viernes, 28 de junio de 2019

Con varios Puñados de Dólares más

A Golpe de Talonario


He estado bastante off últimamente por los exámenes finales, pero como sé que echáis de menos al gran Preliatore, sus anécdotas, sus batallitas y sus perlas de sabiduría, voy a aprovechar este respiro de una semana para compartir con vosotros algo de lo que me he examinado recientemente: La Historia de los Estados Unidos. Aunque más que la historia por como estaba enfocada la asignatura parecía más bien Derecho y Economía Estadounidense y sus aplicaciones en la sociedad. 

Si tuviera que reducir la Historia de Estados Unidos hasta el punto de resumirla de forma sintética, clara, concisa y precisa en una sola palabra usaría una tan simple y común como “billetes”, y si tuviese que hacer lo propio -pero usando cuatro palabras- con el proceso de formación y consolidación de esa misma nación hasta consagrarse como primera potencia mundial y, con toda probabilidad, nación más influyente de los últimos dos siglos usaría la expresión A Golpe de Talonario.

Voy a justificar un poco esto, pero vais a ver que no es algo complicado hacerlo. El proceso de formación de Estados Unidos es uno de lo más artificiales de la Historia de la Humanidad. 

Sitúense en 1776, año en el que podemos situar el nacimiento de los Estados Unidos de América. La nación que hoy en día gobierna la cara visible del planeta estaba aun en pañales y no tenía mucho que ver con la que es hoy en día. Este dato es bastante importante, porque para independizarse tuvieron que hacer frente a la primera potencia de este entonces, el Reino Unido de la Gran Bretaña. ¿Qué como lo hicieron para salirse con la suya? Fácil, contaron con algo de ayuda de los Illuminati & Company. Y por supuesto con el apoyo de las otras dos potencias del momento, España y Francia, rivales tradicionales de Inglaterra.

Las Trece Colonias, precursoras de los actuales Estados Unidos, comprendían solo una pequeña parte del territorio que tiene ahora dicha nación, en concreto la zona de la costa este y algunas extensiones de terreno más que no eran excesivamente reseñables. Las únicas ventajas reales de los colonos eran el conocimiento del terreno y el apoyo internacional. Al menos, eso sí, estaban bien organizadas.

Después de unos cuantos años dando la murga y una serie de sacrificios que se tradujeron en bastantes muertes para los colonos, el Reino Unido reconoció la Independencia de las Trece Colonias, que pasarían a conformar un único estado. Y así, sin más, nacieron los Estados Unidos.

A pesar de seguir siendo una nación de tercera fila en ese entonces, su ideario ya comenzaba a vislumbrarse. Su expansión territorial comenzó dirigiéndose hacia el Oeste, donde la única oposición eran los indios que, como es de esperar, no suponen tampoco un problema mayúsculo. La expansión hacia el Oeste reportaría un crecimiento territorial bastante grande. Poco después de su independencia encontramos un factor extremadamente importante para comprender el ascenso de los Estados Unidos. Hablo ni más ni menos que de su política de neutralidad respecto a los asuntos conflictos y asuntos concernientes a Europa. Esto se puede apreciar desde el primer momento cuando poco después de independizarse y una vez iniciada las Guerras Napoleónicas los Estados Unidos declararon su neutralidad pero se tomaron la libertad de comerciar con ambos bandos (vayan acostumbrándose a esto, es recurrente).

Eso de comerciar con los dos bandos no le hacía especial gracia al Reino Unido, que comenzó a poner trabas y bloqueos al comercio norteamericano. Usando esto como excusa, Estados Unidos empezó una guerra que no tenía muchas posibilidades de ganar, pero como acababan de independizarse estaban algo motivados. Realmente el comercio no fue más que una excusa para justificar un conflicto con Inglaterra que les permitiese expandirse por los territorios británicos e zona canadiense. Mataron dos pájaros de un tiro, ganaron unos cuantos billetes comerciando con ambos bandos y luego trataron de expandirse a costa del territorio británico del norte.

Estados Unidos trató de invadir territorio canadiense varias veces, sin éxito alguno, hay que recalcar. Inglaterra vapuleó a Estados Unidos en este conflicto ya que, cuando se produjo el contraataque los ingleses llegaron a Washington e incluso prendieron fuego a la Casa Blanca. Viendo que la habían cagado los estadounidenses decidieron tratar de acabar con las hostilidades para no salir incluso peor parados. Esta fue una de las pocas veces en las que los Estados Unidos han sido derrotados, y la única en la que ha sido una auténtica paliza, pero ya ha llovido mucho desde aquello. Podría haber sido aun más humillante para Estados Unidos de no ser porque Inglaterra comenzó a venirse arriba y la liaron en algunas de las últimas batallas con pretensiones de invasión. Al final, Estados Unidos maquilló un poco el resultado y el final de la guerra hizo que tanto las pretensiones de Estados Unidos de expandirse a costa de Inglaterra desapareciesen como que las de Inglaterra en el territorio norteamericano hicieran lo mismo.

Los billetes obtenidos a costa de comerciar con los dos bandos seguían estando ahí aún así, y Estados Unidos usa su dinero con cabeza cuando quiere, así que invirtió el dinero que tenía en dos nuevos fichajes para su territorio. El primer fichaje fue la Luisiana Francesa, comprada a Napoleón por 15 millones de dólares, una miseria teniendo en cuenta la extensión que ocupaba en ese entonces Luisiana. Lo cierto es que Napoleón sabía que ese precio por esa extensión era una estafa, pero esa colonia no servía a Francia para nada y además, si la vendía, reforzaría a un rival comercial del Reino Unido, por lo que en cierto modo ambas partes salieron ganando con esta jugada. La segunda adquisición de nuestros protagonistas fue la Florida Española, que compraron por unos míseros 5 millones de dólares que, por cierto, se quedaron en el limbo. España no tenía otra que aceptar porque tras las Guerras Napoleónicas se había convertido en una nación decadente que no tardaría en quedarse con un papel secundario global hasta nuestros días y, como nación decadente y débil, no estaba en condiciones de afrontar otra guerra.

Habiendo hecho los fichajes correspondientes, volvió a centrarse en lo que tocaba, seguir expandiéndose hacía el Oeste. La suerte sonrió de nuevo a Estados Unidos porque, no mucho después de la compra de Florida, un nuevo revés sacudió a España. Casi todos sus grandes territorios en la América Continental se independizaron, por lo que la vecindad de los españoles dejó de estorbar a Estados Unidos. En su lugar, ahora la vecina de Estados Unidos era una nación recién nacida sin medios para compararse a ellos.

Era esperable, Estados Unidos trató de sacar provecho de esto y abusar de la situación. Para ello comenzó cohabitando con México metiendo poco a poco a anglosajones en Texas y luego, con el paso del Tiempo, sacando partido de esto también tras la declaración de independencia de Texas. Esta declaración era la oportunidad que Estados Unidos estaba esperando para expandirse, y no iba a dejarla pasar. Aprovechando el momento, Estados Unidos comenzó una guerra contra México, la denominada Intervención Estadounidense en México. 

Quizá ya se lo hayan imaginado pero Estados Unidos ganó, y no solo eso, en lugar de quedarse solo con la soberanía de Texas adquirió también los actuales territorios de Utah, California, Nuevo México, Colorado, Arizona y Nevada, todos anteriormente territorio mexicano. México perdió en este conflicto el 50% de su territorio, que pasó a manos estadounidenses. En compensación por ello... Bueno, supongo que ya se hacen una idea... Estados Unidos pagó 15 millones de dólares a modo de indemnización. Hagan la cuenta, los Estados Unidos se hicieron con tres cuartas partes de su territorio actual a cambio de unos miserables 35 millones de dólares.

Lo miren por donde lo miren es un negocio redondo. Sí, es cierto que 35 millones de la época son muchísimos, pero muchísimos más hoy en día, aunque si somos objetivos no serían nada comparado con el valor real que tienen esos territorios en realidad. Así fue como, en cierto modo, los actuales Estados Unidos de América se construyeron a golpe de talonario. Pero no se piensen que esto acaba aquí, porque aun hay más que ver.

Estos territorios fuero, por cierto, fundamentales en el desarrollo económico e industrial de Estados Unidos, que gozaron de un momento de plenitud con la Fiebre del Oro y el auge del ferrocarril. Todo esto se traducía por una cosa: más ingresos y más billetes para la nación

La suerte volvió a sonreír una vez más (sí, otra vez) y una vez más dejó de lado a España. Los pocos territorios de ultramar de la España de finales de Siglo XIX se encontraban en una situación cada vez más tensa. Había rebeliones y conflictos con cada vez más frecuencia y era probable que en cualquier momento eso terminase por explotar. Estados Unidos intentó como es frecuente en ellos tirar de talonario y comprar los territorios españoles restantes por -esta vez sí- una suma de dinero razonable

Pero España no aceptó la oferta sin saber que ese rechazo les saldría mucho más caro de lo que pensaban. Estados Unidos ya se había consolidado en Norteamérica, era el momento de mirar al exterior por vez primera, así que ahora necesitaban una excusa para quitarle a España sus posesiones, y la encontraron en el incidente del Maine que -con toda seguridad les digo- fue una Falsa Bandera marca de la casa de los americanos, pero por rigor histórico voy a mantener la versión oficial y diré que no se sabe quién estuvo detrás (Pista: Sí)

Ahora los Estados Unidos ya no eran esa nación endeble que eran cuando se independizaron, ya tenían dinero para aburrir y un ejército y una planificación mucho mejor. Todos conocemos el Desastre del 98, así que me voy a saltar la explicación y les diré que, tras dejar en ridículo a España en unos pocos meses que duró la guerra, tuvieron el detalle de indemnizar con una cantidad minúscula a los españoles por los territorios que acababan de arrebatarles.

Y así es como llegamos al Siglo XX, pero antes mencionarles otra operación en la que su dinero le granjeó a los americanos grandes beneficios. La construcción del Canal de Panamá fue uno de los grandes intereses de los norteamericanos y en vista de que aun habiendo comprado a Francia los derechos para la construcción del canal los colombianos se negaban a dejarles hacer tal cosa, los yankees hicieron su magia motivando la independencia de Panamá. Una vez más se salieron con la suya.

Empezaron el Siglo XX volviendo a calmarse un poco. Una vez estalló la Primera Guerra Mundial, Estados Unidos volvió a seguir su política de neutralidad con Europa y, por supuesto, como no, comerció tanto con las potencias centrales como con las aliadas. Solo cuando se vieron amenazados con el Telegrama Zimmerman y viendo que podía salpicarles la guerra decidieron apoyar a los aliados.

Repetirían la estrategia años después en la Guerra Civil Española, en la que no intervinieron, pero eso no les impidió comerciar con los dos bandos y ganar aún más billetes. La situación llegaría una vez más a darse en la Segunda Guerra Mundial, en la que, si bien solo apoyaron a los aliados, no intervinieron hasta que les salpicó la guerra. Exactamente la misma situación que en la Primera Guerra Mundial.

Y así llegamos a la historia más reciente y actual, en la que tras construirse con billetes, Estados Unidos se ha convertido en Superpotencia Mundial. Ahora en disputa con China, pero los americanos siguen siendo la referencia más importante en geopolítica internacional.

Dicho todo esto, me gustaría hacer un breve análisis del proceso porque me resulta muy curioso como algo tan sencillo como el proceso de construcción y consolidación de Estados Unidos es algo que, increiblemente, solo se les había ocurrido a ellos. Realmente solo se han dedicado a comprar, sabotear y volver a comprar. Es una estrategia muy sencilla, pero que en su caso es prácticamente única. Nadie ha podido replicarla con el mismo éxito e intensidad. Puede decirse que la suerte ha tenido también mucho que ver, pero también hay que pensar en los elementos detrás de esa suerte. Puede que, entre tanta casualidad, existan algunos puntos que se hacen invisibles en la observación lineal de los Estados Unidos, pero como gran fan del Cine Western, tengo quedarles mi más sincera enhorabuena; han sabido construir una Superpotencia con una paciencia de dos siglos y con varios puñados de dólares más. Congratulados sean, a pesar de sus inmisericordes y ruines actuaciones en toda la Edad Contemporánea. 

sábado, 1 de junio de 2019

Una de las Míticas: Tottenham Hotspur

Audere Est Facere



No es un dato desconocido que Preliatore siente un inmenso amor por el fútbol inglés y los clubes y equipos que lo representan. De hecho, entre sus equipos favoritos, podemos encontrar una mayoría de ingleses: El Newcastle United, el Manchester United, el Aston Villa... Pero ninguno de los citados llega al nivel de aprecio que le tiene al Tottenham Hotspur. Esta entrada tiene un fin claro, explicarles realmente por qué el Tottenham es mi equipo favorito de entre todos los que hay en el mundo (lo del Newcastle es mucho más por sentimiento). Quizá alguno piense que en Balones Largos, aquella ya remota entrada pasada de este mismo blog, expliqué cuales eran mis equipos de preferencia y por qué pero en algunos casos lo reconozco, os mentí.

En el caso de los Spurs así fue. Hay dos motivos reales por los que este club siempre ha sido mi favorito real junto al Real Madrid (evidentemente). El primero de ellos es por que los Lilywhites representan mejor que ningún otro equipo al fútbol inglés que tanto me gusta. Ellos son el equipo que más jugadores han aportado a la Selección Inglesa junto con el Aston Villa precisamente y, además, los Spurs son uno de los pocos equipos que nunca han descendido en la Era Premier. El segundo de los motivos se remonta a una época muy remota, hace ya más de media decena de siglos. Así que acompañadme en esta Historia que os estoy a punto de contar para descubrirlo. 

Al contrario que los otros casos de Míticas que ya os he contado, la de hoy será muy breve. El origen del Tottenham Hotspur se encuentra en la Guerra de los Cien Años, concretamente a principios del Siglo XV. Henry Percy, comúnmente conocido como Harry Hotspur, fue un noble inglés durante la Edad Media tardía de la casa de los Percy nacido en Northumberland. Fue un importante capitán en las Guerras Anglo-Escocesas, pero por lo que es más recordado es por sus rebeliones contra el Rey Enrique IV Lancaster. Fue durante estas rebeliones cuando finalmente conoció su muerte a la temprana edad de 39 años, en la Batalla de Shrewsbury. 

Las causas de este conflicto fueron varias, porque a pesar de que el Rey trató de favorecer a Henry Percy, su incompetencia en otros menesteres hizo que la paciencia con él de Henry se agotase. El Rey favoreció a otras familias, no retribuyó económicamente a los Percy por las labores de defensa en la frontera escocesa y no era capaz de firmar paces y encontrar soluciones a algunos conflictos que salpicaban a Hotspur. Esto condujo irremediablemente a la rebelión y a la antes mencionada Batalla de Shrewsbury, en la que Harry Hotspur acabó perdiendo la vida... y allí estuve yo para verlo. 

Hotspur siempre fue un tanto imprudente y bastante intenso, su apodo, y de paso el del club que nacería a finales del Siglo XIX en honor en cierto modo a su nombre, proviene de las espuelas que usaba para cargar a caballo contra el enemigo con la mayor velocidad. De ahí aquello de Hotspur y Spurs. En Shrewsbury no iba a ser menos y, tan precipitado como de costumbre, cargó contra las tropas reales con toda la imprudencia del mundo. 

Las tropas reales eran ligeramente superiores a las de Hotspur, aunque estaban más o menos parejas. Esta fue la primera batalla en la Historia en la que hubo dos contingentes ingleses compuestos por arqueros que se enfrentaron entre sí en suelo inglés. La batalla abrió precisamente con una batería de flechas contundente por parte de ambos bandos, aunque los Arqueros de Cheshire de Percy fueron generalmente superiores. Enrique de Gales, importante mando del Ejército Real fue herido por una de estas flechas en la cara, pero un hábil médico cirujano y herrero (muy polivalente él) consiguió curarle con algo tan simple como alcohol, miel y un artefacto diseñado exclusivamente para extraer flechas. Este médico no era otro que John Bradmore, autor de uno de los primeros tratados de cirugía de la historia, el Philomena.

Por desgracia para Harry Hotspur, herir a uno de los comandantes y debilitar considerablemente al ejército enemigo no fue suficiente. En plena batalla y sin esperanzas de refuerzos, Hotspur lideró una carga desesperada para intentar matar al Rey. Fue en este momento cuando murió recibiendo un flechazo en la cabeza al levantar el visor de su armadura. La batalla terminaría poco después sin un claro ganador, porque aunque la cabeza de la rebelión había muerto, pero las bajas fueron sustancialmente mayores en el bando del Rey. Los Caballeros de Nortumbría exclamaron cuando Harry Hotspur murió ¡Henry Percy Rey! y ahí terminó la historia de uno de los rebeldes más alocados de la Historia de Inglaterra. 

Shrewsbury fue una batalla mucho más trascendente de lo que parece. En ella se probó la efectividad y superioridad de los arcos largos y las armas de larga distancia sobre la infantería y, además, como he comentado antes, también fue importante en el plano médico. Lo cierto es que cada uno de los Episodios de la Guerra de los Cien Años tiene su encanto, y este no iba a ser menos. 

La razón por la que el Tottenham heredó el legado de Henry Percy o Harry Hotspur es porque precisamente los terrenos en los que se encuentra el barrio de Tottenham y en concreto aquellos en los que está emplazado White Hart Lane (ahora el Nuevo White Hart Lane) pertenecían a Harry Hotspur y su familia, de ahí que el nombre del equipo acabase teniendo el sobrenombre del Caballero Nortumbrío y pasase a llamarse Tottenham Hotspur.

De hecho, sin uno tiene algo de memoria se dará cuenta de que muchos de los escudos de los clubes ingleses tienen un componente heráldico muy importante. El más nuevo de los escudos del Tottenham no lo conserva, pero sí los anteriores a él, siendo los que el equipo usó por más Tiempo. 

Audere Est Facere es el lema del club. Se traduce por “Atreverse es Hacerlo”, una bonita filosofía. El resto de elementos heráldicos del escudo son lugares emblemáticos o famosos de Tottenham y por supuesto el componente heráldico tradicional: Dos leones sosteniendo el escudo con las iniciales del club.

Hoy el Tottenham Hotspur juega el partido más importante de su Historia contra el también inglés e igualmente antiguo y medieval Liverpool F.C tras una de las mejores -si es que no es la mejor- Champions League de la Historia. Ambos equipos merecen estar ahí y la victoria de cualquiera me hará feliz, aunque no negaré que prefiero una victoria Spur, una del Pool no me desilusionaría tampoco, lo merece tras arrasar al Barcelona 4-0 (dato que hace automaticamente al Liverpool mejor equipo del mundo ahora mismo). Del mismo modo que se lo merecen los Spurs por eliminar a todos los favoritos en su camino. Mi deseo este año era que la Orejona viniese a la casa del fútbol, y así será pase lo que pase. Buena suerte a ambos, Bring it Home! y COME ON YOU SPURS! Hagamos que Harry Hotspur esté orgulloso, aunque quizá hoy sea otro Harry, también “Hotspur”, el que escriba la Historia. 

martes, 28 de mayo de 2019

Cartas a Atenea: El Mundo desde arriba

Estimada Diosa, ha pasado bastante Tiempo desde la última vez que te escribí, aunque para ti el Tiempo es un concepto vacío e intrascendente. Me veo en la necesidad de compartir contigo de nuevo un breve y sincero escrito, ya que seguramente seas la única que puede entenderlo. Como siempre, he aquí una nueva expresión de algunos de los pensamientos que circulan o han circulado recientemente por mi mente y que, con todo el afecto posible, deseo retransmitirte. 

Hace ya bastante que llevo pensando que vivo la vida de otra manera, de una forma que no es la correcta o al menos no es la que debería ser. Ya no solo por tener la condición de inmortal, sino por la de ser, cada era que pasa, alguien menos “humano” en el sentido figurado de la palabra, pues nunca lo he sido de forma literal. He perdido gran parte del interés por este mundo, siento que ya no me guarda sorpresas, que se ha convertido en un lugar donde se da una cíclica sucesión de acontecimientos sin mayor importancia que la del momento en el que ocurren para luego caer en el olvido y volver a repetirse de forma sucesiva. Puede decirse que he perdido la ilusión no por vivir, sino por hacerlo en este mundo. Quizá sea porque, en cierto modo, nunca me he sentido muy arraigado a él y siempre lo he visto desde arriba.

Ver las cosas tal y como lo hacéis vosotros, ver el mundo desde arriba, es una bendición, un don y una virtud que en realidad agradezco y considero de los mayores regalos que el cosmos ha podido otorgarme. ¿Quién bajo las estrellas podría negarse a ello? Gracias a esta facultad y perspectiva he logrado ser alguien completo y feliz por mí mismo, de modo que sería ingrato por mi parte negar que ha influido positivamente en mi vida. El punto negativo es que después de tanto Tiempo hace que sea difícil que algo me sorprenda, me pille por sorpresa o me impresione. No es ni mucho menos algo grave como tal, pero sí que puede desilusionar un poco.

De entrada tener cada vez más claro como es el mundo y como son quienes lo habitan me causa cada vez una mayor apatía. Hace que al ver que todo se repite una y otra vez incluyendo los mismos males y errores que siempre han estado presentes en la Historia de la Humanidad sienta cada vez menos empatía hacia ellos. Supongo que es algo que está justificado. Uno puede tropezar dos veces en la misma piedra, tres siendo generoso, pero hacerlo veinte es puro vicio.

También es problemática mi abrumadora capacidad racional frente a mi poco desarrollada y limitada faceta emocional. Pese a que me considero justamente emocional por detalles como las misivas que te mando como esta y el cariño con el que lo hago, lo afectado que me deja admirar un cielo estrellado, el anhelo de querer tener más conocimiento y sabiduría o el amor que siento por todo lo trascendente; no soy alguien emocional para las cosas más cotidianas o normales para los mortales. Soy excesivamente analítico y, como ya te dije, trato de ser tan objetivo e imparcial como sea posible, dejando muchas veces por el camino el plano emocional y sus injerencias en las valoraciones y juicios que hago para que estas se ajusten lo máximo posible a la realidad.

Hace poco expliqué lo complejo que me resulta sentir amor por alguien e incluso definir que es el amor per se -algo que me gustaría discutir contigo en otra ocasión- porque considero que es algo que solo vosotros, Dioses Inmortales, podéis entender correctamente. Finalmente lo hice tan bien como pude explicando que era para mi, y sé que en la definición que hice de relación ideal influyó en gran medida mi condición de megalómano. Aun así y bajo esas condiciones hay una posibilidad muy remota de que encuentre el amor de alguna forma y así, a pesar de ver el mundo desde arriba, alguien pueda verlo junto a mi. Por fortuna no considero que sea necesario y tampoco entra en mis planes, y os doy gracias a los Dioses por ello, la verdadera plenitud se alcanza solo. Entender la relación amorosa o sentimental de esta manera ya es una diferencia insalvable con la media de formas de entender una relación, por lo que resulta mucho más difícil encontrar un modelo similar. Yo ya tengo claro que no podré bajar al mismo plano que el resto y vivir la vida de la misma forma que lo hacen ellos, pero nunca descarto que alguien pueda estar en una posición similar o superior a la mía en algún momento. Sin incluirte por supuesto a ti, mi señora, puesto que has sido, ya eres y siempre serás mi más próxima y amada confidente.

No leo conceptos típicos de los mortales de la misma forma que lo hacen ellos, ni me veo afectado de la misma forma por los acontecimientos -positivos o negativos- que suceden. Ellos por ejemplo poseen una idea de familia muy distinta a la mía; para mi es una institución con una vida útil limitada, mientras que para ellos es un vínculo mucho más emocional y sentimental. Lamentablemente creo que, por como son hoy en día la mayoría de grupos familiares -disfuncionales, fragmentados, unidos por intereses particulares...- creo que mi definición es mucho más precisa y próxima a la Verdad que la suya como de costumbre. Algo parecido pasa con las ambiciones. Las mías están lejos de ser materiales pues solo busco Verdad y Justicia, saber lo máximo posible y una vida tranquila y distraída. Las suyas están en la mayoría de los casos relacionadas con la fama y la fortuna, no sentirse solos y estar siempre acompañados aunque las relaciones interpersonales que les impliquen sean meros intereses desechables. A casi nadie le disgustaría una vida con total plenitud económica e inmenso reconocimiento, pero a muchos de los que la ansían no son conscientes de lo malo que ello puede conllevar. Además, bien sabemos los dos que cuando un mortal obtiene lo que desea, siempre quiere más o se las apaña para no sentirse completo con lo que tiene, causándole una infelicidad palpable.

Otra ventaja de ver el mundo desde arriba y probablemente una de las mejores es que nada de lo que suceda podrá salpicar jamás la integridad propia. Ellos sin embargo se regodean en su miseria como a mi me gusta decir. Cualquier problema puede quebrar sus frágiles espíritus, mientras que yo siempre permanezco imperturbable ante cualquier devenir. Así me sucede realmente con todo, como si fuese ya un Ascendido, cosa que siempre he querido lograr.

Por cosas como esas vivo de otra forma, de una muy distinta. No tengo la misma ilusión que antes por vivir en este mundo y probablemente la poca que me queda vaya a menos con el paso de las eras como es lógico. Pero no todo es blanco o negro, nunca lo es. Aunque el brillo en mis ojos ya no es el que fue, no ha desaparecido aún. Para ser totalmente justo y como seguro has percibido en todo este rato creo que el problema no es este mundo como tal, sino la relación que tengo con mis presuntos semejantes que en el fondo poco o nada tienen que ver conmigo. No estoy del todo desesperanzado porque eso es solo una pequeña parte de lo que es el mundo, pero aún así y por como se ha configurado en los últimos siglos no deja de ser uno de los puntos más importantes de cara a vivir en estos Tiempos.

Es curioso como conforme te escribo, menos pesimista se vuelve mi mentalidad a este respecto. Quizá sea tu influencia o quizá lo reconfortante de escribirte estas palabras, pero en este momento no tengo una visión tan señalada de forma negativa sobre vivir desde arriba. He llegado a la conclusión de que, viviendo desde las nubes, debo dejar de preocuparme tanto por como convivir con lo que hay bajo ellas y apuntar hacia algo que esté más alto. Es el momento de pensar en lo que hay más allá, en lo que hay en las estrellas, en los confines del espacio y la luz hasta los límites desconocidos de la realidad. Allá morará también la Verdad que tanto busco, y en el camino hallaré sujetos increíbles, grandes momentos y experiencias inolvidables. Todavía quedará en la Tierra algún lugar digno de ver y alguna persona digna de conocer, pero hacerlo con asiduidad se torna cada vez más complicado e improbable.

Cada vez son más accesibles todo tipo de informaciones -que pueden ser ciertas o no-, es más sencillo comprender cualquier cosa en este mundo y más fácil conocer cualquier detalle acerca de cualquier ser, objeto o lugar. Cosas como estas han hecho de este mundo un lugar más simple y con menos encanto. No obstante me gustaría abarcar la totalidad de lo que puede ofrecer y tras eso, proceder de la misma forma con el resto del Universo, hasta donde pueda llegar. ¿Sabes, hermana? Quizá habría estado bien vivir una vida como la de los demás en la que experimentar todo lo que experimentan ellos, pero habiendo visto durante siglos como suceden las cosas prefiero quedarme con lo que me ha tocado, que al fin y al cabo es lo que mejor se ajusta a mi y a mis prioridades: la tranquilidad y el conocimiento. A veces puede dar la sensación de que ni siento ni padezco, pero prefiero eso a sentir y padecer por cualquier pequeñez; a veces puede ser difícil recuperar algo de ilusión, pero siempre me queda saber que la realidad es mucho más grande que este pequeño mundo que ya veo desde las alturas; y a veces quizá sienta que me pierdo muchas cosas por ser como soy, pero no es nada comparado con ser feliz gracias a ello. Tanto me da, tanto me quita. Tanto tengo, tanto pierdo. Pero a la hora de la Verdad, todo se ve más bonito desde las nubes, y más hermoso aún debe ser desde las estrellas.

Es todo cuanto deseaba decirte, Atenea. Escribirte esto ha contribuido a que mi ilusión no se desvanezca y crezca con respecto al punto de partida de este escrito. Mil gracias como siempre te doy, mi amada Diosa y hermana, por atenderme y entenderme a la perfección; y mil gracias también por como como de costumbre ayudarme a encontrar una buena y bonita conclusión en el transcurso de la carta.

Tan dedicada y atentamente como siempre, con amor, Preliatore.

miércoles, 22 de mayo de 2019

Una de las Míticas: Cartagena de Indias

La Enésima Angloespañola


Al contrario que la Batalla de Stamford Bridge es muy probable que la que os traigo hoy os suene muchísimo más. Tal vez no conozcáis la batalla en sí, pero probablemente os suene el contexto, los personajes, los beligerantes o algunos nombres. La Batalla de Cartagena de Indias fue uno de los cientos de conflictos que ha habido en la Historia entre Inglaterra y España. Pero destaca entre los centenares de batallas que ambas naciones han tenido tanto como destacaron en su momento mucho Tiempo atrás La Armada Invencible o su posterior contrapartida La Invencible Inglesa. 

Hace no mucho esta batalla estuvo presente en los medios y redes como consecuencia de la propuesta de Vox de ensalzar a Blas de Lezo como Héroe Patrio. Es algo que generó mucha polémica y rechazo pero también tuvo sus adeptos. Comprendo que Vox al ser una basura de partido sionista que no tiene ni idea de política genere mucho rechazo entre los jóvenes -que tampoco tienen demasiada idea-, pero hoy voy a romper una lanza a favor del Almirante Lezo, porque dirigir el hate que hay a Vox hasta su figura no hace Justicia con uno de los hombres de mar más brillantes de todos los Tiempos. Dejen la política y los prejuicios fuera de esto y presten atención, que parece que a veces olvidan que Blas de Lezo vino antes que Vox y no a la inversa. 

En mi opinión ensalzar la figura de Blas de Lezo como héroe no es necesario, porque de todos modos ya es reconocido como uno de los más grandes estrategas y comandantes de la Historia relativamente reciente. Parte importante de la culpa de ello la tiene la batalla antes citada, el Asedio Inglés a Cartagena de Indias. 

“Ataque Británico a Cartagena de Indias”, por Luis Fernández Gordillo


Sitúense a principios de la década de los 40 del Siglo XVIII. Guerra de Sucesión Austriaca; Francia e Inglaterra eran ya potencias mundiales de primer orden en detrimento de España y nos trasladamos al Caribe en la primavera de 1941: El conflicto trasladado a esta región geográfica es completamente distinto al Europeo. Aquí recibe el nombre de Guerra de la Oreja de Jenkins para los ingleses y Guerra de Asiento para los españoles. Es un conflicto que se arrastraba incluso de antes y que ahora se incluía en la Guerra de Sucesión. Lo cierto es que su desencadenante no podría ser más extraño. Robert Jenkins, marino británico, fue abordado por marineros españoles que lo acusaban de contrabando y una vez que lo capturaron, lo ataron al mástil y le cortaron la oreja. Hecho esto, Juan de León Fandiño, que fue quién le cortó la oreja, le dijo lo siguiente a Jenkins: 

“Ve y dile a tu Rey que le haré lo mismo, si hace lo mismo que has hecho tú”

La frase es clara, concisa y da poco lugar a la interpretación. Es una amenaza. Por cosas como esta la Historia es una disciplina tan divertida y encantadora. Por cosas como esta los ingleses siempre han estado hasta el nabo de los españoles y viceversa. No se llevan bien pero no pueden vivir los unos sin los otros. Es probable que este incidente nunca haya pasado como lo cuentan los ingleses y sea una gran mentira, pero es la única versión que existe. Pasaron unos años, pero el incidente fue tomado como Casus Belli por los ingleses por la falta al honor que suponía tal cosa. 

Para ese entonces Inglaterra ya era bastante superior a España. No se había confirmado aún su dominio. Ya saben que para eso habría que esperar a Trafalgar. Pero se veía a la pujante potencia como futura dominadora de los mares, y por tanto del mundo. La prueba tangible de esto es la batalla más famosa y destacada de todo el conflicto, y ahí es donde vamos a entrar. 

Llegada la Primavera de 1941, Inglaterra lanzó un asalto anfibio a la ciudad de Cartagena de Indias, en Colombia. Para que tengan las estadísticas en mente: Inglaterra atacó con en torno a 30000 hombres y entre 100 y 200 barcos. España tenía que defender con 3000 hombres, 6 barcos y apañarse con las defensas que tenían en tierra. La fuerzas inglesas estaban comandadas por Edward Venron, que no sabía a lo que estaba a punto de enfrentarse, y las españolas por Blas de Lezo y Sebastián de Eslava. En un primer momento parecía que la batalla iba a ser un paseo para Inglaterra, pero los problemas no tardaron en aparecer. Desde el principio hubo problemas de avituallamiento y provisiones en el contingente británico. A eso se le sumó la gran lacra a la que las tropas de Albión tuvieron que hacer frente: Las Enfermedades. Por citar algunas, los hombres del ejército inglés se vieron afectados por tifus, disentería (típicas ambas en lo militar) y fiebre amarilla. Las afecciones en materia de salud fueron un lastre constante en la batalla para los ingleses, cuyas bajas por enfermedades acabarían contándose en miles. 

El asalto británico se centró al principio en las fortalezas de Bocachica y Bocagrande (los nombres no son demasiado originales, la verdad). Pareció sencillo al empezar e incluso Vernon mandó directamente una carta a Inglaterra declarando la victoria (craso error), pero la estrategia española consistió en retroceder desde la primera fortaleza y segunda fortaleza hasta la de San Felipe de Barajas -haciendo perder en el proceso muchísimo Tiempo y muchas tropas a los británicos- y una vez concentradas las tropas en la última fortaleza, defenderla de la debilitada y cansada infantería inglesa haciendo un tapón en la entrada. Más de 1500 hombres ingleses según los registros murieron en este punto. Este primer ataque británico fue contenido con éxito y la moral de los ingleses quedó por los suelos. 

Un segundo intento de los ingleses consistió en construir unas escalas y pillar por sorpresa a los españoles, pero Blas de Lezo había previsto eso y ordenó cavar un foso alrededor de la fortaleza, haciendo que las escalas se quedasen cortas y dejando sin ideas a las tropas atacantes para asaltar el lugar. Los españoles respondieron y provocaron la huida de los ingleses, no sin antes ocasionarles otros cientos de bajas más.

La moral de los ingleses no podía caer más bajo tierra -literalmente- porque de ser así se encontraría con alguna base reptiliana. La defensa de Blas de Lezo y sus pocas tropas permaneció inquebrantable durante todo el asedio. Los ingleses siguieron bombardeando durante cerca de un mes la plaza española, pero no hubo éxito alguno. El plan de Lezo pasaba precisamente por eso, alargar los ataques británicos durante la temporada de lluvia y ocasionarles un estancamiento debido a la falta de suministros.

Aunque la presión inglesa llevó a Lezo y los españoles hasta el límite, el plan funcionó. Las lluvias generaron mil y un problemas a los ingleses. Contribuyeron a empeorar las plagas y enfermedades ya existentes en los navíos ingleses tras el asalto en tierra y la acumulación de cuerpos sin enterrar en descomposición. Hay que reconocer que no es una táctica muy bonita, pero sí tremendamente eficaz y práctica en una situación de total desventaja como es la que se presentó en Cartagena de Indias. Los arreones, bombardeos y asaltos ingleses fueron intensos pero insuficientes para reclamar la victoria y las enfermedades y la ineficacia para completar los ataques supusieron el fin de las aspiraciones inglesas.

El saldo en bajas de la batalla se cuenta en decenas de miles para los ingleses, habiendo según la mayoría de fuentes en torno a 30000 bajas entre las militares propiamente dichas y las causadas por enfermedades. Para los españoles las bajas no superaron las 1000 y las plazas española en esa zona acabaron consolidadas tras esta contundente victoria.

Si somos del todo justos hay que decir que Inglaterra también ha apalizado a España en numerosas ocasiones a lo largo de la Historia, pero en pocos casos se ha dado un enfrentamiento tan desigual y se ha acabado decantando a favor del bando menos favorecido (en este caso el español). Las posibilidades a simple vista eran nulas para los defensores, pero la genial resistencia y estrategia orquestadas por Blas de Lezo acabaron imponiéndose a los números de los ingleses. He ahí lo grande de la figura de Lezo.

Monumento a Blas de Lezo en Madrid. Como puede verse a simple vista, era un hombre curtido que había pasado por miles de calamidades.

Blas de Lezo es un personaje histórico que, más allá de su condición de héroes, tiene muchas particularidades. Era cojo, manco y tuerto, condiciones que le hicieron ganarse a pulso el apodo de “Medio Hombre”. A pesar de que muchos de los progres idiotas sin conocimiento de la Historia que lo critican no saben ni qué hizo ni quién era, el hecho de que la derecha haga referencia a su figura ya hace que lo identifiquen como alguien negativo para ellos, cuando en realidad no tiene mucho que ver con lo político. En cierto modo espero que con esta entrada se le haga un poco de Justicia, se lo merece.

Otro punto a su favor es que en la Historia Bélica y Militar Universal ha habido muchos grandes héroes y estrategas. Muchos de ellos aparecen en libros, otros aparecen en videojuegos (de algunos de estos hablaré en otras entradas), y otros tantos tienen series y películas, pero muy pocos -por no decir ninguno- tienen su propia canción en Los Lunnis, porque sí, en efecto, Blas de Lezo tiene una canción dedicada a él en los Lunnis. ¿Quién lo diría? Un día ganas una de las batallas más míticas y más recordadas de la Historia y al otro -más de 200 años después- te dedican una canción en un programa para niños.

Nos vemos en la próxima mítica. Hasta la próxima entrada, mortales. 

viernes, 17 de mayo de 2019

Loveless World: Venus Versus Preliatore

Poner el Autobús


Hablemos del Amor. Como concepto, así de simple. No de sus tipos o de sus implicaciones (que también) sino del Amor por alguien en sí mismo. Vamos eso sí a sacar del análisis el fraternal, el amistoso o el familiar, y el amor por un objeto o algo material también. Estamos hablando por tanto del amor que sienten ustedes por la o las personas que les gustan.

¿Creen ustedes saber qué es el Amor? ¿Piensan que lo han sentido alguna vez a lo largo de su larga o corta vida? ¿Se han parado a reflexionar siquiera sobre ello? Yo les dejo estas preguntas en el aire para que traten de responderlas siendo lo más sinceros posible, teniendo en cuenta que quizá esto despierte muchas dudas sobre lo que han o no han vivido con lo que respecta al Amor.

Como tal el Amor admite una infinidad de acepciones, pero la mayoría coinciden en que es un sentimiento. Sin embargo esta reducción no me resulta del todo aplicable porque obvia parte del componente mental y psicológico que interviene en el proceso amoroso. Vamos, que no es una definición completa para mi gusto. Naturalmente es un sentimiento en sí, pero el concepto se compone de mucho más que eso. Por citar algunas cosas están la atracción sexual, la afinidad en personalidad y gustos, las similitudes en pensamiento... Aun así hay exenciones considerables. Existe Amor sin componente sexual, Amor sin que los individuos implicados en la relación sean afines, Amor en el que los implicados tienen formas de pensar opuestas o muy distintas... incluso existe la muy remota posibilidad de que haya un Amor en que se den todas las características expuestas en las líneas anteriores. Esto es, sin sexo, sin similitudes en pensamiento y sin afinidad, aunque una relación de estas características es prácticamente insostenible no es del todo imposible, podría pasar si los que se implican en ella están lo suficientemente preparados y sienten y piensan de hecho que merece la pena intentarlo. Muy bonito, pero aún más improbable.

Por como se interpreta, existen muchísimas variantes de relación amorosa, tipos de enamoramiento, de atracción o incluso de conexión. Muchas de ellas son completamente falsas y se emplean como justificante barato para necesidades sexuales y fisiológicas, ganas de acaparar un mínimo de atención, sentirse querido por alguien por forzado que sea o por simple y puro aburrimiento. Pero eh, cada uno se engaña a sí mismo como quiere.

El título de esta entrada no engaña. Loveless World o “Mundo Sin Amor”, que suena mucho peor y más cutre, representa fielmente uno de mis pensamientos: El Mundo, por como está planteado, no conoce el Amor, ni siquiera el amor como yo lo entiendo (porque el como lo entiendan los demás es irrelevante). Y os estaréis preguntando ¿Cómo lo entiendes tú? -si no os lo estáis preguntando me da lo mismo, lo casco igual- Pues como hay que entenderlo, como Los Dioses mandan.

En lugar de explicarlo usando una terminología abrumadora y excesivamente aburrida como hacen todos los espabilados que viven del cuento os lo ejemplificaré de la siguiente manera, os voy a exponer como sería mi relación amorosa ideal. Vais a ser testigos de como dista mucho de la mayoría de ideales amorosos que conocéis, pero tiene también su punto de lógica. Voy a sincerarme y contarles que busco en una persona, las ventajas y desventajas, los problemas e inconvenientes y sobre todo las virtudes de este tipo de relación.

Para empezar Preliatore es un individuo que dentro de sus fijaciones amorosas solo contempla la posibilidad de enamorarse de una chica que sea al menos tan Poderosa como él, aunque es preferible que lo sea más, a mayor Poder, mayor atracción. Este es el primer problema que me encuentro y es de envergadura considerable. Veréis, soy un tipo que habla de sí mismo en tercera persona, esto debería bastar para explicar por qué pese a sentir atracción física por muchísima gente, el enamoramiento es algo que no se produce casi nunca o nunca. Necesito alguien a quien admirar y de quién poder aprender, alguien que en definitiva me supere. Esto es consecuencia de algo sencillo: Nunca he conocido a alguien a quien admire como tal. Todo lo que admiro son personajes históricos o personajes ficticios, es decir, admiro a personas que han fallecido o a personas que no comparten mi misma dimensión, pero aún así ya saben una waifu al día no hace daño. En resumen, la desventaja de esto es que estadísticamente el cerco no es muy esperanzador, la ventaja es sin lugar a dudas que con alguien así podría crecer aún más como ser.

Tal y como he dicho además de admirarla tiene que ser una chavala que, al menos, me iguale en poder o me supere preferiblemente. Hay quien catalogaría esto como fetiche y no se lo discutiría, pero siento una fijación por las chicas Poderosas. Nobles, burguesas y similares siempre me han llamado mucho la atención... Suena bastante medieval, ¿para qué mentirnos?, pero es muy cierto. Y va mucho más allá del dinero o los intereses, de hecho mi idea -y aquí es donde viene lo difícil de asimilar de mi modelo- es “servir” a la chica de la que me enamoro, algo así como la relación de un mayordomo y su señora. No saquen esto de contexto y permítanme explicarme, que les conozco. Es algo muy raro, pero si observan con detenimiento verán que una relación de estas características forja un vínculo de lealtad, amistad, confianza y compromiso que pocas relaciones presentan. Además no implica ataduras de ningún tipo, no es “contrato” como lo es el matrimonio y la institución que implica ni un “acuerdo” como los compromisos centrados en lo sexual y lo social; por esto, el grado de libertad sería enorme. Si me preguntan son todo ventajas, pero hay una enorme desventaja y es el pequeño detalle de que forjar una relación de estas condiciones es no imposible, pero si lo más cercano a ello. Bueno, soñar es gratis, y hacerlo con servirle el té a la chica de tus sueños y tomarlo junto a ella sigue siendo gratis.

Hasta aquí las dos condiciones fundamentales. Sentiría atracción amorosa por una chica a la que pueda admirar y que sea tan Poderosa como yo o más, tanto como para considerar el servirle (en el contexto que he explicado, malpensados). En el fondo no es tanto lo que pido, pero es bastante. Por otro lado en la faceta estética y los estándares de belleza no hay demasiada exigencia, siento predilección como ya saben por el estilo visual, cosplayers, nekas y demás fauna con el pelo de colores o incluso las míticas “goth gf”, pero no influye tanto como lo anterior. Ya puestos a pedir si es noble, que es lo superideal, que vista como tal sería lo máximo. Ah, y que sea francesa, por la francofilia. Con todo, sé que esto es una quimera imposible, por lo que asumo que en la vida solo puedo optar a relaciones al uso.

Debo indicar que esto me pasa desde hace unos pocos años, antes no se tenían que dar estas circunstancias para que me enamorase si es que alguna vez lo he estado, que bajo juramento diría que no, pero conforme han pasado los años he desarrollado esta idea por alguna razón que escapa a mi comprensión. Quizá me la hayan inducido los anunnaki o... ella... que todo es posible. No lo veo mal pese a todo, aun con las desventajas, tiene todo lo que considero que hace falta para que se pueda hablar de Amor: Amistad, lealtad, libertad, confianza... ¿Quién lo diría eh? Parece que la misma Venus habla por mi muy a mi pesar. Nunca he tenido una relación excesivamente buena con ella, pero eso no quita que, dentro de mi osadía al escribir esta entrada hablando sobre su dominio, le tenga aprecio y mucho respeto. Algún día espero reconciliarme con ella y su materia. Si lees estas líneas espero que compartas mis pensamientos, porque sé que en tu alta Sabiduría los entenderás por defecto, Diosa. Volveré a escribirte, lo prometo. 

Ahora toca justificar por qué considero que en el mundo no hay Amor. Naturalmente no espero que todo el mundo tenga por relación ideal la que tengo yo -de hecho todo lo contrario, quiero que sea algo exclusivamente personal- esto solo os lo he explicado para que entendáis que es lo que considero que debe haber para que exista amor. Cuales son sus ingredientes, hablando mal y pronto. Si se es algo objetivo con el entorno, se puede apreciar que en la mayoría de las relaciones interpersonales falta algún o alguno de estos ingredientes y se ven sustituidos por el interés, el mero deseo sexual o la conveniencia. El interés sobre todo es algo que ya imposibilita que una relación pueda considerarse amorosa como tal a mi juicio y al de cualquiera que le de dos vueltas al asunto. Se aplica De Facto exactamente lo mismo para las relaciones de amistad, si hay interés no hay amistad.

La Sociedad, a veces mecanismo de protección y otras de presión, ha contribuido en gran medida a desmontar el amor y convertirlo en un catálogo en el que puedes optar a varias categorías. Lo hay liberal, libre, romántico, cortés, sin compromiso... Parece el menú de las cadenas de comida rápida: te venden la misma mierda pero de distintos tamaños y con diferentes complementos. Por supuesto cada consumidor piensa que su producto -y no uso esta palabra de manera aleatoria- es exclusivo y mejor. El que crea en el amor romántico o tradicional -que es una ficción y un timo para vincular legalmente a dos ovejas- considerará al que practique el amor libre como una persona postmoderna que solo busca sexo con varias personas sin que haya problemas, mientras que a la inversa quien siga el modelo de amor libre o relación liberal -que es una mercantilización del sexo con amor- creerá que el que está afincado en el amor tradicional o romántico es un alfabeto emocional, una persona incapaz de elevarse a una nueva dimensión. Pero nada más lejos de la realidad, todo es una estafa. No se educa a las personas en el amor como tal, sino en interpretaciones varias y de distintos colores y sabores que cada uno acaba adoptando en función de sus intereses, vivencias o experiencias la que cree conveniente. Ninguna es mejor que la otra porque todas tienen el mismo valor, que no es otro que el que su usuario quiere atribuirle. No existe el Amor, sino sus placebos. Sustitutivos que la mente asimila como válidos para cubrir las necesidades emocionales de los mortales.

No se enfaden. Incluso mi forma de ver el concepto y mi relación ideal no dejan de ser una interpretación cuyo valor es el que yo mismo le atribuyo (el más alto del mercado, por supuesto, pero el mismo que el del resto por regla de tres), y si yo les dijese, desde mi verdadera perspectiva superior, qué es el amor en realidad no entenderían nada y se tirarían de los pelos. Obviemos eso y digamos que es probable, por tanto, que como el resto de ideas abstractas que la mente humana trata de comprender, el amor verdadero sea algo que el ser humano no puede asimilar, algo más divino que humano y que no está al alcance de casi nadie. El problema de los mortales es que tratan de entender cosas que no son concebibles para ellos y cuando creen haberlo hecho solo les queda el sufrimiento que ellos mismos se han generado con su invento. Ahora desarrollaré esto último, paciencia. Antes debo añadir algo más en relación con ello.

Poner el Autobús es mi enésima genialidad para con el mundo en esta Era. Si siguen un poco las tácticas futbolísticas habrán escuchado alguna vez la expresión “Poner el Autobús” o su versión en inglés “Park the Bus”. Esta expresión hace referencia a la táctica más defensiva posible, lo que viene siendo defender con todo el equipo encerrado atrás, los 11 jugadores metidos en el área o colocados en sus inmediaciones. ¿A qué viene esto? Es sencillo, para con el amor la táctica que yo tengo adoptada sería el equivalente a Poner el Autobús. Nunca trato de buscar una relación, ya dije en una entrada pasada que ligar no es para nada lo mío, porque es que ni siquiera lo intento. No soy un sujeto que salga de fiesta o que hable siquiera con chicas por muy atractivas que me parezcan. Para muchas cosas no, pero para eso soy más cortado que las cartulinas de un colegio. El Poner el Autobús es un privilegio que muy pocas personas pueden lograr en sus vidas, establece una zona de seguridad y felicidad absoluta en la que, como no hay que arriesgarse, no hay nada de que preocuparse. Sí, te pierdes quizá algunas cosas, pero te ahorras otras tantas, por lo que es una especie de estabilidad emocional imperturbable. Claro que como he dicho esto no es algo que esté al alcance de muchos porque hay quien no puede estar sin tener sexo o quien no puede vivir sin pareja porque siente que su vida no está del todo llena. Así son los débiles, no asumen que el Poder Absoluto para ser alguien feliz y completo empieza y termina por uno mismo conformando una infinidad perfecta y no es necesario buscarlo o completarse dependiendo de factores externos. Ah, Classic Autarquía Megalómana de Preliatore...

Preliatore en el Amor. Pero no se lo pierdan, que además es un autobús eléctrico y respetuoso con el medio ambiente. Un partidazo.

Después de decir esto seguro que alguno se piensa que soy un troll de manual, pero creedme, no invertiría tanto Tiempo en una reflexión para que sea un simple troleo o amarillismo. De hecho creo que toda la estructura del artículo es coherente y no presenta errores. ¿Sería totalmente feliz con una chica en una relación como la que propongo? Sí; ¿Lo sería sin ella y estando solo en el autobús? Naturalmente. Hay formas y formas de ser alguien en plenitud, ¿saben?

Lo malo de Poner el Autobús, es que una vez que subes es muy difícil bajar, pero nunca se sabe si algún día alguien querrá subirse, la vida da muchas vueltas. Más allá de haber puesto el autobús por mi escasa aptitud emocional y extrema vergüenza para cuestiones de atracción, amor o tensiones sexuales hay otras razones por las que el autobús sigue estando. Aquí vuelvo al punto anterior. Ya saben, mi declaración sobre “el sufrimiento que ellos mismos se han generado”, que no se me olvida que debo aclararlo. Verán, puesto que el concepto de amor está pésimamente planteado, creo que el autobús es el salvoconducto perfecto para ahorrarse los problemas que puede acarrear ser víctima del mismo y sus designios. Cuando hablo del sufrimiento que se han creado, hablo de lo mal que se llevan cosas como la incertidumbre del ser o no ser amado, la duda de si el sentimiento es puro y honesto o solo fachada e imagen, o lo más importante, ¿hasta que punto es un impulso animal de supervivencia y reproducción o atracción sexual en lugar de una atracción racio-emocional (ojo, que lo mismo esto lo patento yo) y justificada por la persona a la que presuntamente se ama?

No quiero ser un hijo de puta y generarles dudas, así que me conformaré con que vuelvan a pensar en las preguntas que les hice al principio de la entrada. Si han encontrado una respuesta, traten de afianzarla si se mantienen firmes o reemplazarla si no están tan seguros ahora de lo que han concluido en primera instancia. Pero piensen en ello, quizá les aporte algo, que es mi propósito siempre.

Para terminar decirles que realmente Poner el Autobús es durísimo y no se lo recomiendo a nadie. A pesar de que os he dicho que es algo con lo que uno se puede llegar a sentir cómodo y tiene bastantes ventajas, también es algo que no está hecho para los mortales. La inmensa mayoría de las personas necesitan siempre algo de calor y compañía para sentirse completos, por lo que esto deja por defecto de ser una opción. No sois lo suficientemente fuertes y Poderosos como para ello. Además os perderéis algunas de las experiencias más humanas posibles, como vienen siendo la felicidad inicial o el dolor postrero. Al final lo ideal es vivir ambas cosas, de lo contrario la vida se vuelve más aburrida. Yo he optado por hacerlo porque siento que el Don de Venus no me compensa, al menos por ahora, porque a mi relación ideal no le diría nunca que no por ejemplo.

Desde mi Sabiduría Infinita la conclusión reducida a términos simples es que el amor en sí no es inteligible o comprensible, por lo que no merece la pena intentar darle vueltas. Pero lo más importantes es que, sigan el tipo de relación amorosa que sigan, sean felices con ella. Por supuesto dentro de unos límites, porque si una relación es tóxica no puede ser amorosa. No, no intenten justificar que puede serlo. No puede. Eso de “quien te quiere te hará sufrir” es un tocomocho, un engaño colectivo de muchos. Si alguien te quiere no te hace sufrir, sería absurdo afirmar lo contrario. Si hay gente que con el modelo de toda la vida es feliz que sigan adelante con ello. Si hay gente que prefiere una relación con más licencias, pues también. Y si por supuesto alguien quiere poner el autobús que lo ponga, pero eso es solo apto para genios supremos y seres superiores como yo, servidor o el menda.

En otro momento me extenderé más, pero eso es todo por hoy.

Hasta la próxima, mortales. Y hasta la próxima, Diosa del Amor. 

miércoles, 20 de marzo de 2019

Sing It Back

Temporadas


Este mes de Marzo una de las canciones que me suele acompañar durante muchas de las noches de mi vida cumple 20 años. Dos décadas han pasado ya desde que un 15 de Marzo de 1999 fuese lanzado como single el tema Sing It Back de Moloko, el conocido dúo de finales de los 90 y principios de los 2000 compuesto por Róisín Murphy y Mark Brydon. Realmente esta no se trata de la canción original, sino del remix del DJ Boris Dlugosch aunque es esta la versión de la canción que todos recuerdan y no la original, que por lo general es desconocida o pasa desapercibida. 

Veo oportuno dedicar una modesta entrada a la canción por todos los recuerdos que me evoca después de tantos años. Y es que el mundo ha cambiado mucho en los últimos 20 años. Dos décadas son más Tiempo del que parece y todo cambia a cada momento sin que muchas veces uno pueda darse cuenta de ello. Hay cambios grandes y cambios pequeños. Gente que va y gente que viene. Vidas que terminan y otras que empiezan. Algunas oportunidades tomadas y otras perdidas. El comienzo de algo y el final de otra cosa. Todo esto puede sucede en un simple día, por lo que imagínense cuantas experiencias, situaciones y momentos se pueden vivir en 20 años. Puede que unos si sean notables pero otros no tanto. Les invito aquí a pensar en esto, ¿cuánto y cómo han cambiado vuestras vidas en las últimas dos décadas? ¿Qué habéis perdido y qué habéis ganado? y sobre todo ¿qué vendrá después?

Para situarse, hacia principios de 1999 no existían muchas de las cosas que actualmente se consideran fundamentales. Internet para el gran público aún era algo que estaba muy limitado, no existían los smartphones y por tanto tampoco todo lo que ello conlleva, ni siquiera estaba extendido el estilo visual-neko que tanto me gusta ver en mis coetáneas. Todavía existían los videoclubs, dato importante ya que ahora el que sobreviva con uno lo tiene casi imposible. Aún no había llegado la Guerra Contra el Terrorismo, no se habían producido los Atentados del 11-S, ni los siguientes en otras partes del mundo. Tampoco se había producido la Crisis del Mundo Financiero y el Sistema Bancario. 

Todos estos cambios son notorios y dudo que se le escapen a nadie. ¿Pero cuántos hay que pasan haciendo menos ruido? En los últimos 20 años el mundo ha pasado por numerosos cambios ideológicos, el nacimiento de algunas corrientes y el desarrollo de otras que ya existían ha sido algo constante. Por otro lado, los gustos y las aficiones de la gente también han cambiado mucho. Antaño por ejemplo no existía la misma facilidad que ahora para contactar con los demás. No se podía quedar de un minuto para otro, no existía la posibilidad de jugar online al mismo nivel que ahora, no había tanta oferta televisiva y de entretenimiento como ahora. Hoy en día al que se le diga que hubo una época en la que las únicas series de animación que se podían ver eran en la televisión autonómica o, si acaso, durante un rato en alguna de las televisiones mayoritarias -que no pasaban de 5 normalmente- pensará que han pasado muchos más años de los que han transcurrido realmente. Ahora con las plataformas de streaming, el exceso de información y la facilidad para comunicarse estas cosas parecen de otra era, pero realmente no es tanto como se puede pensar. 

Volviendo a la canción, Sing It Back fue el hit del verano de 1999. Lanzado en la última semana de invierno y dando paso a la primavera se trataba de un sencillo que era fácilmente encasillable en los 90 tardíos. Con un toque disco y por supuesto muy dance reflejaba en parte la tendencia de aquellos Tiempos. Pese a todo a envejecido muy bien, tanto que ni siquiera ha envejecido como tal. Pocas canciones han logrado transmitirme ese efecto. Aunque es claramente de ese año, podría pasar por ser de cualquier otro. 

El dúo no duraría mucho más Tiempo y a la altura de 2004 se separarían. Diferencias irreconciliables, como siempre. Al menos su legado perdura hasta hoy. Para Preliatore 20 años son un suspiro, pero no dejan de ser 20 años.

Hoy precisamente, si han prestado atención a las relaciones que siempre establezco entre las partes de mis entradas, es el último día de Invierno. O el primero de Primavera, que también es una posibilidad. Un nuevo cambio que se repite de forma cíclica cada uno de los años de nuestra vida. Perséfone lleva regresando a la Tierra miles de años, mi detalle para con ella es recordar y honrar su labor de terminar con el tedioso y largo invierno. Con ella viene la transición entre dos temporadas que se produce durante la perfección de un Equinoccio. Hoy ella será la que recibirá mis alabanzas. Per Deos Inmortales.

«The Return of Persephone», por Frederic Leighton. Sepan cuantos estas líneas leyeren: Infinitos en Misterio son los Dones de los Dioses.

En último lugar, me gustaría que pensasen en los cambios de los que nunca se habla en la Historia. Los cambios por los que pasan y han pasado todos y cada uno de ustedes en los últimos 20 años. Preliatore es imperturbable pero vosotros, oh, mortales, sois movidos por vuestra razón a veces y por vuestras pasiones a ratos. Cada situación puede tener infinitas posibilidades, y seguro que las vuestras no han sido menos en el pasado y no serán menos en el futuro. Tal y como reza la canción Cántalo de nuevo. Revivir, lo bueno y lo malo, es algo de lo que también se puede aprender.

La letra de la canción tiene pasajes que me resultan preciosos. Pero si tengo que quedarme con uno sin duda sería “Can I control this empty delusion?” algún día os contaré por qué si es que no lo habéis intuido ya. Después de vivir con la carga de mi Inmortalidad, ese pasaje cobra mayor sentido del que debería tener inicialmente. Puede que ese sea el motivo por el que tengo esta canción tan arraigada. La compañía en las noches de Preliatore son el hermoso plenilunio en los cielos y las voces de las tantas canciones que escucha. La Mente de un Sabio no debe conocer largo descanso.

Entre tanto, les deseo un Feliz Equinoccio y una bienaventurada llegada de Ostara. Midan bien lo que hacen con sus Temporadas, puede que en el futuro ya no haya forma de que se las canten de nuevo.

lunes, 25 de febrero de 2019

Una de las Míticas: Stamford Bridge


Los Últimos Vikingos



¿Les suena Stamford Bridge? Supongo que muchos reconocerán el nombre por el mítico estadio del Chelsea, pero hoy no hablaré de eso precisamente, más bien de su epónimo. Hoy toca volver muy atrás en el Tiempo. En concreto a 1066, uno de los años más cruciales en la Historia de Inglaterra.

Es un año que por lo general no es muy recordado en los anales de la Historia, pero en el que se produjo un caso curioso: dos largas eras morían mientras que al mismo Tiempo nacía otra. El episodio de hoy sucedió en la Inglaterra Anglosajona; nos remite a Septiembre del año 1066 y dejó para la Historia varios de los momentos más significativos y memorables en toda la Edad Media en el Norte de Europa.

En aquellos Tiempos como es natural Inglaterra no presentaba la misma unidad nacional ni era la misma entidad que es hoy en día, encuadrada en el Reino Unido. Era entonces un lugar bastante caótico en el que las múltiples diferencias entre regiones, las conspiraciones e intrigas y las invasiones de pueblos extranjeros estaban a la orden del día. A veces estas invasiones eran repelidas con éxito, pero en otras la suerte no estaba con los anglosajones. En la que nos atiende en este caso el éxito anglosajón fue rotundo, y quedó plasmado por siempre en una batalla en concreto: la Batalla de Stamford Bridge.

“La Batalla del Puente de Stamford”, por Peter Nicolai Arbo


A principios de 1066 el Rey Eduardo el Confesador murió y la cuestión sucesoria quedó en el aire. Se reconoció a Harold Godwinson como Rey, pero sus rivales y enemigos reaccionaron ante esto. Harold trató de calmar el ambiente haciendoles concesiones, pero esto no fue suficiente para algunos de ellos, que optaron por traicionarle. Aprovechando la coyuntura y sus opciones de hacerse con Inglaterra el Rey de Noruega Harald III -mejor conocido como Harald Haardrade- lanzó una nueva invasión contra Inglaterra.

El pueblo anglosajón ya estaba acostumbrado a las amenazas extranjeras. La cosa venía ya de hace siglos. Daneses y Noruegos lanzaban invasiones cada cierto Tiempo, por lo que esto no era algo nuevo ni mucho menos, ya saben que los vikingos tienen su fama de agresivos bien ganada. El hermano traidor -ese típico personaje entrañable de la Edad Media- también estuvo presente en este conflicto bajo la forma de Tostig Godwinson, que traicionó a su hermano para apoyar la invasión de Harald. De Harold a Harald solo hay una letra, nadie notará la diferencia, debió pensar Tostig.

La invasión comenzó con una importante victoria noruega en la Batalla de Fulford del 20 de Septiembre, comenzando así la invasión por la región de Yorkshire. Lo que los vikingos no sabían es que su alegría duraría poco. Concretamente cinco días. Cuenta la tradición que en este periodo de Tiempo Harold hizo cientos de kilómetros solamente para ir a ver a Tostig y Harald personalmente, se presentó ante ambos y sin mediar palabra de formalidad se dirigió a Tostig instándole a volver a su condado, a lo que Tostig replicó preguntando qué ofrecía él para que hiciese eso. Harold le respondió entonces con la legendaria frase Seis pies de suelo inglés; o, puesto que dicen que es un hombre alto, le daré justo siete pies. Tras soltar esa frase se marchó, y Haardrade le preguntó a Tostig quién era ese sujeto. Él le dijo que era el propio Harold.

Pasados los cinco días y llegado el 25 de Septiembre de 1066 se produjo la Batalla de Stamford Bridge. Su localización exacta no es clara, pero sí se puede aproximar. Stamford Bridge se encuentra próximo al Río Derwent, por lo que la batalla debió suceder en las cercanías del mismo. Según las crónicas, el Ejército Inglés se las ingenió para lanzar un ataque por sorpresa, forzando a los vikingos a comenzar la batalla a la defensiva y en clara desventaja. El avance inglés fue veloz y forzó a los vikingos supervivientes en la orilla oeste a huir hasta que llegó el cuello de botella del puente en sí mismo, en el que según se dice un solo hombre pudo vencer a 40 ingleses, ganando algo de Tiempo. Cierto eso último o no de poco le sirvió, pues finalmente fue eliminado y el ejército inglés prosiguió su avance. A pesar de que el Tiempo ganado en el puente, no hubo forma de frenar el ataque inglés y el descompuesto ejército vikingo fue virtualmente aniquilado.

Harald Haardrada fue muerto, al igual que lo fue Tostig. El resto del ejército fue desintegrado por completo. Este momento fue decisivo, histórico y determinante para el Norte de Europa. La Batalla de Stamford Bridge no solo puso fin a la invasión vikinga a Inglaterra; la Batalla de Stamford Bridge fue De Facto el Final de la Era Vikinga.

Sin embargo, el Destino y la Suerte son a veces caprichosos. Poco más de dos semanas más tarde los anglosajones se las verían con otra invasión; la de los Normandos bajo el mando de Guillermo el Conquistador. Esta vez defender la invasión sería mucho más complicado, en parte por el desgaste en parte por la superioridad numérica y táctica de los invasores según las estimaciones. Una sola batalla bastó para resolver el conflicto.

La Batalla de Hastings del 14 de Octubre de 1066 resultó con la victoria definitiva de los normandos sobre los anglosajones y la consumación de su conquista de Inglaterra, dando inicio al Periodo Normando de la Historia Medieval de Inglaterra. La superioridad táctica y técnica normanda era evidente. Desde un principio los normandos tuvieron más posibilidades y opciones de combate. Los anglosajones solo disponían de infantería, mientras que los normandos poseían un importante contingente de caballería. Aun con todo los anglosajones vendieron cara la victoria e infligieron una cantidad importante de bajas a los normandos.

Harold Rex Interfectus Est

A Harold se le critica a menudo por no haber aprovechado las opciones que tuvo de dar la vuelta a la situación en Hastings pero el último rey anglosajón no lo tuvo nada fácil para afrontar las dos invasiones en unas semanas, teniendo que asumir el desgaste de sus tropas y la presión constante a la que se encontraba sometido. Guillermo el Conquistador consiguió lo que Harald Hardraada no pudo, derrotando a Harold y poniendo fin a los anglosajones.

Si la Batalla de Stamford Bridge fue el Fin de la Era Vikinga; la Batalla de Hastings fue el punto y final del Periodo Anglosajón de la Historia de Inglaterra. En solo tres semanas dos modelos y sistemas de varios siglos de antigüedad desaparecieron por completo. El de 1066 fue un Otoño para recordar; sobre todo en Inglaterra. Hay veces en la vida que los cambios se suceden tan rápido que uno no se da cuenta de ellos.

viernes, 22 de febrero de 2019

El Apoliticismo como Postura

Justificación y Defensa


Salir de este armario no es fácil, pero no hay mejor momento para hacerlo que el presente. Además tengo algo abandonado esto y no me puedo permitir semejante vacío en mis publicaciones. Habiendo terminado ya los exámenes y volviendo a la rutina creo que es hora de volver a escribir, así que voy a ello. Prepárense para algo breve pero curioso.

El armario del que hablo es el del Apoliticismo. El ser apolítico es algo que políticamente está mal visto. Claro, es lógico. Algo que está fuera de la política es algo naturalmente mal visto desde dentro de la misma. Mucho más desde las posturas de izquierda, que suelen ser más combativas y necesitan constantemente de efectivos, que desde las de derechas, que no prestan demasiada atención a lo apolítico.

En esta entrada haré una defensa de esta postura ante las críticas más comunes que se le hacen y ante las consideraciones más inconsistentes que se lanzan al aire sobre esta postura. Lo que no habrá aquí son imágenes. Porque tampoco hay mucho que enseñar con documentos gráficos.

Lo primero que se debe hacer siempre para defender algo es justificarlo. Algunos pensarán que defender esta postura es complicado, pero yo diría que es más bien todo lo contrario. Verán, hace mucho Tiempo yo tenía algunas tendencias políticas, pero nunca llegue a sentir los colores con ningún tipo de corriente o movimiento. Mi carácter neutral y objetivo me ha impedido esto siempre a lo largo de todas las eras, por lo que no es algo que me sorprenda.

La cuestión principal es que en realidad -y esto es innegable- no existe ningún pensamiento político perfecto o ideal, y aquellos que se acercan a serlo son utópicos e irrealizables, por lo que no los considero como opciones reales. Ni los pensamientos tradicionales ni los modernos o postmodernos me dan las buenas sensaciones necesarias como para seguirlos. Unos ya no funcionan y otros simplemente jamás funcionarán.

El desencanto es en base a esto último el primer motivo que doy como justificación del Apoliticismo. El pensamiento político tradicional está atrapado en su propio Tiempo y no logra adaptarse al presente y el pensamiento moderno como bloque y conjunto es mucho más social que política, de facto apenas es político y está completamente dividido por según que corriente social sigue. Ya ni siquiera hago la división entre la izquierda y la derecha, pues en ambos lados veo los mismos síntomas. En las izquierdas y derechas tradicionales se percibe ese elemento común que supone el estar atrapado en el Tiempo. Y en las izquierdas y derechas más modernas solo se ofrecen algunas soluciones y otros tantos problemas para situaciones de corte social y no político o económico. Es por esto que a partir de este punto y explicado esto no hablaré de izquierdas ni de derechas en lo relativo a la justificación del apoliticismo. En su lugar se emplearán los términos tradicional y moderno, que se corresponden mucho más con la realidad política del Siglo XXI.

Se debe resaltar que este desencanto no es algo exclusivo mío. Aparece en muchas personas que, estando convencidas de una u otra ideología, se dan cuenta de los errores y fallos de las mismas o de la incompetencia de estas al alcanzar una posición de poder. Imagínense la decepción al apoyar una corriente política y ver que cuando llega al poder su aplicación y metodología resulta ser algo ineficiente y con muchas diferencias y fallos respecto a lo que proponía en un principio; las sensaciones que esto les dejarían serían un profundo desencanto y mucha desilusión de cara al futuro, por lo que la posibilidad de renuncia a este pensamiento político irían en aumento. Llegado al punto de la renuncia uno tiene varias posibilidades. Las más comunes son pivotar y desplazarse políticamente hacia un pensamiento similar o moverse a uno completamente distinto. El problema de cambiar de posición ideológica es que adaptarse a una similar hará que se repita el ciclo anterior y moverse a una radicalmente distinta terminará por se mucho más complicado de asimilar debido a las enormes diferencias con lo anterior. Por tanto, en cualquiera de los dos casos es muy probable que el ciclo se repita y se termine de nuevo en un punto de desilusión. La última salida es simplemente no posicionarse. La neutralidad, la imparcialidad y la objetividad. Y es aquí donde entra el apoliticismo.

Habrá muchos que entiendan que el apoliticismo es no votar o votar en blanco. Vagamente puede decirse que esas son actividades apolíticas, pero considerar que no sirven para nada, indicando por pura lógica que si hacerlo si que tendría alguna utilidad es cuanto menos ridículo. Votar no sirve absolutamente para nada. La situación política es imperturbable en casi todo el mundo a estas alturas, pero no imperturbable para bien, sino para mal. El punto de inmovilismo descarado al que se ha llegado -sobre todo en el mundo desarrollado- no va a cambiar porque salga una u otra de las opciones que el sistema te propone precisamente porque es el mismo sistema político quien te las está proponiendo. Recordemos, en un pequeño paréntesis, que el modelo de Gobierno Representativo no es uno de carácter Democrático, ya que la participación directa en la política es nula aunque las escuelas y medios quieran probar lo contrario. Hay que reconocer que mirando para sí, el sistema político hace una labor muy reseñable, pues logra que esta estabilidad en general sea sólida y muy difícil de quebrar. Chapeau.

Precisamente por esto una de mis máximas cobra muchísimo sentido. La Política está muerta. Muy muerta. No como ciencia, claro, sino como procedimiento y método. Cualquiera que entienda la definición de política y su razón de ser comprenderá esto. Para que exista política debe haber un mínimo de cambio notable, y como es perfectamente sensible no lo hay. La contemporaneidad ha supuesto la Muerte de la Política. No es una opinión, es un hecho. El estado de parálisis en que se encuentran las sociedades actuales es evidente. El que no lo quiera ver, que no lo vea, pero eso no cambiará que la realidad siga estando en el mismo lugar, a la misma hora.

Así pues esta es la segunda justificación que ofrezco del Apoliticismo. Si la política está muerta, todo aquel que la siga será un cadáver. Y a mayor fervor, mayor podredumbre. ¿Para qué seguir algo que de ninguna manera funciona? Podría funcionar, pero no lo hace. Por ello, hasta que se reinvente o vuelva a sus orígenes remotos no merecerá a mi juicio mayor atención, porque no hará nada.

Otro punto a comentar es que el Apoliticismo, aunque contrario a la política, no se desvincula de ella. Es imposible hacerlo a menos que vivas en las montañas, al igual que es imposible desvincularse de la sociedad, a menos por supuesto que vivas en las montañas (Quizá debería irme a vivir a las montañas otra vez). La acciones de la política te salpicarán te gusten o no a diario en cada lugar y en cada rincón, por lo que por mucho que lo desees no podrás librarte de ella. La cuestión es que puedes dejar de vivir para o por ella para pasar a vivir con ella, a modo de compromiso forzoso del cual solo los Dioses (o las montañas, el desierto...) pueden librarte.

El tercer punto de justificación es el más visible. Ya he dicho que la política y su ejercicio no son prácticos, no promueven o producen cambios y no existen per se en nuestra era; pero la puntilla es que todos los que la ejercen o pretenden hacerlo son exactamente iguales. Inútiles, incompetentes o ineptos. Ese detalle, además de contribuir a las malas gestiones -de cualquier color- y perpetuar el sistema (con sus numerosos errores) y el pensamiento, supone la definición última de política en el presente como cosa inútil.

En lo que a críticas al apoliticismo se refiere las más comunes ya las he desmontado antes entre líneas. La cuestión de votar en blanco o no votar tiene la misma utilidad que hacerlo: Ninguna. Y ser apolítico no implica desvincularse de la política, cosa imposible, implica no vivir para o por ella sino vivir con ella. Desde los sectores de la izquierda se critica mucho y de manera muy mordaz al apoliticismo porque en cierto modo consideran a los apolíticos como efectivos que no pueden sumar a su convaleciente causa.

De eso último dadle las gracias a Bertolt Brecht, que llamaba a los apolíticos analfabetos políticos y sugería de una manera nada sutil que todos los problemas de la sociedad eran culpa de las personas apolíticas. Naturalmente Bertolt está equivocado como el 90% de la gente de su palo y obvia innumerables factores como el papel del sistema, la economía y las estructuras de la sociedad; pero él a lo suyo. Además, desde su punto de vista el apoliticismo nace de la incapacidad de los apolíticos de ver y entender la realidad. Esta afirmación quizá en su época sería minimamente defendible, pero en la actualidad es más bien todo lo contrario, el que es apolítico lo es ahora porque como yo, ve y entiende de manera mucho más clara que el resto los entresijos de la realidad sociopolítica que nos rodea. Este Bertolt escribía unas cosas de infarto eh...

Desde la derecha también se critica al apoliticismo, pero no lo hace con tanta crudeza e intensidad. Probablemente esto se porque sus causas y seguidores son menos volubles y están más asentados en su por supuesto obsoleto marco ideológico.

Es en las corrientes de pensamiento modernas sean izquierdosas o derechosas donde ser apolítico es considerado lo peor de lo peor. No les culpo por pensarlo, necesitan gente que se adhiera a sus patéticas causas porque andan escasos de personal a pesar de que quieran hacer ver lo contrario. Curiosamente es en el seno de lo moderno donde el apoliticismo ha aumentado ligeramente, pero no me repetiré, ya se ha explicado por qué.

Pese a todo hay dos tipos de apoliticismo, y uno de ellos si lo veo muy criticable. El que yo veo como bueno es el que a pesar de no implicarse en la política la conoce perfectamente y la sigue de cerca, porque así tendrá una posición fuerte y con un profundo conocimiento de su entorno y de la realidad. No se implica, pero sabe lo que hace y sobre todo lo que se hace a su alrededor, incluyendo quién, cómo, cuándo y por qué se hace.

El que para mi es malo, bastante malo, es el apoliticismo por inercia. A este se llega por pura vagancia, pereza o simplemente desgana. No se implica, pero tampoco conoce, por lo que está totalmente vacío y no tiene ningún sentido. Ser apolítico por inercia no es lo mismo que serlo por compromiso, resignación o conocimiento. En los tres últimos casos hay un motivo, una razón y una base; en el caso de serlo por inercia solo existe la vagancia. Esto es a todos los efectos algo reprobable y así lo considero yo.

A modo de conclusión creo que he justificado por qué soy apolítico de manera adecuada y con bastante contundencia. Y de la misma forma he defendido esta postura con solvencia. No trato de convencer a nadie con esto, sé que no lo conseguiría ni con las mejores razones del mundo. El objeto real de este artículo es exponer que aunque me encanta jugar al despiste y me parece una de las cosas más divertidas del mundo, hace ya mucho que no tengo orientación política alguna. ¿Qué os esperabais? ¿que me pelease como un niño pequeño por cuestiones políticas en las que mi opinión, voto o decisión no tienen ningún valor real? Por favor, como si no hubiera mejores cosas que hacer en la vida. Como por ejemplo cualquier otra que valga para algo.

He trascendido la política y alcanzado el nivel de los Dioses Inmortales en esto también, uno más de mis honores. Pero no por ello dejo de observar con detenimiento el hacer de los mortales y sus implicaciones. Recordad que siempre habrá un Dios escuchando ahí arriba.