jueves, 11 de agosto de 2022

El Payaso Triste

 La Gravitas y la Comedia

Los antiguos romanos valoraban por sobre todas las cosas una serie de virtudes entre las que destacaban la Pietas o devoción religiosa y el Deber; la Dignitas o el Prestigio; la Virtus o el Valor; y la que en este caso nos atiende, la Gravitas o Seriedad, una cualidad muy apreciada como ideal particularmente en los líderes y figuras importantes. Retengan esta información, porque es una de las mitades en torno a las que girará todo esto.

Verán, hace un Tiempo compartí por Preliatore X, la cuenta encargada de oficializar las publicaciones presentes en este blog, un exquisito cuadro con un mensaje muy interesante. Stańczyk de Jan Matejko. En Preliatore X tengo la costumbre de subir obras de arte o datos que me resultan curiosos y comentarlos brevemente. En el caso de este óleo sobre lienzo no me extendí demasiado y me limité únicamente a comentar que en otros Tiempos los bufones ocupaban una posición muy importante e influyente en el pasado debido a su proximidad a la corte y a las más relevantes personalidades de sus épocas. No me extendí demasiado entonces, pero voy a hacerlo hoy aquí. 

Recientemente vi un video en YouTube analizando la obra de forma breve pero bastante completa. Les recomiendo encarecidamente ver el vídeo, titulado Stanczyk or the Sad Clown Paradox, para conocer los detalles técnicos (en los que yo no me detendré demasiado) y el significado de la obra en el canal de The Canvas. Son poco más de 7 minutos que si deciden invertir en él estarán bien invertidos. Dicho esto, continuaré con mi análisis particular.

"Stańczyk", por Jan Matejko.

La pintura es, en palabras de The Canvas, una muy Poderosa pero también una de las más tristes que ha podido presenciar debido a la paleta de colores, el tema que trata y su composición. Para mi, en lo personal, de los tres motivos citados que otorgan a la obra un aura de tristeza el que me resulta más intenso es sin duda la composición. Un crudo y cruel reflejo de la Realidad, no solo de la que le tocó vivir al protagonista de la escena, sino también de muchas otras. 

Esta obra es uno de los trabajos tempranos de Matejko, realizado cuando el artista tenía aproximadamente la edad que tengo yo en mi forma actual, cerca del cuarto de siglo. El nombre completo de la obra es en realidad "Stańczyk en un baile en la corte de la Reina Bona tras la pérdida de Smolensk", aunque esto puede dar lugar a anacronismos si se entiende de forma literal. Stańczyk fue un bufón en la corte de Segismundo I el Viejo, así como de su predecesor y su sucesor, en pleno Renacimiento Polaco. Lejos de ser un simple animador de fiestas o un mero bufón, nuestro protagonista fue un hombre muy inteligente y elocuente que, a través de sus actuaciones, haría comentario social, sátira y críticas a la sociedad. 

Aquí se nos presenta a un Stańczyk solitario, apartado en una habitación tras unas cortinas de la fiesta que se está produciendo en el salón contiguo. Stańczyk tiene la mirada perdida y desprende una tremenda sobriedad. Está solo con sus pensamientos, en los que se encuentra enteramente perdido, mostrando una gran preocupación por lo que está sucediendo. Se encuentra además de espaldas a la fiesta y es presentado como sujeto ajeno a ésta. Como siempre, el contexto lo es todo. 

Stańczyk está en realidad profundamente preocupado por la situación del reino, que acaba de perder a manos de los moscovitas la ciudad de Smolensk. Este episodio transcurrió durante la Guerra Lituano-Moscovita que se produjo entre 1512 y 1522, un capítulo más de la extensa saga de las guerras que enfrentaron a Polonia y Lituania con lo que hoy en día sería Rusia. Smolensk, la ciudad que ocupa los pensamientos de Stańczyk, pasó en este conflicto a manos de Moscú, aunque luego volvería a formar parte de los territorios polacos un siglo más tarde, solo para terminar de nuevo bajo dominio ruso unas pocas décadas después. La posición geográfica de la ciudad nunca fue muy favorable como pueden ustedes apreciar. Hoy en día, por si tienen curiosidad, Smolensk forma parte de la Federación Rusa. 

La obra presenta como he mencionado algunas incongruencias históricas. Bona no fue reina consorte de Polonia ni Gran Duquesa consorte de Lituania hasta 1518; mientras que la caída de Smolensk se produjo en 1514. Por otro lado, la carta sobre la mesa está fechada en 1533, una fecha muy posterior a la del contexto original. Estos detalles sea como fuere no hacen de menos a una pintura que logra representar una escena única con una gran calidad técnica. 

Previamente comenté como, para servidor, la composición es lo que le da una mayor aura de tristeza a toda la obra. Por supuesto la paleta de colores y los tonos oscuros contribuyen mucho, pero es la composición la que hace que el triste mensaje sea mucho más intenso. Stańczyk ocupa el centro de la composición y está apartado de la fiesta en la que supuestamente debería estar, dando de esta forma la espalda al que debería ser su sitio. A la derecha podemos ver, en lo que es la parte más iluminada de la obra, una fiesta en la que la corte parece estar disfrutando ajena a lo que está sucediendo, como si de algún modo no estuviese interesada en la reciente perdida de Smolensk a manos del enemigo y solo quisiese quedarse con lo bueno, en este caso la intrascendente victoria en Orsha. A la izquierda, una ventana muestra el cielo nocturno en el que solo podemos ver la Catedral de Wawel y un cometa, que representa un mal presagio y es símbolo de declive. Hay muchos detalles más en la obra que reflejan el meticuloso estilo de Matejko, pero como ya dije no me centraré en esto. Tienen para ello mucho material a su disposición, entre los cuales les recomiendo el vídeo anterior y el comentario que pueden ver en Wikipedia. 

De algún modo para mi es complicado no empatizar con Stańczyk y su situación en esta obra. Él se encuentra profundamente preocupado y hasta cierto punto triste mientras el mundo que le rodea parece ignorar todos los problemas del momento. Solo él parece consciente de la complicada situación en la que se encuentra el reino, mientras quienes deberían mostrar una preocupación similar o mayor se limitan a disfrutar sin reparo alguno. Stańczyk, cuyo oficio es entretener y divertir, está triste y es incapaz de animarse a sí mismo. Stańczyk es, en definitiva, el Payaso Triste.

Los bufones siempre han sido personajes con importantes implicaciones sociopolíticas, ocupando una posición bastante privilegiada al estar siempre próximos a las máximas autoridades y figuras como reyes y cortesanos. A veces incluso han sido grandes consejeros y confidentes de éstos. Pero en el caso de Stańczyk vemos una importante subversión única. Los nobles y reyes no muestran la preocupación o el interés que deberían por la situación histórica, sino que se entregan a la diversión y la fiesta. La aristocracia y la monarquía no poseen Gravitas alguna; pero Stańczyk, figura que debería estar completamente sumergida en el ámbito de la Comedia, sí. La Gravitas es una Virtud que deben tener los líderes, no los animadores de éstos. Al menos así debería ser lógicamente hablando. Pero como siempre, hay muchas cosas que la lógica no puede explicar. 

¿Cómo animar a los demás cuando no puedes animarte a ti mismo? A partir de esta pregunta comienza la Paradoja del Payaso Triste. Stańczyk es solo un ejemplo de muchos posibles, pero es el que he escogido porque como bien ejemplifica el vídeo de The Canvas es una obra cuyo tema central es un Payaso Triste. El nombre Paradoja del Payaso Triste puede llevar a alguna confusión, porque realmente no se trata de una paradoja, sino de una situación hasta irónica por la que payasos, actores, comediantes, bufones y animadores entre otros son, de forma contradictoria, más propensos a los trastornos mentales de tipo ansiedad y depresión. 

Los Payasos Tristes por lo general presentan un trastorno ciclotímico, un tipo de trastorno del estado de ánimo frecuentemente asociado -aunque de menor intensidad- con el trastorno bipolar. Eso explica el empleo del humor alegre en el ámbito profesional de sus vidas y la conflictiva confusión y desorden interno en el ámbito personal. 

Sobre esto se ha escrito e investigado mucho, incluso desde hace ya siglos, tal y como ilustra el poema "Reír Llorando" de Juan de Dios Peza, en el que un actor inglés llamado Garrick llega al pueblo y es aclamado por el público como el más divertido y alegre en el mundo al mismo Tiempo que un hombre acude al médico aquejado por una profunda tristeza. El médico entonces le recomienda ir a ver a Garrick para así acabar con su problema con una dosis de comedia, algo que no sería posible, ya que el paciente era, de hecho, el propio Garrick. 

El poema es en realidad una variación de la famosa broma de Pagliacci, en la que se nos cuenta como un doctor siempre recomienda a su paciente triste o con depresión ir a ver a un payaso en la ciudad llamado Pagliacci, siendo en realidad el paciente el propio payaso sin el traje puesto. Así pues, resumidamente, el paciente acude al doctor esperando una solución a su depresión, y el doctor le recomienda sin saberlo que acuda a ver a su propia persona cómica; entonces el paciente, con lágrimas en los ojos, siempre responde que él es el payaso. 

Convendría ahora considerar lo siguiente: ¿Son lo mismo la Seriedad y la Tristeza o están relacionadas? Realmente Stańczyk se muestra más serio que triste, pero una cosa no excluye a la otra aunque tampoco tenga porque implicarla. Por norma general es mucho más fácil asimilar a una persona seria con la tristeza que a una que se muestra alegre, pero la paradoja del Payaso Triste nos muestra que eso no es tan así. La impresión inicial que te ocasiona algo o alguien nunca debe ser la definitiva, y esto es una suerte de testamento a esa afirmación. 

Siempre se ha asociado a la inteligencia con la tristeza, sugiriéndose que de alguna forma ser más inteligente te alejará de la felicidad (aunque yo no comparto esa postura), ¿Pero han pensado alguna vez en la asociación casi inconsciente que se realiza entre Seriedad y Tristeza? De forma natural se tiende a pensar que una persona de rostro sombrío y severo es, por lo general, una persona triste, frustrada o amargada. Mientras que aquellos que presentan un aspecto más jovial y alegre son considerados felices y divertidos. Esta imagen mental dista mucho de corresponderse con la Realidad, pero es lo que vuestra Mente quiere, por asociación, entender en su mapa conceptual. Para vuestra mente, asimilar la información aparente es mucho más sencillo que entender aquella que necesita interpretación. Es por esto que se asocia a una persona envuelta en un manto de Comedia con la alegría y a una cubierta por un velo de Gravitas con la tristeza. 

Gestionar emociones no es fácil para nadie. Es la razón por la que el mundo es como es, y no es mucho mejor. La única forma de sortear esta problemática es no tener emociones y como esa no es una posibilidad a vuestra disposición témome que lo mejor es aprender a manejarlas como buenamente puedan. Con esto no les estoy diciendo que tengan ustedes Ciclotimia, Bipolaridad, Depresión o Ansiedad; aunque posiblemente tengan principio de alguna o varias de ellas. Y tampoco les estoy diciendo que sean Payasos Tristes, aunque un poco payasos sí que son, y un tanto tristes pues también. No se preocupen, la sociedad está profundamente podrida, enferma y trastornada, por lo que nadie sospecharía de un arbusto. ¿Qué esperar de un mundo que no sabe sentir y tampoco sabe pensar? 

La prueba fehaciente de lo que les digo está delante de vuestros propios ojos. En la actualidad nos encontramos un panorama desolador, particularmente en internet. Hoy en día son frecuentes con fines cómicos las expresiones "A ver si me muero" (Generalmente mal escrita para tratar de darle un efecto gracioso -fallando miserablemente en el intento- a la afirmación) o "Quiero morirme" (No lo querrán tanto si no lo hacen) entre muchas otras, que reflejan como la decrepitud mental de una sociedad enferma se manifiesta a una temprana edad en sus estratos más jóvenes. Son estas capas más jóvenes de la sociedad las que han hecho suya la ironía sobre la muerte -porque como es lógico casi nunca lo dicen en serio- pero también la trivialización de los trastornos mentales. La generación zoomer y buena parte de la millennial busca consuelo en sus pares usando como recurso escapista el autodiagnóstico de trastornos del comportamiento, la personalidad o la manía. Tanto es así que el humor o más bien post-humor de las nuevas generaciones tiene una fuerte carga de alusiones a cosas tristes, macabras o siniestras, algo que igualmente siempre había existido, aunque de forma mucho menos extendida. Es seguro asumir y decir que, en gran medida, los jóvenes son payasos tristes. Menos mal que es la era de la Mental Health Awareness, imaginaos si no lo fuese... 

Tienen ustedes que disculpar la acidez y el cinismo que me caracteriza. Como compensación les diré que, si son ustedes jóvenes (y es lo más probable estimando la demografía de mis lectores), siempre podría ser peor. Por ejemplo podrían ustedes haber sido parte de las generaciones pasadas, responsables en gran medida de la situación del presente y cuya única respuesta ante todo tipo de problemas mentales era la represión. Cuando he dicho que la sociedad está enferma, naturalmente se incluye a toda la sociedad. Y ser consciente de ello solo te hará sentirte como si fueras la única persona cuerda en un asilo lleno de demencia. Regresemos un momento a Stańczyk para apreciar, ahora con más sentido, la contraposición del protagonista y el resto de personajes. Se lo dije, es difícil no empatizar.

Yo mismo me he encuentro a menudo desprendiendo la misma Gravitas que Stańczyk en la obra que lleva su mismo nombre. Es difícil no hacerlo cuando dicha virtud, cada día más infrecuente en el  mundo, es la que me sirve de anclaje para equilibrar el peso de mi cordura y mi locura. La Gravitas, además de la Seriedad, tiene otras implicaciones que aunque no mencioné quizá ya se hayan ustedes imaginado y que no son otras que la Responsabilidad y el Peso en el sentido figurado de la palabra. Cuando se dice -más comúnmente en otra lengua que en el español- que algo ha perdido su Gravitas, lo que se quiere decir es que se ha perdido el peso o la intensidad en la significación. Quizá lo mejor para Stańczyk y también para mi sea, en realidad, afincarnos en la seriedad aun a coste de tener un semblante más amargo. 

A modo de conclusión me gustaría que se quedasen con tres mensajes fundamentales. El primero de ellos es que bajo ningún concepto debemos construir nuestra imagen mental de alguien a partir de la primera impresión, frecuentemente influida por prejuicios o asociaciones infundadas. El segundo es que, ciertamente, aquellos orientados a la comedia son efectivamente más propensos a los problemas mentales y por ello deberían considerar replantearse las implicaciones que eso conlleva. Y el último y más importante, una persona de aspecto alegre no tiene por qué ser feliz, y una de aspecto serio no tiene por qué ser triste. Todo el mundo es en mayor o menor medida multifacético o, como mínimo, dual. Todo el mundo tiene una persona real y una o varias que se usan en otros aspectos de la vida. Entiendan y hagan esa distinción en la medida de lo posible. Al final, nunca podrán saber a ciencia cierta lo que pasa por cabeza ajena ni cual es el contexto por el que está pasando. La cara no siempre, por no decir nunca, es un espejo del alma. 

Hasta la próxima, payasos tristes. 

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