La Exclusividad de la Vergüenza
Es posible que esta solo sea la enésima manifestación de mis evidentes problemas de narcisismo, pero hay un razonamiento que me persigue últimamente y creo que sería interesante compartir con el Mundo. Probablemente sea, solo probablemente, alguien soberbio, vanidoso y vanaglorioso. Y probablemente eso tenga en cierta medida algo que ver con lo que les voy a decir a continuación.
Verán, no tengo ningún tipo de reparo en considerar que soy mejor que los demás. Distinto, superior... extraordinario. Me he ganado ese derecho, me temo. Y esto, indirectamente, me ha llevado a pensar que hay varias cosas que son incompatibles con esta visión. La Vergüenza y el Sentido Común, por ponerles un ejemplo, son dos ideas incompatibles con aquellas de Ser Superior o Entidad Poderosa. Carece de sentido que alguien consciente de su superioridad por sobre el resto siga sintiendo que tiene algo de lo que avergonzarse frente a aquellos que tiene por inferiores. Y de la misma forma, no es coherente que alguien que se ve a sí mismo como superior actúe en consonancia con aquello que los mortales denomináis sentido común. El sentido común no es más que un producto de la permanencia de un sujeto en un determinado ambiente por una cantidad de Tiempo suficiente como para formar juicios y pensamientos habituados al mismo. Eso que llaman sentido común no es fijo, varía según la cultura, región, sociedad... Alguien que no se ve como igual al resto no mostrará afinidad o alineamiento con el sentido común que ese resto tiene establecido. Ambas ideas, tanto aquella de la Vergüenza como esta del Sentido Común, son esencialmente contradictorias con un Ser Superior.
Primero pensad en la vergüenza. Si ustedes se paran a pensarlo, la vergüenza es una cualidad exclusiva de los humanos, única en los mortales. Aquellos animales que desde el punto de vista de los humanos son catalogados como inferiores no tienen la capacidad de sentir tal cosa. No tienen reparo en estar permanentemente desnudos, no sienten pudor al realizar todo tipo de actos a ojos del resto de la Naturaleza, no los verás recatándose durante sus cópulas o a la hora de realizar el resto de sus necesidades fisiológicas. Y del mismo modo los Dioses tampoco se ven afectados por este sentir, por eso son representados con frecuencia con poca o ninguna ropa, haciendo lo que les viene en gana, cuando les viene en gana y como les viene en gana, libres de pudor. Y es seguro asumir que una especie extraterrestre tampoco tendría por costumbre sentir Vergüenza. La Vergüenza es, en realidad, una brillante Idea de Diseño como Limitante. Por eso cuando Adán y Eva toman el Fruto Prohibido del Árbol del Conocimiento del Bien y del Mal, lo primero que hacen es tomar consciencia de su desnudez y cubrir sus partes íntimas con las hojas de higuera. Ninguna especie "inferior" la siente, y tampoco ninguna superior.
Lo mismo sucede con el Sentido Común. Siempre me ha causado mucha repulsa este concepto. Un "Sentido Común" es una aberración desde un punto de vista individual y personal. Es una creación arbitraria y dependiente del entorno en que se configura. Una suerte de subproducto de la Consciencia Colectiva para definir lo que es correcto y lo que no, para programar como hábito una consideración de lo que es razonable y lo que no, lo que es cierto y lo que no, lo que está bien y lo que está mal. Misantropía aparte, aquellos que abogan por el sentido común siempre me han causado un poco más de rechazo que el resto. ¿Por qué debe un Ser Superior aceptar las exigencias e imperativos de una Consciencia Colectiva que no se corresponde con su misma altura, su mismo nivel? ¿Por qué se debe asumir que un Ser Superior tiene una forma de sentido común siquiera? De tenerla, no tendría en ningún caso que estar alineada con la vuestra, pero lo natural es que no la tenga, del mismo modo que tampoco la tienen el resto de formas de vida. El Sentido Común requiere de una interacción prolongada con un entorno especifico, por lo que incluso suponiendo un sentido común global, un Ser Superior no habría tenido la interacción suficiente con las formas de vida que lo conforman como para asimilarse con este. O no se habría molestado en interactuar de la misma forma que ellos. Sucede algo parecido con todos aquellos que no forman parte de una sociedad humana por diversos motivos. Salvajes, marginados, apátridas, ermitaños o ascetas entre otros son individuos cuya desconexión del resto les empuja a no tener un sentido común o a olvidarlo si alguna vez lo tuvieron.
Pero hay un motivo más por el que un animal o un Ser Superior no se ve afectado ni por la vergüenza ni por el sentido común. Y ese es que ambas ideas tienen unas fuertes implicaciones morales y sociales. El papel limitante de ambas hace también las veces de mecanismo de defensa y preservación de los mortales para consigo mismos y para con sus relaciones interpersonales y sociales. Subyace cierto egoísmo en ambas cosas, porque lo que se busca de forma casi inconsciente es el propio bienestar y beneficio. Si sigues lo que dicta el sentido común serás aceptado con mayor facilidad, y si te persigue la alargada sombra de la vergüenza evitarás actuar de forma inapropiada para no perder esa aceptación previamente obtenida. En cierto modo, el sentido común y la vergüenza se retroalimentan. Uno define y la otra preserva aquello que es definido. Y lo mejor es que lo hacen desde el propio individuo. El sujeto es quién se dirá a sí mismo lo que debe y lo que no debe hacer. No es necesaria una Policía del Pensamiento cuando el propio individuo se limitará así mismo con estos elementos implantados.
Estos son solo dos casos de Autolimitaciones del Pensamiento que toda persona sufre. Porque sí, en efecto, hay muchas más limitaciones -autoimpuestas o no- de aquello que se puede pensar o no. Consideren por ejemplo al Lenguaje como la primera de ellas. Siendo, paradójicamente, aquello que os permite expresaros, pero lo mismo que os impide hacerlo como os gustaría.
Pero bueno, lejos de estas limitaciones morales y sociales de las que hablamos, los Dioses y otros tantos Seres Superiores disfrutan de una Libertad inaccesible desde el Sentir de los Mortales. Debería daros vergüenza, autolimitaros de esta forma... En la Vida todo viene con un precio, y el precio para mantener las comunidades que habéis formado viene, en cierto modo, en forma de estas limitaciones.
Queda un elefante en la habitación. Yo mismo, el genio extraordinario Preliatore, he dicho ser Superior. Pero al mismo Tiempo me reconozco como alguien extremadamente tímido y retraído, de comportamientos esquizoides y paranoides. Algo que en principio es contradictorio con lo que vengo predicando. Sin embargo, la Realidad es otra. Mi carácter retraído y tímido no es consecuencia del pudor, sino de la prognosis. A la hora de realizar cualquier interacción yo ya he analizado los resultados posibles de la misma, motivo por el cual no tengo por costumbre ser partícipe de la mayoría de ellas. Y es precisamente ser alguien alejado y desmarcado de todo Sentido Común y vergüenza lo que me hacen sabedor por adelantado del resultado de una posible interacción, con una tendencia generalmente infructuosa. Preliatore no está en deuda con vosotros, mortales, no siente pudor por vuestras consideraciones y no comparte vuestras conclusiones e imposiciones colectivas. Y por ende no aplican sobre mi ni la vergüenza ni el sentido común. Precisamente esto, el no pagar con estas divisas, es lo que hace que la tendencia de mi prognosis sea estadísticamente negativa y por tanto, buscando el resultado óptimo, no realice esfuerzos por ser partícipe de numerosas o dilatadas interacciones.
No significa eso, sin embargo, que pueda o vaya a hacer aquello que se me venga en gana, incluyendo todo aquello que un mortal promedio consideraría vergonzoso. Pero no lo haría no por la vergüenza, sino por otras dos cosas que atesoro con mucho recelo. Mi Intimidad y mi Unicidad. Nunca haré algo que considere que está por debajo de mí (bastantes más cosas de las que pueden ustedes imaginar), y nunca haré algo que traspase las fronteras mi microcosmos íntimo y personal. Sí me expresaré, por otra parte, de la forma que considere oportuna, es la Libertad que mi Superioridad me ha concedido respecto a vosotros, mortales. Ya sea con mi habitual carácter mesiánico y profético o con el ímpetu adolescente de una juventud inextinguible que solo en tópicos como este se deja ver. El estar más allá de la limitación moral y social me permite esta gran licencia, y es mi sacro derecho hacer uso de ella tanto como desee. Hay una Vida distinta más allá de lo Autoimpuesto, y es maravillosa. Dioses Inmortales, Seres Superiores, Animales y resto de Formas de Vida disfrutan de este Privilegio. Yo también decido, pagando no poco por ello, hacer lo propio.
Nos vemos en la próxima, sea cuando sea eso, mortales. Se despide Preliatore, Genio Extraordinario.
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