lunes, 9 de mayo de 2022

Busco un Hombre Honesto

La Miseria del Buscador

Hubo una vez alguien que en sus recurrentes pero incomprensibles arrebatos decidió pasear a plena luz del día portando un candil encendido mientras decía, cuando los sorprendidos y extrañados transeúntes le preguntaban, que buscaba un Hombre, uno Honesto dicen muchos. No hubo Suerte. Nunca la hubo. 

Poco o nada me diferencia a mi de él. Incluso tengo por herencia y llevo a cabo en estos días la misma búsqueda que él realizó entonces, aunque desgraciadamente he tenido, estoy teniendo y tendré con toda probabilidad el mismo éxito que él. Digo esto sin mirar en la Diacronía para ver si el Preliatore del mañana ha encontrado lo que busca el de hoy. No parece haber muchas opciones, pero en caso de que sea posible prefiero llevarme la sorpresa. 

Existe cierta Miseria en toda búsqueda. Cuando se emprende una búsqueda es para encontrar algo por un motivo cualquiera. Este motivo no necesita ser determinado. Puede ser por la necesidad, por la curiosidad o por puro aburrimiento. Puede ser para saciar inquietudes o ponerles fin. Pero sea cual sea el motivo que mueve la búsqueda, necesita ser uno muy Poderoso para que esta pueda sobreponerse a todo contratiempo, a toda desilusión y a toda desgracia. El motivo debe ser siempre más fuerte que la miseria. De no ser así esta será la que ponga fin a toda búsqueda. Encontrar un Hombre es por sí sola una tarea desalentadora, más aún si aquel que pretendes encontrar es uno Honesto. Y si la Miseria, que no debe ser poca, no puso ni pone fin a la búsqueda de un Hombre Honesto, ¿Cuál es entonces el motivo detrás de la misma? 

El Hombre Honesto, que ni Hombre ni Honesto por definiciones tiene por que ser, es aquel que se adhiere a Justicia y Virtud. Debe serlo pues consigo mismo y con todo lo demás. Esto último es, por mucho, el condicionante que hace que la búsqueda sea prácticamente imposible. Ser Justo y Virtuoso con uno mismo y con los demás requiere de una considerable aptitud. Para ser Justo y Virtuoso con uno mismo, uno debe tener pleno Conocimiento sobre sí. Dicho de otra manera, para ser uno Honesto consigo mismo, se tiene que conocer plenamente a sí mismo, algo que en una sola vida muy pocos logran hacer. Y para ser Justo y Virtuoso con lo demás, y nótese claramente, lo demás y no solo los demás, es necesario tener un entendimiento que vaya más allá de lo que casi cualquiera estaría dispuesto a lograr. Y no se trata de una cuestión intelectual ni mucho menos. Hay muchos saberes que no guardan ninguna relación con el intelecto. Y es en esos en los que debe brillar el Hombre Honesto. Existen demasiadas cosas que la inteligencia no puede resolver o ante las que no puede responder. Es por eso que aquel que buscaba con candil a plena luz del día hacía tal cosa. No hay Lógica o Razón que pueda otorgar la Virtud, se necesita mucho más que eso. Es en lo que muchos llamarían Locura donde existe una posibilidad de lograr ese entendimiento necesario para adquirir Justicia y Virtud. 

Debe haber bajo las Estrellas alguno de ellos, perdido en la inmensidad del Mundo. Bien lo sabía el portador del candil. Y bien sabía también que de entre todos los mortales, aquellos que se dicen o creen ser Honestos son los que más lejos están de serlo. 

Quien buscaba a plena luz con su candil no era otro que Diógenes, y lo hacía con un acto propio de un loco o, al menos, de alguien que no está en sus cabales. Lo que buscaba, sin embargo, nunca se dejó ver. Pero él no desistió por ello. Yo tampoco lo he hecho y tampoco lo haré. Queda mucho Tiempo. Busco un Hombre Honesto, y quién sabe si alguno de vosotros puede llegar a serlo. Lo sé, la pregunta quedó abierta y yo mismo fue quien se la hizo. ¿Cuál es el motivo? ¿Qué motivación existe detrás de todo esto? Ninguna en realidad. El único motivo que existe es... porque merece la pena. O mejor dicho, merece la Miseria. 

Hasta la próxima, mortales. 

"Diógenes buscando un Hombre Honesto", Salvator Rosa.


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