada a todos los públicos y sin una demografía clara, con la intención de hacer un producto disfrutable para todos sin ningún tipo de limitación por edad; pero los cómics y novelas gráficas tienen, por el contrario, un target demográfico generalmente adulto y habitual de toda la vida, por lo que la narrativa, diseño e historia tienden siempre a atraer a este público. Esto convierte el producto de las series y películas en una versión muy descafeinada, blanda y retocada del producto original, por lo general menos interesante y de menor calidad, pero mucho más atractiva y disfrutable para todos los públicos. En el manga y el anime no funciona así. Existe toda una clasificación por géneros organizados en gran medida en función de la demografía. El más conocido y popular es el Shonen, orientado a un publico masculino juvenil de teens y en menor medida tweens. Pero también tienen mucho peso en la industria el Seinen, para hombres adultos; el Shojo, para un publico femenino del mismo rango de edad que el Shonen y el Josei para mujeres adultas. Por supuesto esto son meras formalidades y cualquier producto de cualquiera de estos géneros es consumido a día de hoy sin importar la demografía original intencionada. Claro ejemplo de ello es el Shonen, que actualmente es popular a partes iguales entre chicos y chicas jóvenes y hombres y mujeres no tan jóvenes. 

El cómic de superhéroes, en su concepción original, sería casi en su totalidad demografía Seinen. Lo cual es sin duda un grave problema para la industria. En su día fue un medio propagandístico y muy orientado al público juvenil e infantil, pero con el paso del Tiempo ese público creció y se hizo adulto. Para adaptarse a esto, el medio evolucionó hacia un estilo mucho más refinado y complejo, lo cual tuvo varias consecuencias. La primera de ellas es que los personajes y la historias en las que se veían envueltos no resultaban llamativas para el público más joven; la segunda es que el público fiel y adulto se iba a tornar cada vez más exigente con el producto que consumía; y la última y más importante es que ese mismo público iba a volverse cada vez menos y menos dispuesto al cambio. Quédense con esto. 

La primera consecuencia de por sí es bastante negativa para el medio. Y digo el medio porque las historias fuera del cómic de superhéroes están orientadas a un público incluso más excluyente y adulto. Por lo general, existen multitud de obras con comentario político (Maus, 1977; V for Vendetta, 1982; Persepolis, 2000...) [Si se fijan ustedes en las fechas se darán cuenta de que coinciden con el comienzo de la Era Moderna y todo lo que ello implica] y también comentario social (incluso en el cómic de superhéroes), cosa que como ustedes entenderán generalmente no resulta interesante para un niño de 5 años o un muchacho de 15 la mayoría de veces. Solo hay algunas excepciones y en contados momentos de la Historia, como aquella run de los X-Men en los 60. Precisamente la grandeza de X-Men siempre ha estado en la genialidad de su concepto. Surgen en la época de la búsqueda de los derechos civiles por parte de las minorías; son presentados como personas diferentes, pero personas a fin de cuentas; existen varias formas de trato hacia ellos desde la aceptación al rechazo más absoluto (genocidio); su villano principal, Magneto (perfectamente candidato a mejor villano de la Historia), es un judío que ha sido perseguido y rechazado por partida doble (durante el holocausto y como mutante) y que posee unos ideales y unos puntos de vista férreos e inquebrantables mientras que el salvador del pueblo mutante y figura principal en la patrulla X es Charles Xavier, cuya postura es mucho más benevolente que la de Magneto. Estamos en los años 60, y es muy difícil no pensar en Malcolm X (Musulmán y negro) y Martin Luther King. Ambos fueron asesinados por cierto, cosa que se ha pretendido hacer en muchas ocasiones con ambos mutantes. Siempre ha quedado la duda de si existió alguna inspiración, pero al parecer los parecidos con la realidad son pura coincidencia, al menos en su origen. Si bien X-Men nace inspirado en cierto modo por los movimientos de derechos civiles, los personajes de Magneto y Xavier no guardan relación con King y X (Screenrant, 2021). No al menos hasta épocas posteriores, en las que los personajes fueron presentados de otras formas y es cuando empezó a considerarse esa semejanza. 

Fuese intencional o no, la idea detrás de la Patrulla X fue toda una genialidad que los convirtió en una de las propiedades intelectuales más únicas y excepcionales de Marvel. Incluso mayor impacto tendría en los 80 y los 90, época en la que las obras de Chris Claremont definieron definitivamente a los X-Men y en la que su trasfondo político y social se hizo finalmente seña de identidad de la franquicia. Claremont hizo una labor mucho menos visible y es dar mayor importancia a personajes femeninos, que generalmente dentro del medio siempre habían ocupado un papel secundario e intrascendente en la mayoría de cómics hasta esa época. Rogue, Phoenix, Moira MacTaggert o Psylocke son algunos de los nombres que se me vienen a la cabeza, todas ellas mujeres que encajaban a la perfección dentro del Universo que las rodeaba y personajes magníficos. Con un planteamiento como este no es de extrañar que X-Men tuviese éxito apenas 10 años después cuando dio el salto a la gran pantalla. 

Magneto, el villano por antonomasia de los X-Men, es uno de los personajes mejor elaborados, trabajados y complejos no solo del cómic sino de la ficción en general. Incuestionablemente uno de los mejores villanos de la historia, un incomprendido que fue doblemente perseguido, primero como judío y luego como mutante. Sus acciones y sus métodos son muy a menudo cuestionables, pero sus ideales y su código son impecables y legítimos. A veces Héroe, otras Villano y otras tantas Antihéroe, pero siempre un excelente personaje. (Marvel Database)

Las cosas fueron a veces mejor y a veces peor, pero la segunda y la tercera de las consecuencias que mencioné antes se han hecho notar más en los últimos años. El lector típico de cómics no está muy predispuesto al cambio, y menos aún cuando este se siente forzado, innecesario o incoherente. Recientemente, tanto Marvel como DC decidieron hacer una apuesta fuerte por reinventarse, algo que igualmente ya habían hecho anteriormente en numerosas ocasiones. Ya a principios del milenio Marvel trató de innovar y aportar algo fresco con el Universo Ultimate, probablemente uno de los fracasos más dolorosos de la compañía. El experimento tenía buenas intenciones y buscaba atraer nuevos lectores, sin embargo, no estuvo del todo bien ejecutado. Ultimate trató de usar unas licencias y propiedades intelectuales ya existentes y darles un lavado de cara aportándoles un nuevo origen, una nueva historia y unas nuevas personalidades dentro de un nuevo universo. Desgraciadamente no terminó de funcionar. Las historias eran por lo general de peor calidad y escasos elementos del Universo Ultimate terminaron volviéndose rescatables. Más allá de Miles Morales como Spiderman y Maker -la versión ultimate de Mister Fantástico- no hubo mucho más que fuese reseñable. Prueba de ello es que a día de hoy estos dos personajes son los únicos supervivientes de interés e importancia del extinto Universo Ultimate original tras la Secret Wars de 2015/16, evento crossover en el que se puso fin no solo al Universo Ultimate sino que también le ocurrió lo mismo a todos los demás para relanzar de nuevo todo el Multiverso Marvel y darle un nuevo reinicio. Algo que también salió regular, entraremos en eso inmediatamente no se preocupen. 

Nada nuevo bajo el Sol, y ese es precisamente el problema. Relanzar toda la continuidad (y mantenerla al mismo Tiempo con travesuras narrativas*) nunca ha sido una solución milagrosa a los problemas del género. Digo que no es nada nuevo porque antes de Secret Wars ya vimos COIE en DC e incluso Heroes Reborn en Marvel. DC es la que está particularmente habituada a esto como solución, pero siempre se siente forzado e ineficaz. En poco más de 10 años el Multiverso DC ha tenido tres versiones distintas. Empezando por la versión posterior a COIE; luego siguiendo con New 52 tras Flashpoint y finalmente con Rebirth. Previamente, y antes de COIE ya existía la era pre-crisis, que comprendía la Edad de Oro y la Edad de Plata del cómic de superhéroes. Cuando tu Universo se ve obligado a reiniciarse o reinventarse hasta en 3 ocasiones en poco más de una década es que algo no termina de funcionar y DC no termina de dar con la tecla. No pilla esto por sorpresa a nadie, pues el propio Superman es el personaje más reescrito de la Historia, particularmente la Historia de sus orígenes. 

*Nota: Tanto Marvel como DC mantienen como canon y se interpreta como pasado legítimo lo sucedido antes de Secret Wars y COIE/Flashpoint-New 52/Rebirth respectivamente. Esto, visto así puede parecer estúpido, pues cuando reinicias una obra la reinicias sin tener en cuenta los sucesos previos, pero en DC y Marvel las cosas funcionan de otra manera y se hace uso de recursos narrativos -a veces mejores y a veces peores- para justificar el canon absoluto de todas las publicaciones de ambas compañías en todos los medios. En principio este tipo de travesura narrativa no tendría sentido, pero aquí se hace un manejo interesante de personajes como Molecule Man, Eternity, Perpetua o Flash para darle sentido a los acontecimientos. 

La cuestión es que en ninguno de los casos ha terminado funcionando y al final siempre se ha hecho un retorno a lo clásico que es lo que suele gustar. En la actualidad se dice que recientemente tan solo Kimetsu no Yaiba ha vendido más que toda la industria del cómic de superhéroes norteamericano junta. Si bien esto no es más que un rumor y no existe evidencia de tal cosa (en 2019 KnY estaba muy lejos de las cifras de la industria norteamericana) cuando el río suena, agua lleva (Anime News Network, 2021). Este simple rumor sugiere que algo no anda bien. Yo ya advertí hace un rato que el Manga y el Anime están mucho más modernizados que el Cómic, pero también mucho saben venderse mucho mejor. La diferencia de captación de interés y atención que consigue un nuevo manga o anime frente a la que consigue el cómic de superhéroes es abismal. 

Hay motivos para esto, por supuesto. Decía yo que en cierto punto, principalmente a finales del pasado siglo y comienzos de este, se perdió el interés en las figuras clásicas y tradicionales de Héroe. Ahora eran los antihéroes y los personajes con grandes conflictos internos los que resultaban más interesantes. Además, se necesitan ideas innovadoras, cosa que los personajes más ligados al estilo tradicional no podían aportar.

La pregunta entonces es... ¿Hay cabida para Superman y personajes como él en un mundo mucho más competitivo y con mucha más variedad en medios? ¿Puede Superman encajar en el nuevo modelo de la industria del entretenimiento?  ¿Queda sitio para Superman en este contexto, en este mundo y en esta era? Mi respuesta es un rotundo sí. Y What's so funny about Truth, Justice and the American Way? lo demostró hace 20 años, en pleno auge del rollito edgy, irrupción del manganime y desarrollo pleno de las videoconsolas y sistemas y medios de entretenimiento alternativos. Pero para que ese lugar pueda lograrse, primero los creadores deben entender muchas cosas.

Lo principal es que el consumidor, fanático o crítico, como ustedes quieran llamarlo, es muy inmovilista. Va a querer siempre un producto en la línea de lo que se le ha acostumbrado. Por ello no es buena idea tratar de adaptar el personaje a nuevos públicos o nuevas eras. Tanto el friki o nerd de turno como el coleccionista de 40 o 50 años son, generalmente y no hay por qué evitar la implicación política, de tendencias de derechas en lo social. Incluso aquellos más identificados con una izquierda política suelen rechazar cambios bruscos. Es fundamental entender que si el lector no está por lo general predispuesto al cambio como expliqué antes, tampoco lo estará a giros bruscos en cuanto a personajes y guion. Quizá lo más polémico en estos últimos años ha sido el debate en torno a la inclusividad y diversidad en la viñeta. Y la realidad es que ha hecho más mal que bien, pero no por lo que es sino por como se ha hecho. Ya se ha demostrado muchas veces que el consumidor no tiene problema con la diversidad siempre y cuando esta esté justificada y sea coherente con su contexto (Black Panther, X-Men, Blue Marvel...); el problema aparece cuando se producen cambios forzados, pusheos a personajes que no terminan de gustar o que no son populares pero las marcas quieren hacer que así sea, lo cual no le entra a mucha gente. Esto no lo digo yo, que quede claro, esto es algo que incluso ejecutivos como David Gabriel de Marvel han comentado, culpando a la diversidad como causa de los pobres números en ventas. Algo que, en cualquier caso, consumidores y vendedores han discutido (The Guardian, 2017). Recuerdo que estas declaraciones fueron, en su día, muy polémicas y hubo muchos medios que saltaron al cuello de Gabriel por sus declaraciones y añadiendo incluso que aun hay poca diversidad -risa nasal-, incluso fuera de la esfera angloparlante (El Mundo, 2017). Sea como fuere uno solo tiene que preguntarle al pueblo más allá de los medios qué es lo que opina al respecto y la realidad será más cruda de lo que la prensa quiere contar. En el artículo de El Mundo que he usado como referencia si ustedes clican en los comentarios verán que las opiniones se ajustan mucho más a lo que yo os dije de un público reacio a los cambios sin justificación y a la izquierda social. Les puedo también sugerir que visiten foros en los que se debatan estas cuestiones como Comic Vine, que uso mucho por su foro de battles pero también por la cantidad de personajes que postean sus paranoias en el lugar. En uno de los muchos hilos que se han abierto, debatiendo precisamente por qué el anime y el manga venden ahora más que los cómics occidentales. Tanto la encuesta como los comentarios son para partirse, pues se nota el más que evidente sesgo político-social de los participantes. (Comic Vine, 2021). Tal vez la certeza se encuentre en la medianía y ni tanto ni tan calvo. Quizá el problema no sea tanto que la diversidad haga que se venda poco o no atraiga gente nueva, puede que el problema esté en que espante al consumidor fiel, que es el que mantiene en gran medida la industria. 

Fuera de esa y otras tonterías de debate político y social que son secundarias lo que yo sí considero fundamental es que el respeto a los personajes sea un mandamiento dentro del medio. Si el Hombre del Mañana nació como un referente de los valores morales y éticos tanto de los Estados Unidos como de las religiones abrahámicas y sobre todo el judaísmo, entonces el personaje debe seguir fiel a esta idea y no convertirse en objeto de historias provocadoras, irreverentes o polémicas por el mero hecho de seguir una moda pasajera. Para eso Marvel y DC siempre han tenido la brillante excusa de las versiones alternativas, que daban espacio y cabida a versiones de personajes completamente distintas a la original. No existe ninguna necesidad de coger al personaje canónico y transformarlo en algo que no es. 

Y tan importante como esto es asimilar que lo único que importa en una obra son las ideas que la estructuran. Literalmente no existiría ningún problema incluso cambiando radicalmente al personaje si la historia en la que esto sucediese fuese de muy buena calidad. Detrás de un buen personaje siempre hay buenas ideas. Estas buenas ideas son las que sustentan toda una trama, sin importar las condiciones de los personajes implicados en ella. Las buenas ideas son el combustible definitivo para garantizar un producto de calidad, venda o no lo que se espera. Por desgracia, las dos grandes parecen haberse quedado en gran medida sin este combustible, y lanzar y relanzar los mismos personajes una y otra vez no es de gran ayuda, porque entre tanto reboot es muy difícil para el lector seguir la historia del personaje que le interesa. Este es, sin duda, otro de los factores que dificultan unas ventas consistentes y unos buenos resultados en lo que a seriales se refiere. Y es otro de los puntos en los que el manganime ha hecho muy bien las cosas. En el manga tu puedes prolongar una historia por 20 años sin preocuparte por nada porque en ningún momento vas a tener que reescribir nada, ya que la historia con la que trabajas está definida y no abarca la cantidad de personajes y tramas que puede abarcar todo DC. Probablemente si todas las licencias de revistas como la Shonen Jump compartiesen universo e interactuasen entre sí, los reboots, relanzamientos y retcons serían el pan de cada día, pero en Japón no se estila mucho eso de compartir universo. 

Respecto a la Transmedialidad, juraría que ahí es donde el cómic de superhéroes tiene un filón excepcional que siento que no se está aprovechando tanto como debería porque, igualmente, con películas y series a las compañías les basta para hacer dinero. Sí, es cierto que el manga hace un gran trabajo compaginando su historia con un anime que le sigue casi a la zaga. Pero el cómic podría, sin duda alguna, hacer algo similar o incluso mejor, porque el rendimiento en taquilla del cine de superhéroes tanto por dinero como por popularidad es absurdamente alto. Si a las corporaciones que gestionan esto, que realmente son Disney y Warner, les interesase realmente invertir en la historieta como medio, podrían hacer un producto de inmensa calidad que estuviese acompañado por una serie o película del mismo nivel. Podrían, pero no lo hacen y no termino de entender el porqué. El anime y el manga son cada vez más populares mundialmente y dicha popularidad se debe en gran medida a este modelo dual. Si a los occidentales les apeteciese, podrían aprovechar la popularidad de las licencias que están usando en el cine y hacer lo mismo, pero parece que no están muy interesados en ello a pesar de que una película del MCU o el DCEU tiene, por mucho, más éxito que cualquier manga o anime. 

Objetivamente hablando, hueco hay tanto para Superman como para todos sus compañeros con capa. He optado por centrarme solo en Superman porque es lo más sencillo. Es el Héroe, el Símbolo, el Icono cultural. Pero lo mismo va para él que para el resto de historietas. Incluyendo las que no son de superhéroes, porque al final no son las únicas que han tenido una inmensa popularidad y han acabado en otros medios. Ahí están los casos de Astérix, Tintin o Spirou. Gran trabajo, ahora que lo pienso, de la esfera francófona. Europa, en general, está repleta de grandes talentos a pesar de que no existan licencias o compañías que gocen de mucha fama. 

Hay un mañana para el Hombre del Mañana siempre y cuando todo aquello que le ha dado forma no termine perdiéndose. Entiéndase como cualquiera de las formas del Hombre; como aquel Mesías del Judaísmo; como Superhombre o, finalmente, como Superhéroe. Porque Superman, al final, es Héroe antes que Hombre. Al hilo de esta última afirmación recordarán si han visto, o quizá no, aquella escena de la segunda entrega de Kill Bill en la que Bill dispara a Beatrix un dardo con suero de la Verdad y, entre que hace efecto y no, le cuenta un interesante monólogo sobre la Mitología del Cómic. Son un puñado de líneas que perfectamente pueden pasar desapercibidas al no estar demasiado relacionadas con el resto del film, pero que yo encuentro especialmente interesantes de cara a lo que les quiero contar. Bill le dice a Beatrix que el alter ego es un elemento fundamental de la mitología del cómic, y que cada personaje posee uno, pero que el caso de Superman es único. Ahí donde Bruce Wayne es Batman o Peter Parker es Spiderman, Superman es Clark Kent. Superman nació siendo Superman. Ya era todo lo que su figura heroica es desde el primer momento. Mientras que Batman o Spiderman construyeron su identidad como héroes a partir de una serie de elementos que los definen, Superman construyó su alter ego como humano. Así pues, si Batman y Spiderman son el alter ego de Wayne y Parker; Clark Kent lo es de Superman o, como debería llamársele realmente, Kal-El. Esta es, por mucho, una de las subversiones que hace el personaje de Superman a su género que más me gustan. Superman no solo es el Superhombre que se hace Hombre o el Alien hecho Humano; también es el Héroe hecho Persona. Wayne y Parker son la persona detrás del Héroe, pero Kent es el Héroe hecho Persona. Kal-El hace de esta forma una versión muy particular de lo innato y lo adquirido. La mayoría de héroes adquieren poderes, medios o recursos mediante su trabajo, entrenamiento, inteligencia, accidentes, casualidades... Pero Kal-El no adquiere nada de eso, porque nace con ello, Kal-El adquiere Humanidad. Una Humanidad que, por cierto, se presenta como débil, cobarde e insegura. Una Humanidad tímida y retraída. La misma Humanidad que luego él, como Campeón de los Oprimidos, defiende de Sol a Sol. Bill, en la película cuya trama consiste en matarlo, señala que es un gran fanático de Superman no por su dibujo o por su trama, que señala como mediocres, sino por su Mitología que define como Única. Creo que es momento de que yo mismo suscriba esa frase, pues coincido por completo con ella. 

A Superman lo hace grande todo lo que hay detrás de él como Símbolo. Por ello, el fanático de Superman, el consumidor esporádico, el niño que lo descubre o el público casual sin ir más lejos no buscan en él una historia compleja y exquisita. Tampoco un trabajo artístico escandaloso. Y por supuesto no pretenden encontrar ningún tipo de cambio drástico en lo que representa el personaje. Ya sea en valores, poderes o universo que le rodea. Se busca algo sencillo, pero fiel a los principios que representa el personaje y la obra en la que se encuentras. Para hacer historias turbias, crudas o duras ya hay otros personajes. Para hacer historias edgy, provocadoras e irreverentes ya hay otros personajes. Para hacer historias complejas, ricas y filosóficas ya hay otros personajes. Esto no quiere decir que una Historia de o con Superman no pueda incluir alguno de estos elementos, en absoluto. Lo que quiere decir es que de él se espera otra cosa, pero si por lo que sea se van a emplear elementos de esta índole deben estar bien implementados para no resultar en un descarrilamiento del personaje o del contexto que le rodea. Para mi, What's so funny? fue un ejemplo de esto bien ejecutado. Y Red & Blue, sin ser tampoco una mala interpretación del personaje y sus valores, no se siente igual, no termina de encajar. Como tal puede considerarse como punto negativo de Superman que es un personaje muy poco flexible, pero esto no quiere decir que esté completamente encasillado o limitado a un papel. Lo único que hace falta para que sea algo más versátil es saber escribir una historia en condiciones. Tan versátil puede llegar a ser que calcos, parodias o tributos como Gladiator e Hyperion son literalmente Superman con un setting distinto. Y aunque no sean personajes tan memorables o icónicos no dejan de ser buenos personajes.  

Su propia Mitología es también versátil. Y me gustaría cerrar con esto porque ¿Qué mejor que un círculo cerrado para acabar una entrada? Kal-El puede ser un Superhombre, el Último Hombre o un Hombre sin más. En Así Habló Zaratustra, sin embargo, hay una última vuelta de tuerca a este asunto. Zaratustra presenta al Último Hombre como una posibilidad despreciable a la que se puede llegar optando por la apatía y buscando comodidad, al mismo Tiempo que pierde la habilidad de soñar, desear, anhelar y arriesgarse. Cuando se usa la expresión último, realmente se hace referencia a más reciente o esa es la interpretación que yo siempre he hecho de las pocas líneas en las que se menciona esta idea. Y tiene sentido teniendo en cuenta que el mundo occidental ha creado el ideal de último hombre como figura hedonista, cansada, insegura y encajada en una rutina. ¿No les suena de algo? ¿Describe a alguno de ustedes o a alguien que conozcan? No existe un no por respuesta a ninguna de las dos preguntas. Ambos lo sabemos, persona al otro lado de la pantalla. Clark Kent es uno de los muchos Últimos Hombres que pueblan el mundo. Como lo son de la misma forma casi todas las personas del planeta. Pero qué me dirían si les dijese que en What's so funny? Superman se enfrenta, en realidad, a una manifestación del Último Hombre. Puede parecer de primeras que Manchester Black y su grupo actúan como Superhombres que se mueven en función de su propia voluntad sin adherirse a códigos morales, tradiciones... Pero realmente Black y compañía son presentados como personajes parodia de aquello que triunfaba en el ideario colectivo en ese entonces, que no era otra cosa que héroes, pero héroes cansados, apáticos, sin la capacidad de soñar. Las últimas líneas que Superman lanza a Manchester Black son el conflicto final entre una postura de Superhombre y una de Último Hombre. Tras su derrota, Black jura vengarse de Superman y le dice que si cree que las cosas acabarían ahí entonces está muy equivocado y vive en un mundo de sueños. A esto, Superman responde con una de las líneas más icónicas en toda la historia del personaje: "Los sueños nos salvan. Los sueños nos elevan y nos transforman. Y por mi alma juro que hasta que mi sueño de un mundo donde la dignidad, el honor y la Justicia se conviertan en la realidad que todos compartimos, nunca dejaré de luchar. ¡Nunca!" 

El Hombre del Mañana es ese que persigue su sueño y reúne la Voluntad necesaria para ello. Sueño que, en cualquier caso, puede estar más allá del bien y del mal, razón por la que Luthor también puede ser el Hombre del Mañana. Si bien ya comenté que el personaje de Superman se ajusta mucho más a una figura mesiánica hebrea que al Ubermensch, es innegable que en pasajes como este se puede entrever un Superhombre nietzscheano. Tal vez Clark Kent sea un Último Hombre porque esa es la tapadera ideal y perfecta para Kal-El; pero Kal-El es, al final del día, Hombre y Superhombre. 

Tal vez, como dijo en su día Zaratustra, no soy yo la boca para estos oídos. Pero para aquellos dispuestos a escuchar siempre quedarán palabras por venir. 

Hasta la próxima, mortales. 




Les dejo aquí recomendaciones, fuentes, referencias, bibliografía y todo ese rollo. 

-Fundamental para entender esta entrada es Así habló Zaratustra, la Magnum Opus de Nietzsche. En ella se explora el camino hacia el Superhombre, qué elementos lo definen y otras ideas como El Último Hombre

-Los Cuatro Fantásticos fueron en su día el cómic sobre el que se cimentó todo el Universo Marvel. Hombre y Superhombre, el número con el que se ha trabajado aquí, fue parte de su primer volumen. La de Gladiator contra los Cuatro Fantásticos no es una historia muy desarrollada o espectacular, pero sí entretenida. 

-Crisis of Infinite Earths, abreviado frecuentemente COIE, fue un intento de DC de relanzar su Universo y hacerlo algo menos exagerado en cuanto a escala. Los personajes Pre-COIE operaban en una escala de poder con la que ya empezaba a ser complicado trabajar y no daba margen para probar cosas nuevas. COIE fue un punto de inflexión, para algunos para bien y para otros para mal. En lo personal no creo que fuese ni bueno ni malo, simplemente necesario y útil. Además, la historia fue creativa y Antimonitor no estuvo mal tirado como antagonista y personaje clave. Por desgracia, en los últimos años la idea de COIE se ha ido un poco a la mierda, pues DC ha destruido, recreado, destruido y vuelto a recrear el Multiverso como el que va al baño. Y ha hecho para ello uso de personajes que, de nuevo, han empezado a recordar a los niveles de poder previos a COIE. 

-Final Crisis: Superman Beyond, una obra muy odiada y criticada por los haters de los Monitores. Quizá esta obra, lanzada en dos partes, sea la responsable del caos y la poca estructura que tiene la Cosmología de DC desde hace ya mucho. En esta historia se nos presenta a Cosmic Armor Superman, también conocido como CAS, un personaje metanarrativo que más que personaje es concepto/arquetipo y que se enfrenta a otro personaje metanarrativo que resulta ser un Monitor corrompido absurdamente poderoso. Si esto resulta lioso imaginaos ahora el resto de la historia y como darle coherencia con respecto al resto de la cosmología cuando choca de frente tanto como con la línea de Vertigo como con la del Multiverso DC.

-Adventures of Superman en el número 16 de su segundo volumen hace una nueva interpretación de Superman con su variante Strange Visitor. El personaje y el contexto son bastante vagos, pero se da a entender que esta versión del personaje es mucho más poderosa que las demás escalando a partir de Mr. Mxyzptlk.

-En los números 592 y 593 de Action Comics se nos cuenta esta bizarra (en el sentido anglosajón de la palabra como diría Dross) historia en la que por control mental Superman es forzado a grabar una película porno. ¿En qué estarían pensando? ¿Como llegaron a la conclusión de que eso era una buena idea? Hay cosas que a veces son inexplicables. 

-En el 147 de Justice League of America se aprecia otro de esos momentos incómodos del Hombre de Acero. Entiendo que se sienta atraído por Power Girl, la mayoría de hombres lo estarían, pero empieza a ser turbio cuando te das cuenta de que es su prima. 

-El número 1 de Superman Red and Blue hace un intento de darle a Superman una historia secundaria más turbia haciendo uso de unos recuerdos de su estancia en un campo de prisioneros. No es una mala historia ojo, está bien dibujada y bien escrita. Pero si sigues al personaje no puedes evitar pensar que algo no termina de encajar con el tono y el contexto que el personaje siempre ha tenido. 

-La saga de Infinity Gauntlet es el ejemplo de una historia bien llevada con personajes extremadamente poderosos. Thanos, en estado base ya un enemigo formidable y poderoso, se hace con el Guantelete del Infinito, que le granjea al portador poderes prácticamente ilimitados. Nunca ha terminado de estar claro el límite de su poder o la escala en la que se maneja, pero al estar por encima de una manifestación simple de Eternity se da por sentado que puede operar por encima de un Multiverso. 

-Maus, obra de Art Spiegelman, es una de esas novelas gráficas con comentario sociopolítico que gozan de un prestigio y unas críticas envidiables. Tan buena fue que hasta la Academia le dio atención a un medio que siempre había, ha y sigue despreciando. Muy recomendable para los interesados en un cómic diferente. No mejor ni peor, diferente. 

-Con Persépolis, de Marjane Satrapi, no puedo decir lo mismo. Sigue siendo una obra de mucha calidad y con una gran cantidad de críticas positivas. Sobra decir que es bastante popular. No obstante, no puedo evitar ver en sus páginas un evidente sesgo y una representación algo viciada del contexto que ofrece. Deberían, igualmente, echarle un vistazo porque merece la pena y de paso para conocer al menos un punto de vista de su contexto histórico. Pero recuerden en todo momento que existe un sesgo que requerirá, como mínimo, de un esfuerzo para contrastarlo y entender que las cosas no son del todo como Persépolis quiere hacer ver. 

-V for Vendetta, del mismo modo que las dos anteriores, es otra novela gráfica que juraría que no necesita presentación. De la mano de Alan Moore a principios de los 80, V for Vendetta es todo un referente de la novela gráfica distópica con fuerte comentario social y político. 

-Spirou y Fantasio, de la dilatada saga de Spirou, es una de esas obras que no son tan conocidas o populares pero que sin embargo tiene su público y supo adaptarse a la transmedialidad, porque aun recuerdo haber visto una serie animada protagonizada por estos dos reporteros y su ardilla. 

-Tintin tampoco necesita presentación. Es probablemente la más popular y conocida obra de la esfera francófona con permiso de Astérix el Galo

-Asterix es todo un referente dentro de su género. Casi todo el mundo ha leído alguna vez un cómic protagonizado por el galo. Y prácticamente todo historiador se ha perdido alguna vez en sus páginas. Una divertida representación de un periodo histórico siempre llamativo. 

-La Secret Wars de 2015, cocinada a fuego lento durante muchos años a través de Secret Warriors, New Avengers, Fantastic Four... y el resto de obras de Hickman, fue otro de esos eventos y crossovers que se usan para relanzar un universo y darle nuevas posibilidades a otros personajes e historias. Doctor Doom, tras ganarse el apoyo del Hombre Molécula y superar a los Beyonders, crea el Mundo de Batalla, una amalgama de los antiguos universos y realidad que componían el Marvel Universe. Está sorprendentemente bien escrita y tiene un desenlace que no está mal llevado. El problema está en lo que vino después. Pero el evento en sí cumplió. No fue una Obra Maestra, pero sirvió para lo que se pretendía. 

-Este artículo de Screenrant comenta la cuestión del casual parecido de Magneto y el Profesor X con Malcolm X y Martin Luther King. 

-Aquí pueden ustedes ver el debate de si Kimetsu no Yaiba vendió más que toda la industria del cómic de superhéroes o no. Como les digo, el mero hecho de que se cuestione habla de un momento de mala salud del mundo de la viñeta norteamericano. 

-Interesante artículo de Bounding into Comics sobre Superman Red & Blue. 

-En este artículo de The Guardian pueden ustedes ver las declaraciones de un ejecutivo de Marvel sobre la cuestión de la diversidad en los comics 

-En este artículo de El Mundo vemos una postura diferente en la que se comenta que la diversidad tiene un impacto positivo 

-En los foros del medio, sin embargo, parece clara la idea. Esta claro que el público de este tipo de sitios tiene unas tendencias políticas y sobre todo sociales muy claras. Aquí se abre el debate de por qué la industria oriental está superando a la occidental. Obviando el evidente sesgo y el odio habitual que existe en internet hacia la cultura woke y SJW, en muchos puntos tienen razón. La escasez de ideas, por ejemplo, es quizá el punto más importante de todos. Y otro factor que es muy importante es que, como he llegado a ver en multitud de sitios, no existe un problema real con la diversidad siempre y cuando los personajes que la aportan sean nuevos y no refritos de otros que antes eran completamente diferentes. A veces solo hace falta sangre fresca para atraer nuevo público. 

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