Y las sonrisas que colorea
Estamos a finales de Julio y la llegada del Verano se ha consumado. Ahora la presencia del ventilador es estrictamente necesaria aunque en mi caso lo use casi todo el año. Pensando me hallo en esta breve y al mismo Tiempo larga noche en lo que esta estación supone y lo que por lo general trae consigo. Después de darle unas pocas vueltas creo que puede dar para una entrada corta pero que igualmente puedo dejar por aquí.
Y es que todo de momento está yendo bien. Me refiero principalmente a una cuestión. Ya lo predije cuando se me preguntó: Francia ganaría el Mundial y así ha sido. Me alegré como si fuera mi propio país el ganador. Le deseé la mejor de las suertes horas antes del partido, aunque desde que empezó el Mundial yo sabía que este sería el Mundial de Francia. Ha sido la primera alegría importante del Verano para mi. Me conformo con poco para ser feliz como podéis ver. Por el contrario ahora que el Mundial ha terminado los días de esta estación no serán tan entretenidos, así que para empezar voy a escribir precisamente acerca de eso, los días de Verano.
No es ningún misterio, este artículo está inspirado en una canción de hace ya un lustro (parece mentira, pero sí) titulada Natsuiro Egao de 1, 2, Jump! de aquel simpático proyecto musical que tanto me gustaba (y gusta) llamado µ's (se pronunciaría “Muse”). Sí, el de Love Live. La canción, como casi todas las de Love Live, es simpática, tiene un mensaje bastante inocente y agradable. Nos habla del Verano y las emociones que vienen con él, su título lo dice todo “Sonrisas coloreadas de Verano”.
Puede decirse que sí, las idols estaban en lo cierto. Cuando llega el Verano hay ciertas personas que empiezan a tener una actitud más activa, jovial y alegre. Aún recuerdo cuando tras las interminables Noches del mes de Junio, en las que la combinación de calor y estudio intenso impedía el más mínimo atisbo de descanso, servidor hace unos años esperaba con anhelo la llegada del Solsticio de Verano, posiblemente uno de mis días favoritos del año. La fecha señalada de finales de Junio suponía no solo el fin de la fatiga que un final de curso supone, también era el momento en que empezaba una larga temporada en la que la luz del Sol brillaría con gran intensidad en los cielos, era el momento en que la despreocupación podía hacer acto de presencia y liberar toda carga que uno tuviese encima durante casi unos tres largos meses.
Para bien o para mal la llegada de esta estación supone un punto de inflexión en el año y suele otorgar un color distinto a la vida. Las calurosas tardes se ven compensadas por el margen de descanso que el periodo estival suele traer consigo. En definitiva el Verano colorea no solo la vida, también a la gente.
¿Pero lo hace con toda la gente?
Naturalmente la respuesta es evidente: No, de ninguna manera. Es innegable que para aquellos que aún no alcanzan la mayoría de edad el verano es un alivio y un periodo de libertad y descanso de un inmenso valor. Pero a veces ni siquiera para muchos de esos chavales lo es. Digamos que durante la adolescencia incluso la felicidad que esta época daba en la niñez puede verse perjudicada por los típicos quebraderos de cabeza de la mente juvenil, haciendo del verano un periodo más de la rutinaria vida de dudas e inseguridades que los adolescentes suelen llevar.
De este ejemplo sacamos que si se es un crío entonces la influencia del Verano será a cualquier efecto positiva. Se puede estar sin preocupaciones, sin problemas y sin ningún tipo de complicación. Casi nadie puede decir que, cuando se encontraba la época escolar del colegio, no esperaba durante la primavera la llegada del verano y que, al producirse esta, el semblante cambiaba radicalmente hacia uno considerablemente más feliz. Conforme uno va creciendo la ilusión va muriendo, dando paso a una mentalidad más sentimental o más lógica, pero en cualquiera de los dos casos mucho menos alegre que la de la niñez.
¿Pero qué pasa con los demás? Pues es simple. Para aquellos que son miserables el Verano no es más que una época del año más, solo que más calurosa. Total, ¿de qué sirve tener Tiempo libre si no tienes en qué invertirlo? No tiene demasiada utilidad pensar en ello para la gente que tiene unas condiciones bastante desfavorables o que por activa o por pasiva debe seguir trabajando y esperar unas brevísimas vacaciones de, siendo generoso como siempre, dos semanas a lo sumo.
Vamos, que la inmensa mayoría de gente se encuentra en realidad unas vacaciones mucho más cortas o continúa trabajando durante toda la estación, por lo que el verano pasa a ser una continuación de la rutina que pasa sin pena y sin gloria. Son también miserables, aunque con dinero, pero miserables. Los únicos que se libran de esto son al final los niños, los ricos y los mantenidos. Minorías en general.
Aún así, no puedo esconder mi nostalgia al recordar la ilusión con la que en otros Tiempos esperaba al Verano. Y es por ello que en cierto modo ahora yo también me alegro bastante por la presencia de esta estación.
En cierto modo no tengo motivos para ello. Realmente cuando no tienes un duro como servidor, irte de vacaciones no es una opción. Además, la mayoría de mis conocidos están de vacaciones o de viaje porque por supuesto su posición económica tan distinta a la mía se lo permite. Tampoco tengo gran cosa que hacer por aquí más que seguir con mis investigaciones, que en eso nunca tengo descanso o vacaciones. Pero por algún motivo desconocido más allá de la nostalgia, me alegra esta época del año.
Si que es cierto que mi Ataraxia contribuye en gran medida a que nunca esté deprimido o pierda el ánimo un solo segundo. Ventajas de ser Clásico. Pero tampoco es la Ataraxia lo que hace que esté más alegre últimamente. Ciertamente, pienso que a pesar de los eones que llevo encima, nunca dejaré atrás algunas costumbres, como la de recibir un soplo de aire fresco y la deslumbrante luz del sol en las tardes de verano.
A muchos les sabrá a poco o considerarán que es una estupidez. Los mortales, con sus aspiraciones mundanas y materiales forjadas en la podredumbre del sistema y la pésima educación que reciben a lo largo de su insignificante vida, no comprenden lo que se puede sentir apreciando la compleja simplicidad de la Naturaleza en su esplendor durante los atardeceres de verano en una inconmensurable llanura hasta donde alcanza la vista mientras el Poderoso Astro Rey se pierde en el horizonte para renacer el siguiente día. Ellos, Victimas de los Tiempos, no tienen el privilegio de saber apreciar el Color del Verano y por ello no recibirán su bendición.
Ya lo decía Lex Luthor en Superman, Unos pueden leer Guerra y Paz y cerrar el libro creyendo que han leído una novela de aventuras, otros pueden leer los ingredientes de una pastilla de chicle en el envoltorio y descifrar los Secretos del Universo.
La plenitud no es algo al alcance de cualquiera. El Color del Verano en su sabiduría tampoco da su bendición a los repulsivos niños ricos que se van de viaje con un dinero que no han trabajado. Bien es cierto que no tendrán que preocuparse por eso, pero Los Dioses reparten justamente los problemas. Estos sujetos suelen ser los más débiles y frágiles mental, moral, espiritual y sobre todo anímicamente. Hacen montañas de un grano de arena. Son incapaces de solventar las dificultades y su único recurso es lamentarse esperando que las situaciones se solucionen por sí mismas o peor aún, se las solucionen.
En Love Live hicieron un gran trabajo con sus canciones sobre el verano. A las idols de Muse por ejemplo, por su carácter virtual, su eterna juventud y sus escasas necesidades, el Color del Verano les otorga su bendición sin problemas y ellas, de otra dimensión, con un guión no tan evidente como esta, logran la felicidad en esta estación como lo hacen aquí los más jóvenes. No sucede así en cambio con sus contrapartes de carne y hueso. Ya sabéis como es la industria, o deberíais.
Algún espabilado estará pensando: ¿Que hace este comparando a unos personajes con situaciones que se dan en la realidad? Bueno, tengo una clara respuesta para eso. Y me reafirmo diciendo que su dimensión, pese a seguir un guión, no sigue un camino tan evidente como esta. ¿Es una locura? No, no lo es, a pesar de que me haga llamar “Maximus El Loco” (con clara inspiración en el villano de Los Inhumanos y Mad Max) todo lo que digo tiene sentido, está documentado, tiene referencias o es totalmente cierto. Y esto no va a ser menos.
Comparemos la realidad con la ficción un momento y veremos más similitudes que diferencias. Esto se debe a que la relación entre ambas es de necesidad mutua, hay elementos ficticios en la realidad y elementos de la realidad en la ficción. Pero fijaos en las similitudes y diferencias. Decidme, ¿hay posibilidad de promoción social en la realidad contemporánea?, ¿Podéis probar que el mundo no es más que un espectáculo donde los mortales, inferiores personajes de reparto, hacen un papel mientras unos pocos actúan en calidad de protagonistas y antagonistas?, maldita sea, ¿Tenéis siquiera el control de vuestras vidas cotidianas o lo tienen el sueldo que os dan vuestros superiores o las notas que os ponen vuestros profesores?, ¿Puede el que nace en la miseria llegar al máximo estrellato o alcanzar el poder?... ¿Es necesario que siga? Tengo miles de preguntas más que demuestran que una historia ficticia con guión es más difícil de prever en sus posibilidades que la vida misma.
Desde el mismo momento en que uno nace su vida ya tiene un guión a seguir del que rara vez podrá salirse. Con un principio y un final que estarán en una misma línea. El que es rico muere rico, el que es pobre muere pobre. Hay quien nace con estrella, quien nace con constelaciones y quien es mejor que no haya nacido. El que nace en un ambiente hostil acabará siendo seguramente un hijo de puta y no tendrá una esperanza de vida demasiado elevada, y el que nace entre algodones copará las visitas en su entierro.
Sé que hay quien dirá que hay excepciones, pero seamos honestos, la excepción nunca supera a la regla. Yo mismo llevo luchando contra mi destino toda mi vida. Y aquí sigo, apuntando alto. ¿Pero y qué? ¿que más da? ¿cuantos más hay así? ¿10000? ¿100000? ¿que es eso frente a los cientos de millones que se conforman con su miseria y son cómplices de su ruina?
Un personaje ficticio está predefinido y sigue un guión, sí. ¿Pero no hace todo el mundo lo mismo aquí? Lo malo es que aquí es incluso peor, porque las limitaciones son muchas, muchísimas más. Todo el mundo odia el Feudalismo y el Absolutismo, pero es que incluso en esos tiempos la promoción era algo más posible que en nuestra época contemporánea. Las mentes cuadriculadas de las sociedades del capitalismo y el comunismo -que son lo único que tenemos desde finales del XIX- les hace contribuir a una gran máquina como piezas minúsculas, reemplazables, insignificantes.
Ya en la antigüedad se hablaba del Theatrum Mundi. Pero ya sabéis, Los Antiguos son seres superiores a los que todo el mundo debería respetar. Es mi obligación compartir con ustedes uno de mis pasajes favoritos de toda la historia de la literatura. El Maestro William Shakespeare, nos dejó en Cómo Gustéis las siguientes líneas:
El Mundo es un escenario, y todos los hombres y las mujeres son meros actores; tienen sus salidas y sus entradas, y un hombre en su Tiempo puede interpretar muchas roles, siendo sus actos en siete edades. Al principio el infante, que llora en brazos de la nodriza. Luego el quejoso escolar con su cartera y su brillante cara matutina, arrastrándose de mala gana a la escuela, con paso de caracol. Después, el amante, suspirando como una fragua con una triste balada compuesta para la ceja de su amada. Luego soldado, lleno de extrañas bravuconadas, bigotudo como el leopardo, celoso del honor, súbito y pronto en la lucha, buscando la efímera reputación hasta en la boca del cañón. Más tarde, Juez de redondo y prominente abdomen, de mirada severa y barba cortada formal, lleno de sesudos dichos y modernas citas, y así desempeña su papel. En la sexta edad cambia al flaco y suelto pantalón, calzado de chinelas, con anteojos en la nariz y el saco al costado, y con juveniles calcetines, bien conservados flotando en anchos pliegues sobre sus encogidas piernas; y su voz varonil vuelve otra vez al infantil agudo, resopla y silba en su sonido. La última escena de todas, que termina esta extraña y nutrida historia, es la segunda infancia, el mero olvido, sin dientes, sin ojos, sin palabras, sin nada.
Nadie mejor que él puede resumir de forma más acertada todo lo que yo quería exponer con la serie de preguntas que hice antes. Dicho esto, ¿parece ahora más legítima mi comparación de la vida de unas idols niponas virtuales con guión predefinido con nuestras vidas diarias? Yo diría que sí. Y quién dice idols dice cualquier otro personaje. Si por ejemplo volvemos a Superman y Lex Luthor, incluso salimos perdiendo ya que su vida, por sus características, da mucho más juego que cualquiera de las nuestras. Tanto que lleva incombustible 80 años, cifra a la que muchos ni siquiera llegan con vida. Claramente sus historias tienen numerosos retconeos y muestran patrones y comportamientos cíclicos, pero creo que en nuestras sociedades actuales no podemos decir que la novedad sea el pan de cada día, ¿no?.
Antes de continuar, me gustaría recomendar tanto al Maestro Shakespeare como al gran Pedro Calderón de la Barca. Ambos grandes exponentes del Theatrum Mundi. Hay que reconocer que sin la literatura española y la inglesa, el mundo y la literatura universal no serían lo mismo y se perderían muchísimos grandes referentes de calidad.
Pero en definitiva, el Color del Verano, que es más que un Color una emoción, un sentimiento. Como el que es de un equipo de fútbol o de cualquier otro deporte vaya. Y es una bastante exclusiva de hecho, pues cuando se deja de ser niño raro es que se siga teniendo. Así que finalmente, si eres de esos que aún la conservan o pueden entenderlo, entonces el Pretor Diacrónico le desea un feliz verano. Si por el contrario eres de los que tiene la mala suerte de haberla perdido, que te sea leve, no el verano, sino toda la vida. Como pueden ver, Preliatore sonríe solo a los audaces.
Idols de Muse, que vuestras sonrisas del Color del Verano duren tanto como el Tiempo lo permita.
A buen seguro alguna imagen tiene copy, así que si lo preguntas no, no es mía.
Para bien o para mal la llegada de esta estación supone un punto de inflexión en el año y suele otorgar un color distinto a la vida. Las calurosas tardes se ven compensadas por el margen de descanso que el periodo estival suele traer consigo. En definitiva el Verano colorea no solo la vida, también a la gente.
¿Pero lo hace con toda la gente?
Naturalmente la respuesta es evidente: No, de ninguna manera. Es innegable que para aquellos que aún no alcanzan la mayoría de edad el verano es un alivio y un periodo de libertad y descanso de un inmenso valor. Pero a veces ni siquiera para muchos de esos chavales lo es. Digamos que durante la adolescencia incluso la felicidad que esta época daba en la niñez puede verse perjudicada por los típicos quebraderos de cabeza de la mente juvenil, haciendo del verano un periodo más de la rutinaria vida de dudas e inseguridades que los adolescentes suelen llevar.
De este ejemplo sacamos que si se es un crío entonces la influencia del Verano será a cualquier efecto positiva. Se puede estar sin preocupaciones, sin problemas y sin ningún tipo de complicación. Casi nadie puede decir que, cuando se encontraba la época escolar del colegio, no esperaba durante la primavera la llegada del verano y que, al producirse esta, el semblante cambiaba radicalmente hacia uno considerablemente más feliz. Conforme uno va creciendo la ilusión va muriendo, dando paso a una mentalidad más sentimental o más lógica, pero en cualquiera de los dos casos mucho menos alegre que la de la niñez.
¿Pero qué pasa con los demás? Pues es simple. Para aquellos que son miserables el Verano no es más que una época del año más, solo que más calurosa. Total, ¿de qué sirve tener Tiempo libre si no tienes en qué invertirlo? No tiene demasiada utilidad pensar en ello para la gente que tiene unas condiciones bastante desfavorables o que por activa o por pasiva debe seguir trabajando y esperar unas brevísimas vacaciones de, siendo generoso como siempre, dos semanas a lo sumo.
Vamos, que la inmensa mayoría de gente se encuentra en realidad unas vacaciones mucho más cortas o continúa trabajando durante toda la estación, por lo que el verano pasa a ser una continuación de la rutina que pasa sin pena y sin gloria. Son también miserables, aunque con dinero, pero miserables. Los únicos que se libran de esto son al final los niños, los ricos y los mantenidos. Minorías en general.
Aún así, no puedo esconder mi nostalgia al recordar la ilusión con la que en otros Tiempos esperaba al Verano. Y es por ello que en cierto modo ahora yo también me alegro bastante por la presencia de esta estación.
En cierto modo no tengo motivos para ello. Realmente cuando no tienes un duro como servidor, irte de vacaciones no es una opción. Además, la mayoría de mis conocidos están de vacaciones o de viaje porque por supuesto su posición económica tan distinta a la mía se lo permite. Tampoco tengo gran cosa que hacer por aquí más que seguir con mis investigaciones, que en eso nunca tengo descanso o vacaciones. Pero por algún motivo desconocido más allá de la nostalgia, me alegra esta época del año.
Si que es cierto que mi Ataraxia contribuye en gran medida a que nunca esté deprimido o pierda el ánimo un solo segundo. Ventajas de ser Clásico. Pero tampoco es la Ataraxia lo que hace que esté más alegre últimamente. Ciertamente, pienso que a pesar de los eones que llevo encima, nunca dejaré atrás algunas costumbres, como la de recibir un soplo de aire fresco y la deslumbrante luz del sol en las tardes de verano.
A muchos les sabrá a poco o considerarán que es una estupidez. Los mortales, con sus aspiraciones mundanas y materiales forjadas en la podredumbre del sistema y la pésima educación que reciben a lo largo de su insignificante vida, no comprenden lo que se puede sentir apreciando la compleja simplicidad de la Naturaleza en su esplendor durante los atardeceres de verano en una inconmensurable llanura hasta donde alcanza la vista mientras el Poderoso Astro Rey se pierde en el horizonte para renacer el siguiente día. Ellos, Victimas de los Tiempos, no tienen el privilegio de saber apreciar el Color del Verano y por ello no recibirán su bendición.
Ya lo decía Lex Luthor en Superman, Unos pueden leer Guerra y Paz y cerrar el libro creyendo que han leído una novela de aventuras, otros pueden leer los ingredientes de una pastilla de chicle en el envoltorio y descifrar los Secretos del Universo.
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La plenitud no es algo al alcance de cualquiera. El Color del Verano en su sabiduría tampoco da su bendición a los repulsivos niños ricos que se van de viaje con un dinero que no han trabajado. Bien es cierto que no tendrán que preocuparse por eso, pero Los Dioses reparten justamente los problemas. Estos sujetos suelen ser los más débiles y frágiles mental, moral, espiritual y sobre todo anímicamente. Hacen montañas de un grano de arena. Son incapaces de solventar las dificultades y su único recurso es lamentarse esperando que las situaciones se solucionen por sí mismas o peor aún, se las solucionen.
En Love Live hicieron un gran trabajo con sus canciones sobre el verano. A las idols de Muse por ejemplo, por su carácter virtual, su eterna juventud y sus escasas necesidades, el Color del Verano les otorga su bendición sin problemas y ellas, de otra dimensión, con un guión no tan evidente como esta, logran la felicidad en esta estación como lo hacen aquí los más jóvenes. No sucede así en cambio con sus contrapartes de carne y hueso. Ya sabéis como es la industria, o deberíais.
Algún espabilado estará pensando: ¿Que hace este comparando a unos personajes con situaciones que se dan en la realidad? Bueno, tengo una clara respuesta para eso. Y me reafirmo diciendo que su dimensión, pese a seguir un guión, no sigue un camino tan evidente como esta. ¿Es una locura? No, no lo es, a pesar de que me haga llamar “Maximus El Loco” (con clara inspiración en el villano de Los Inhumanos y Mad Max) todo lo que digo tiene sentido, está documentado, tiene referencias o es totalmente cierto. Y esto no va a ser menos.
Comparemos la realidad con la ficción un momento y veremos más similitudes que diferencias. Esto se debe a que la relación entre ambas es de necesidad mutua, hay elementos ficticios en la realidad y elementos de la realidad en la ficción. Pero fijaos en las similitudes y diferencias. Decidme, ¿hay posibilidad de promoción social en la realidad contemporánea?, ¿Podéis probar que el mundo no es más que un espectáculo donde los mortales, inferiores personajes de reparto, hacen un papel mientras unos pocos actúan en calidad de protagonistas y antagonistas?, maldita sea, ¿Tenéis siquiera el control de vuestras vidas cotidianas o lo tienen el sueldo que os dan vuestros superiores o las notas que os ponen vuestros profesores?, ¿Puede el que nace en la miseria llegar al máximo estrellato o alcanzar el poder?... ¿Es necesario que siga? Tengo miles de preguntas más que demuestran que una historia ficticia con guión es más difícil de prever en sus posibilidades que la vida misma.
Desde el mismo momento en que uno nace su vida ya tiene un guión a seguir del que rara vez podrá salirse. Con un principio y un final que estarán en una misma línea. El que es rico muere rico, el que es pobre muere pobre. Hay quien nace con estrella, quien nace con constelaciones y quien es mejor que no haya nacido. El que nace en un ambiente hostil acabará siendo seguramente un hijo de puta y no tendrá una esperanza de vida demasiado elevada, y el que nace entre algodones copará las visitas en su entierro.
Sé que hay quien dirá que hay excepciones, pero seamos honestos, la excepción nunca supera a la regla. Yo mismo llevo luchando contra mi destino toda mi vida. Y aquí sigo, apuntando alto. ¿Pero y qué? ¿que más da? ¿cuantos más hay así? ¿10000? ¿100000? ¿que es eso frente a los cientos de millones que se conforman con su miseria y son cómplices de su ruina?
Un personaje ficticio está predefinido y sigue un guión, sí. ¿Pero no hace todo el mundo lo mismo aquí? Lo malo es que aquí es incluso peor, porque las limitaciones son muchas, muchísimas más. Todo el mundo odia el Feudalismo y el Absolutismo, pero es que incluso en esos tiempos la promoción era algo más posible que en nuestra época contemporánea. Las mentes cuadriculadas de las sociedades del capitalismo y el comunismo -que son lo único que tenemos desde finales del XIX- les hace contribuir a una gran máquina como piezas minúsculas, reemplazables, insignificantes.
Ya en la antigüedad se hablaba del Theatrum Mundi. Pero ya sabéis, Los Antiguos son seres superiores a los que todo el mundo debería respetar. Es mi obligación compartir con ustedes uno de mis pasajes favoritos de toda la historia de la literatura. El Maestro William Shakespeare, nos dejó en Cómo Gustéis las siguientes líneas:
El Mundo es un escenario, y todos los hombres y las mujeres son meros actores; tienen sus salidas y sus entradas, y un hombre en su Tiempo puede interpretar muchas roles, siendo sus actos en siete edades. Al principio el infante, que llora en brazos de la nodriza. Luego el quejoso escolar con su cartera y su brillante cara matutina, arrastrándose de mala gana a la escuela, con paso de caracol. Después, el amante, suspirando como una fragua con una triste balada compuesta para la ceja de su amada. Luego soldado, lleno de extrañas bravuconadas, bigotudo como el leopardo, celoso del honor, súbito y pronto en la lucha, buscando la efímera reputación hasta en la boca del cañón. Más tarde, Juez de redondo y prominente abdomen, de mirada severa y barba cortada formal, lleno de sesudos dichos y modernas citas, y así desempeña su papel. En la sexta edad cambia al flaco y suelto pantalón, calzado de chinelas, con anteojos en la nariz y el saco al costado, y con juveniles calcetines, bien conservados flotando en anchos pliegues sobre sus encogidas piernas; y su voz varonil vuelve otra vez al infantil agudo, resopla y silba en su sonido. La última escena de todas, que termina esta extraña y nutrida historia, es la segunda infancia, el mero olvido, sin dientes, sin ojos, sin palabras, sin nada.
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Nadie mejor que él puede resumir de forma más acertada todo lo que yo quería exponer con la serie de preguntas que hice antes. Dicho esto, ¿parece ahora más legítima mi comparación de la vida de unas idols niponas virtuales con guión predefinido con nuestras vidas diarias? Yo diría que sí. Y quién dice idols dice cualquier otro personaje. Si por ejemplo volvemos a Superman y Lex Luthor, incluso salimos perdiendo ya que su vida, por sus características, da mucho más juego que cualquiera de las nuestras. Tanto que lleva incombustible 80 años, cifra a la que muchos ni siquiera llegan con vida. Claramente sus historias tienen numerosos retconeos y muestran patrones y comportamientos cíclicos, pero creo que en nuestras sociedades actuales no podemos decir que la novedad sea el pan de cada día, ¿no?.
Antes de continuar, me gustaría recomendar tanto al Maestro Shakespeare como al gran Pedro Calderón de la Barca. Ambos grandes exponentes del Theatrum Mundi. Hay que reconocer que sin la literatura española y la inglesa, el mundo y la literatura universal no serían lo mismo y se perderían muchísimos grandes referentes de calidad.
Pero en definitiva, el Color del Verano, que es más que un Color una emoción, un sentimiento. Como el que es de un equipo de fútbol o de cualquier otro deporte vaya. Y es una bastante exclusiva de hecho, pues cuando se deja de ser niño raro es que se siga teniendo. Así que finalmente, si eres de esos que aún la conservan o pueden entenderlo, entonces el Pretor Diacrónico le desea un feliz verano. Si por el contrario eres de los que tiene la mala suerte de haberla perdido, que te sea leve, no el verano, sino toda la vida. Como pueden ver, Preliatore sonríe solo a los audaces.
Idols de Muse, que vuestras sonrisas del Color del Verano duren tanto como el Tiempo lo permita.
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