viernes, 17 de mayo de 2019

Loveless World: Venus Versus Preliatore

Poner el Autobús


Hablemos del Amor. Como concepto, así de simple. No de sus tipos o de sus implicaciones (que también) sino del Amor por alguien en sí mismo. Vamos eso sí a sacar del análisis el fraternal, el amistoso o el familiar, y el amor por un objeto o algo material también. Estamos hablando por tanto del amor que sienten ustedes por la o las personas que les gustan.

¿Creen ustedes saber qué es el Amor? ¿Piensan que lo han sentido alguna vez a lo largo de su larga o corta vida? ¿Se han parado a reflexionar siquiera sobre ello? Yo les dejo estas preguntas en el aire para que traten de responderlas siendo lo más sinceros posible, teniendo en cuenta que quizá esto despierte muchas dudas sobre lo que han o no han vivido con lo que respecta al Amor.

Como tal el Amor admite una infinidad de acepciones, pero la mayoría coinciden en que es un sentimiento. Sin embargo esta reducción no me resulta del todo aplicable porque obvia parte del componente mental y psicológico que interviene en el proceso amoroso. Vamos, que no es una definición completa para mi gusto. Naturalmente es un sentimiento en sí, pero el concepto se compone de mucho más que eso. Por citar algunas cosas están la atracción sexual, la afinidad en personalidad y gustos, las similitudes en pensamiento... Aun así hay exenciones considerables. Existe Amor sin componente sexual, Amor sin que los individuos implicados en la relación sean afines, Amor en el que los implicados tienen formas de pensar opuestas o muy distintas... incluso existe la muy remota posibilidad de que haya un Amor en que se den todas las características expuestas en las líneas anteriores. Esto es, sin sexo, sin similitudes en pensamiento y sin afinidad, aunque una relación de estas características es prácticamente insostenible no es del todo imposible, podría pasar si los que se implican en ella están lo suficientemente preparados y sienten y piensan de hecho que merece la pena intentarlo. Muy bonito, pero aún más improbable.

Por como se interpreta, existen muchísimas variantes de relación amorosa, tipos de enamoramiento, de atracción o incluso de conexión. Muchas de ellas son completamente falsas y se emplean como justificante barato para necesidades sexuales y fisiológicas, ganas de acaparar un mínimo de atención, sentirse querido por alguien por forzado que sea o por simple y puro aburrimiento. Pero eh, cada uno se engaña a sí mismo como quiere.

El título de esta entrada no engaña. Loveless World o “Mundo Sin Amor”, que suena mucho peor y más cutre, representa fielmente uno de mis pensamientos: El Mundo, por como está planteado, no conoce el Amor, ni siquiera el amor como yo lo entiendo (porque el como lo entiendan los demás es irrelevante). Y os estaréis preguntando ¿Cómo lo entiendes tú? -si no os lo estáis preguntando me da lo mismo, lo casco igual- Pues como hay que entenderlo, como Los Dioses mandan.

En lugar de explicarlo usando una terminología abrumadora y excesivamente aburrida como hacen todos los espabilados que viven del cuento os lo ejemplificaré de la siguiente manera, os voy a exponer como sería mi relación amorosa ideal. Vais a ser testigos de como dista mucho de la mayoría de ideales amorosos que conocéis, pero tiene también su punto de lógica. Voy a sincerarme y contarles que busco en una persona, las ventajas y desventajas, los problemas e inconvenientes y sobre todo las virtudes de este tipo de relación.

Para empezar Preliatore es un individuo que dentro de sus fijaciones amorosas solo contempla la posibilidad de enamorarse de una chica que sea al menos tan Poderosa como él, aunque es preferible que lo sea más, a mayor Poder, mayor atracción. Este es el primer problema que me encuentro y es de envergadura considerable. Veréis, soy un tipo que habla de sí mismo en tercera persona, esto debería bastar para explicar por qué pese a sentir atracción física por muchísima gente, el enamoramiento es algo que no se produce casi nunca o nunca. Necesito alguien a quien admirar y de quién poder aprender, alguien que en definitiva me supere. Esto es consecuencia de algo sencillo: Nunca he conocido a alguien a quien admire como tal. Todo lo que admiro son personajes históricos o personajes ficticios, es decir, admiro a personas que han fallecido o a personas que no comparten mi misma dimensión, pero aún así ya saben una waifu al día no hace daño. En resumen, la desventaja de esto es que estadísticamente el cerco no es muy esperanzador, la ventaja es sin lugar a dudas que con alguien así podría crecer aún más como ser.

Tal y como he dicho además de admirarla tiene que ser una chavala que, al menos, me iguale en poder o me supere preferiblemente. Hay quien catalogaría esto como fetiche y no se lo discutiría, pero siento una fijación por las chicas Poderosas. Nobles, burguesas y similares siempre me han llamado mucho la atención... Suena bastante medieval, ¿para qué mentirnos?, pero es muy cierto. Y va mucho más allá del dinero o los intereses, de hecho mi idea -y aquí es donde viene lo difícil de asimilar de mi modelo- es “servir” a la chica de la que me enamoro, algo así como la relación de un mayordomo y su señora. No saquen esto de contexto y permítanme explicarme, que les conozco. Es algo muy raro, pero si observan con detenimiento verán que una relación de estas características forja un vínculo de lealtad, amistad, confianza y compromiso que pocas relaciones presentan. Además no implica ataduras de ningún tipo, no es “contrato” como lo es el matrimonio y la institución que implica ni un “acuerdo” como los compromisos centrados en lo sexual y lo social; por esto, el grado de libertad sería enorme. Si me preguntan son todo ventajas, pero hay una enorme desventaja y es el pequeño detalle de que forjar una relación de estas condiciones es no imposible, pero si lo más cercano a ello. Bueno, soñar es gratis, y hacerlo con servirle el té a la chica de tus sueños y tomarlo junto a ella sigue siendo gratis.

Hasta aquí las dos condiciones fundamentales. Sentiría atracción amorosa por una chica a la que pueda admirar y que sea tan Poderosa como yo o más, tanto como para considerar el servirle (en el contexto que he explicado, malpensados). En el fondo no es tanto lo que pido, pero es bastante. Por otro lado en la faceta estética y los estándares de belleza no hay demasiada exigencia, siento predilección como ya saben por el estilo visual, cosplayers, nekas y demás fauna con el pelo de colores o incluso las míticas “goth gf”, pero no influye tanto como lo anterior. Ya puestos a pedir si es noble, que es lo superideal, que vista como tal sería lo máximo. Ah, y que sea francesa, por la francofilia. Con todo, sé que esto es una quimera imposible, por lo que asumo que en la vida solo puedo optar a relaciones al uso.

Debo indicar que esto me pasa desde hace unos pocos años, antes no se tenían que dar estas circunstancias para que me enamorase si es que alguna vez lo he estado, que bajo juramento diría que no, pero conforme han pasado los años he desarrollado esta idea por alguna razón que escapa a mi comprensión. Quizá me la hayan inducido los anunnaki o... ella... que todo es posible. No lo veo mal pese a todo, aun con las desventajas, tiene todo lo que considero que hace falta para que se pueda hablar de Amor: Amistad, lealtad, libertad, confianza... ¿Quién lo diría eh? Parece que la misma Venus habla por mi muy a mi pesar. Nunca he tenido una relación excesivamente buena con ella, pero eso no quita que, dentro de mi osadía al escribir esta entrada hablando sobre su dominio, le tenga aprecio y mucho respeto. Algún día espero reconciliarme con ella y su materia. Si lees estas líneas espero que compartas mis pensamientos, porque sé que en tu alta Sabiduría los entenderás por defecto, Diosa. Volveré a escribirte, lo prometo. 

Ahora toca justificar por qué considero que en el mundo no hay Amor. Naturalmente no espero que todo el mundo tenga por relación ideal la que tengo yo -de hecho todo lo contrario, quiero que sea algo exclusivamente personal- esto solo os lo he explicado para que entendáis que es lo que considero que debe haber para que exista amor. Cuales son sus ingredientes, hablando mal y pronto. Si se es algo objetivo con el entorno, se puede apreciar que en la mayoría de las relaciones interpersonales falta algún o alguno de estos ingredientes y se ven sustituidos por el interés, el mero deseo sexual o la conveniencia. El interés sobre todo es algo que ya imposibilita que una relación pueda considerarse amorosa como tal a mi juicio y al de cualquiera que le de dos vueltas al asunto. Se aplica De Facto exactamente lo mismo para las relaciones de amistad, si hay interés no hay amistad.

La Sociedad, a veces mecanismo de protección y otras de presión, ha contribuido en gran medida a desmontar el amor y convertirlo en un catálogo en el que puedes optar a varias categorías. Lo hay liberal, libre, romántico, cortés, sin compromiso... Parece el menú de las cadenas de comida rápida: te venden la misma mierda pero de distintos tamaños y con diferentes complementos. Por supuesto cada consumidor piensa que su producto -y no uso esta palabra de manera aleatoria- es exclusivo y mejor. El que crea en el amor romántico o tradicional -que es una ficción y un timo para vincular legalmente a dos ovejas- considerará al que practique el amor libre como una persona postmoderna que solo busca sexo con varias personas sin que haya problemas, mientras que a la inversa quien siga el modelo de amor libre o relación liberal -que es una mercantilización del sexo con amor- creerá que el que está afincado en el amor tradicional o romántico es un alfabeto emocional, una persona incapaz de elevarse a una nueva dimensión. Pero nada más lejos de la realidad, todo es una estafa. No se educa a las personas en el amor como tal, sino en interpretaciones varias y de distintos colores y sabores que cada uno acaba adoptando en función de sus intereses, vivencias o experiencias la que cree conveniente. Ninguna es mejor que la otra porque todas tienen el mismo valor, que no es otro que el que su usuario quiere atribuirle. No existe el Amor, sino sus placebos. Sustitutivos que la mente asimila como válidos para cubrir las necesidades emocionales de los mortales.

No se enfaden. Incluso mi forma de ver el concepto y mi relación ideal no dejan de ser una interpretación cuyo valor es el que yo mismo le atribuyo (el más alto del mercado, por supuesto, pero el mismo que el del resto por regla de tres), y si yo les dijese, desde mi verdadera perspectiva superior, qué es el amor en realidad no entenderían nada y se tirarían de los pelos. Obviemos eso y digamos que es probable, por tanto, que como el resto de ideas abstractas que la mente humana trata de comprender, el amor verdadero sea algo que el ser humano no puede asimilar, algo más divino que humano y que no está al alcance de casi nadie. El problema de los mortales es que tratan de entender cosas que no son concebibles para ellos y cuando creen haberlo hecho solo les queda el sufrimiento que ellos mismos se han generado con su invento. Ahora desarrollaré esto último, paciencia. Antes debo añadir algo más en relación con ello.

Poner el Autobús es mi enésima genialidad para con el mundo en esta Era. Si siguen un poco las tácticas futbolísticas habrán escuchado alguna vez la expresión “Poner el Autobús” o su versión en inglés “Park the Bus”. Esta expresión hace referencia a la táctica más defensiva posible, lo que viene siendo defender con todo el equipo encerrado atrás, los 11 jugadores metidos en el área o colocados en sus inmediaciones. ¿A qué viene esto? Es sencillo, para con el amor la táctica que yo tengo adoptada sería el equivalente a Poner el Autobús. Nunca trato de buscar una relación, ya dije en una entrada pasada que ligar no es para nada lo mío, porque es que ni siquiera lo intento. No soy un sujeto que salga de fiesta o que hable siquiera con chicas por muy atractivas que me parezcan. Para muchas cosas no, pero para eso soy más cortado que las cartulinas de un colegio. El Poner el Autobús es un privilegio que muy pocas personas pueden lograr en sus vidas, establece una zona de seguridad y felicidad absoluta en la que, como no hay que arriesgarse, no hay nada de que preocuparse. Sí, te pierdes quizá algunas cosas, pero te ahorras otras tantas, por lo que es una especie de estabilidad emocional imperturbable. Claro que como he dicho esto no es algo que esté al alcance de muchos porque hay quien no puede estar sin tener sexo o quien no puede vivir sin pareja porque siente que su vida no está del todo llena. Así son los débiles, no asumen que el Poder Absoluto para ser alguien feliz y completo empieza y termina por uno mismo conformando una infinidad perfecta y no es necesario buscarlo o completarse dependiendo de factores externos. Ah, Classic Autarquía Megalómana de Preliatore...

Preliatore en el Amor. Pero no se lo pierdan, que además es un autobús eléctrico y respetuoso con el medio ambiente. Un partidazo.

Después de decir esto seguro que alguno se piensa que soy un troll de manual, pero creedme, no invertiría tanto Tiempo en una reflexión para que sea un simple troleo o amarillismo. De hecho creo que toda la estructura del artículo es coherente y no presenta errores. ¿Sería totalmente feliz con una chica en una relación como la que propongo? Sí; ¿Lo sería sin ella y estando solo en el autobús? Naturalmente. Hay formas y formas de ser alguien en plenitud, ¿saben?

Lo malo de Poner el Autobús, es que una vez que subes es muy difícil bajar, pero nunca se sabe si algún día alguien querrá subirse, la vida da muchas vueltas. Más allá de haber puesto el autobús por mi escasa aptitud emocional y extrema vergüenza para cuestiones de atracción, amor o tensiones sexuales hay otras razones por las que el autobús sigue estando. Aquí vuelvo al punto anterior. Ya saben, mi declaración sobre “el sufrimiento que ellos mismos se han generado”, que no se me olvida que debo aclararlo. Verán, puesto que el concepto de amor está pésimamente planteado, creo que el autobús es el salvoconducto perfecto para ahorrarse los problemas que puede acarrear ser víctima del mismo y sus designios. Cuando hablo del sufrimiento que se han creado, hablo de lo mal que se llevan cosas como la incertidumbre del ser o no ser amado, la duda de si el sentimiento es puro y honesto o solo fachada e imagen, o lo más importante, ¿hasta que punto es un impulso animal de supervivencia y reproducción o atracción sexual en lugar de una atracción racio-emocional (ojo, que lo mismo esto lo patento yo) y justificada por la persona a la que presuntamente se ama?

No quiero ser un hijo de puta y generarles dudas, así que me conformaré con que vuelvan a pensar en las preguntas que les hice al principio de la entrada. Si han encontrado una respuesta, traten de afianzarla si se mantienen firmes o reemplazarla si no están tan seguros ahora de lo que han concluido en primera instancia. Pero piensen en ello, quizá les aporte algo, que es mi propósito siempre.

Para terminar decirles que realmente Poner el Autobús es durísimo y no se lo recomiendo a nadie. A pesar de que os he dicho que es algo con lo que uno se puede llegar a sentir cómodo y tiene bastantes ventajas, también es algo que no está hecho para los mortales. La inmensa mayoría de las personas necesitan siempre algo de calor y compañía para sentirse completos, por lo que esto deja por defecto de ser una opción. No sois lo suficientemente fuertes y Poderosos como para ello. Además os perderéis algunas de las experiencias más humanas posibles, como vienen siendo la felicidad inicial o el dolor postrero. Al final lo ideal es vivir ambas cosas, de lo contrario la vida se vuelve más aburrida. Yo he optado por hacerlo porque siento que el Don de Venus no me compensa, al menos por ahora, porque a mi relación ideal no le diría nunca que no por ejemplo.

Desde mi Sabiduría Infinita la conclusión reducida a términos simples es que el amor en sí no es inteligible o comprensible, por lo que no merece la pena intentar darle vueltas. Pero lo más importantes es que, sigan el tipo de relación amorosa que sigan, sean felices con ella. Por supuesto dentro de unos límites, porque si una relación es tóxica no puede ser amorosa. No, no intenten justificar que puede serlo. No puede. Eso de “quien te quiere te hará sufrir” es un tocomocho, un engaño colectivo de muchos. Si alguien te quiere no te hace sufrir, sería absurdo afirmar lo contrario. Si hay gente que con el modelo de toda la vida es feliz que sigan adelante con ello. Si hay gente que prefiere una relación con más licencias, pues también. Y si por supuesto alguien quiere poner el autobús que lo ponga, pero eso es solo apto para genios supremos y seres superiores como yo, servidor o el menda.

En otro momento me extenderé más, pero eso es todo por hoy.

Hasta la próxima, mortales. Y hasta la próxima, Diosa del Amor. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario