martes, 14 de junio de 2022

Una de las Míticas: Legacy on the Line

Spanish Armada contra el Soplo de Dios

Hay ocasiones en la Historia de este joven y viejo Mundo en las que algo está condenado a suceder irremediablemente. Pero a veces, y solo a veces, los Dioses tienen otros planes. Tal es el caso del suceso elevado a la categoría de Mítico que tanto caracteriza a esta sección. A veces las Míticas son conflictos y hechos anecdóticos, pero en este caso estamos ante uno de los momentos más determinantes en la Historia de la Humanidad. 

Si hay una época dorada para Europa Occidental es aquella que se extiende desde el Siglo XVI hasta el XVIII. Lo que viene siendo grosso modo la Edad Moderna. El papel de nación predominante siempre estaba fluctuando en esta época, pero al menos durante el Siglo XVI es más o menos evidente que fue España la que estuvo y se mantuvo a la cabeza del mundo muy a pesar de su cuestionable y -como siempre- mala gestión. No solo militar y económicamente, sino también en lo cultural. Aquí comenzó su Siglo de Oro, que más que siglo fue siglo y medio, ya que se prolongó por más de 100 años, llegando a la época del declive y la decadencia del Imperio. Sin embargo, tal vez la Historia de España y del resto del Mundo hubieran sido de otra forma si en este episodio las cosas hubiesen ocurrido de otra manera. 

Verano de 1588. Es un periodo de transformaciones, y no pocas precisamente. El codiciado Nuevo Mundo está cada vez más "solicitado" y explorado, las artes y las ciencias progresan a un ritmo mucho mayor que en la cada vez más lejana Edad Media, y algo está cambiando en la Sociocultura y los valores del viejo continente. El protestantismo se propaga con mucho éxito, sobre todo en el norte de Europa, algo que en la Iglesia no hace mucha gracia y a los católicos en general tampoco. España, erigida estandarte de la Cristiandad, lucha contra todo aquello que supone una amenaza para el ideal católico, pero al mismo Tiempo también una amenaza para sí misma. Siempre se pueden matar dos pájaros de un tiro. 

No muchos años antes el Imperio Español y una serie de acompañantes insignificantes e inútiles a los que España tuvo que carrear (las pequeñas repúblicas "italianas" de la Liga Santa) tuvieron que enfrentarse al Imperio Otomano, probablemente la potencia mundial más temida del momento, verdugo de Bizancio y terror de la Europa Continental. El Imperio Otomano gobernaba las aguas del Mediterráneo como si de una extensión más de sus tierras se tratase y las repúblicas italianas estaban completamente acojonadas. España, en su papel de defensor de la Cristiandad, tuvo que entrar al trapo y aunque Venecia puso la mayoría de los barcos; los españoles pusieron la pasta y la habilidad y destreza para vencer a los otomanos en la Batalla de Lepanto. El Imperio Español le dio una paliza escandalosa al Otomano, pero sus aliados no supieron aprovecharlo como era de esperar y al final Venecia perdió la guerra y el control de Chipre. Cero sorpresas, al final todos sabemos que italiano es sinónimo de incompetencia e ineptitud. Y estas repúblicas pues no iban a ser menos. De hecho iban a ser más. Más incompetentes de lo normal. Por suerte el Imperio no invirtió más de la cuenta en estos inútiles y prefirió guardar su flota y sus naves para otras amenazas. Hizo bien. Las iba a necesitar. 

Ya antes de eso España logró imponerse a Francia en una sucesión de guerras precisamente por el control y la influencia sobre las repúblicas y territorios de la Península Itálica. La Guerras Italianas, como se llaman realmente, fueron una de las sagas más tediosas y pesadas de la clásica rivalidad franco-española, sobre todo por lo rápido que se sucedieron y la cantidad de gente que se metió. Inglaterra, el Sacro Imperio, los Estados Pontificios, todos los matados del norte de Italia... Había más gente que en la guerra... Supongo que porque eran de hecho varias guerras distintas y seguidas. 

Ahora aparecía un nuevo desafiador. Vencer a Francia, la típica y tradicional potencia de la Europa Continental, y al Imperio Otomano, la otra gran superpotencia de la época, consagró al Imperio Español como primera potencia mundial sin discusión alguna. No había debate posible. Las amenazas externas eran aplastadas sin mucha complicación. Y si ni el Imperio Otomano ni su hermanita mayor Francia podían con España solo quedaba preguntarse quién podría hacerlo. Era el turno de Inglaterra para tentar su Suerte y desafiar su Destino. 
Inglaterra no era precisamente el chico nuevo del barrio o un underdog en el panorama internacional. Ya se había labrado un nombre en el panorama internacional desde hacía mucho y era una potencia de primer orden. Sin embargo durante este siglo había tenido varios problemas en materia religiosa. Enrique VIII estableció el Protestantismo en Inglaterra solo para poder anular su matrimonio pero su sucesora, María I, decidió dar marcha atrás y tener mano dura con los protestantes. No obstante tras el reinado de María, Isabel I volvió a instaurar una iglesia protestante de corte algo más moderado. Pero esto no le valía a España, que siempre pretendió evitar el establecimiento del protestantismo en Inglaterra. 

El Imperio Español tenía una relación complicada con Inglaterra. Su mejor momento fue durante el reinado de María I, defensora del catolicismo y represora del protestantismo. Pero a la Muerte de ésta la relación se deterioró progresivamente. Con Isabel I en el trono, Inglaterra se convirtió en la principal enemiga de España. 

España estaba en su mejor momento y lograba imponerse a cualquier enemigo externo, pero ¿Qué hay de los internos? Flandes siempre fue una localización complicada para España. La tensión religiosa volvía a ser clave, pues la manía de España de imponer el catolicismo no gustaba demasiado en Holanda. Y más allá de eso, los súbditos de la región siempre quisieron actuar de forma más independiente y libre con respecto a España. Así que finalmente Holanda o los Países Bajos como lo llaman ahora comenzaron por fin a tocar los cojones. Y lo harían ni más ni menos que durante 80 años. Por si fuera poco, tener tantos frentes abiertos era muy costoso y el dinero no cae del cielo, por lo que no es de extrañar que detrás de esa apariencia de Imperio todopoderoso e invencible se escondiese una estructura económica en ruinas que acabó en bancarrota numerosas veces. Los motivos de esta situación económica tan lamentable eran las numerosas deudas pendientes, el coste de las interminables e innumerables guerras y por último y no menos importante la piratería que sufrían los barcos provenientes del Nuevo Mundo con minerales y materias primas por parte de los corsarios ingleses. 

Inglaterra trataba sistemáticamente de obtener beneficios del comercio español con las Indias. Por cualquier medio necesario. Y si para ello debía recurrir a la piratería pues adelante. Bastante basado la Verdad. Corsarios como Francis Drake o Walter Raleigh eran un dolor de cabeza para el Imperio, y naturalmente esto daba a España más motivos para plantearse una invasión a Inglaterra. 

Y eso acabó tratando de hacer. El Legado de España para con la Historia estaba en juego. Habiendo derrotado antes al Imperio Otomano y Francia, vencer a Inglaterra y lograr invadirla supondría la consolidación aplastante de una superpotencia hegemónica única. La Armada Española tenía ante sí la complicada empresa de invadir Inglaterra para cumplir con los tantos objetivos que España tenía allí. Lograrlo supondría el fin de la piratería y los corsarios; el fin del ascenso del protestantismo en Inglaterra y por supuesto el fin de la intromisión inglesa en los problemas internos de España en Flandes. De vencer aquí, la posición de España sería inmejorable. Es importante reseñar que España nunca tuvo como propósito tomar Inglaterra o conquistarla. La idea real era simplemente deponer a Isabel I para frenar la amenaza protestante. 

No entraré en mucho detalle sobre la batalla en sí, porque lo verdaderamente importante de Spanish Armada no fue lo sucedido durante el enfrentamiento sino más bien después. En resumidas cuentas España armó una enorme flota con el objetivo de invadir Inglaterra, pero el mando le fue otorgado al Duque de Medina Sidonia, un hombre sin ningún tipo de experiencia naval y absolutamente incompetente en lo que a marina se refiere. Las condiciones climáticas no acompañaron y los barcos ingleses, más rápidos y maniobrables que los españoles, aprovecharon sus ventajas y lograron repeler a la flota española. En realidad en enfrentamientos directos apenas se perdió gran cosa. Los ingleses ocasionaron bajas a los españoles, tanto humanas como materiales, pero nunca fueron muchas o tantas como a veces se quiere hacer ver. El verdadero problema vino cuando los barcos españoles tuvieron que retirarse y volver a España. La ruta de vuelta a seguir fue por Escocia e Irlanda, rodeando toda Gran Bretaña con una flota dañada y cada vez menos suministros. La puntilla llegó cuando el clima y las tormentas terminaron de barrer la flota. Miles de hombres murieron ahogados, de hambre o por enfermedad además por supuesto de los que fueron eliminados por los ingleses. 

Puede parecer que la derrota fue catastrófica, pero eso es algo muy alejado de la realidad. Si bien esta batalla fue fundamental y tuvo una importante relevancia histórica; no fue para España el cataclismo que la prensa y la propaganda inglesa hicieron que pareciese que era. La flota española estaba compuesta en su mayoría por barcos mercantes armados que no estaban diseñados con el propósito de entrar en combate. Además, las perdidas no fueron excesivamente grandes y los daños podían ser reparados. De los más de 100 navíos que componían la flota solo se perdieron poco más de 30. Otro detalle que se comenta muy poco es que la Armada Inglesa tenía más navíos que la español. Pero supongo que ese es el gran éxito de Inglaterra y ahí es donde se encuentra su gran victoria. En términos materiales y humanos Spanish Armada no fue una derrota tan dolorosa para España como lo pintan. Y tampoco una gran victoria. Sin embargo, si algo saben hacer los ingleses es exprimir sus victorias y triunfos para hacer que luzcan mucho más grandes de lo que realmente son. No se les puede culpar. Todos lo hemos hecho alguna vez. Y en este caso tiene una finalidad clave que es la de manipular la moral tanto propia como del enemigo. 

Ya vimos en su día como Ramsés III exponía su triunfo sobre los Pueblos del Mar como si de una victoria incontestable se tratase. O como los romanos siempre usaban el arte con fines propagandísticos para exponer sus triunfos como gestas épicas y heroicas al nivel de Los Dioses. Si bien a veces el registro y los datos acompañan y no hay motivos para dudar de la veracidad de semejantes triunfos; en el caso que nos atiende no es así. Inglaterra y los anglosajones en general siempre han tenido mucho talento para propagar y difundir su propia cultura y, por supuesto, su propia información hasta el punto de hacerla única y verdadera o al menos difícilmente cuestionable. Es cierto que España fracasó al invadir Inglaterra. Y es cierto que su flota fue dañada y algunos de sus barcos destruidos. Pero Inglaterra se encargó de hacer que pareciese un triunfo dictaminado por Dios y que el Legado de España como superpotencia quedase en entredicho. 

Los ingleses llamaron al viento que condenó el rumbo de la afamada Armada Invencible el Viento Protestante. Usaron estos sucesos para justificar que Dios apoyaba la causa protestante. Y aseguraron que el clima que arrasó la flota española fue en realidad el Soplo de Dios favoreciendo el protestantismo y eliminando a los enemigos de Inglaterra. 

"La Derrota de la Armada Invencible",  Philippe-Jacques de Loutherbourg. En la Pintura los combates navales siempre son representados como épicos enfrentamientos que distan mucho de lo que fueron en realidad. En Spanish Armada el temporal hizo mucho más que los ingleses, pero queda mucho mejor representar una batalla que las inclemencias del clima. Probablemente unos navegantes más experimentados habrían salvado mejor los muebles para España, aunque realmente el resultado nunca fue dramático para nadie.

A pesar de todo Inglaterra no pudo sacar un provecho real más allá del propagandístico. El Legado de España estaba en la línea, y los ingleses pudieron haber ejercido incluso más presión tras su victoria sobre la Spanish Armada. No obstante, a los ingleses no se les ocurrió nada mejor que intentar responder con más de lo mismo y lanzar una ofensiva contra la península al año siguiente, con un resultado incluso peor que el que tuvieron los españoles. English Armada fue una de las peores ideas para aprovechar una situación ventajosa que jamás se hayan podido ver. Inglaterra envió la famosa Invencible Inglesa para terminar de destruir la flota española que estaba reparándose en el norte. En un principio puede parecer espectacular, pero en la práctica no es tan fácil. En un descalabro mayúsculo Inglaterra perdió tratando de llevar a cabo este plan decenas de barcos y miles de hombres. 

La razón por la que English Armada no es tan sonada como Spanish Armada siendo un fracaso igual o peor es porque España y los españoles nunca han sido lo suficientemente buenos con la prensa y la propaganda internacional. Lo que esta entrada quiere ilustrar es que a veces tienes que usar medios poco convencionales para exprimir buenos resultados y transformarlos en unos incluso mejores. Sí, yo mismo dije que el Legado de España estaba en juego con Spanish Armada, como también lo estuvo con la segunda y la tercera entrega de esa saga (Spoiler: Todas las expediciones terminaron igual), del mismo modo que el Legado de Inglaterra estaba en juego con English Armada. La diferencia entre una situación y otra es la prensa que se hizo de ellas. 

Mientras que en Inglaterra usaron lo sucedido con Spanish Armada como un argumento para decir que Dios estaba con ellos y les había apoyado mandando sus vientos como si de un soplo se tratase para exterminar a la flota española, que era vendida como invencible; aquí en España apenas se hizo eco de English Armada. De hecho lo más seguro es que todo el que lea esto sepa del caso de la Grande y Felicísima Armada, pero no de la Invencible Inglesa. Igual que tampoco sabrán ustedes que, como dije antes, la flota inglesa en el enfrentamiento contra Spanish Armada tenía más navíos o que las pérdidas fueron peores en English Armada que en Spanish Armada, incluyendo importantes perdidas financieras. 

La Realidad objetiva es que si esto fuera un partido tendríamos reparto de puntos. Sí, es cierto que de haberse producido un triunfo concluyente en alguno de los dos casos la Historia de los países implicados y del resto del mundo habría dado un giro interesante; pero no fue el caso. España continuaría siendo un poder de primer orden unas cuantas décadas más mientras que Inglaterra empezaría a crecer exponencialmente con el paso del Tiempo. 

Hoy en día ambas siguen siendo naciones relativamente importantes. Inglaterra algo más pero tampoco nada exagerado. Y ambas han dejado un legado espectacular en todos los rincones del mundo. Sus idiomas son, con permiso del chino, las más habladas y extendidas del mundo, e incluso la -cada día más discutida- nación más Poderosa del mundo tiene como lenguas principales el inglés y el español. Las culturas de ambos países son reconocidas en todo el mundo y su nombre ya está más que grabado en la Historia de este mundo. 

Por supuesto las Cosas pudieron ser muy distintas cuando el Legado estaba en la línea, pero al final nunca es lo que habría podido ser, sino lo que fue. Spanish Armada fue uno de esos momentos en los que cabe preguntarse qué habría pasado si todo hubiera ido de otra manera; y lo mismo con English Armada. Las posibilidades y ucronías por explorar siempre son muy interesantes para los mortales, pero poder cambiar los sucesos y alterar la realidad está fuera de su alcance. No obstante, siempre queda imaginar. Todo cuanto es deja un Legado en este mundo. A veces es uno imborrable e imperecedero sobre el papel. Otras es efímero e insustancial. Yo que escribo estas líneas y tú que las lees estamos dejando uno a nuestro paso por cada segundo que pasa. Alguna vez ese Legado estará en juego, como lo está el de todo cuanto es en algún momento; pero no debes temer tal cosa, porque todas las Cosas son llevadas por el Tiempo. En la Gran Escala, todo Legado es exiguo, finito y contingente; completamente insignificante pues algún día será arrastrado por el Olvido, incluso aquel que parece ser imborrable e imperecedero. En la pequeña escala tiene, como siempre, el valor que tú y sobre todo los que vengan detrás quieran atribuirle. Y como no serás capaz de apreciar en ningún momento dicha valoración, cumple su función pero no terminará de ser gratificante. Si alguna vez tratas de construir un Legado, intenta que no sea por cuestiones de Ego. Aprenda de las incontables horas que yo he invertido en escribir en este lugar con la sola intención de compartir la Infinita Sabiduría del Mentor sin esperar nada a cambio. 

Ya saben que yo solo trabajo desde la Objetividad, y objetivamente hablando casi cualquier cosa es trivial en la Big Picture. No obstante esto no es algo que deba estimarse a la hora de construir un Legado. Además de objetivo soy un tipo bastante utilitarista, y si hay algo que tiene un Legado es utilidad. Una utilidad que se puede encontrar en la motivación que puede generar a las generaciones del futuro; en el uso que se le den a tus invenciones, ideas, trabajos, palabras, obras... O en la inspiración que sean capaces de generar. Y si algún día vuestro Legado está en la Línea ya habéis aprendido que no pasa nada si las Cosas salen mal. A España e Inglaterra no les ha pasado nada a fin de cuentas. Nada más allá de un cada vez más patente descenso a la irrelevancia, pero no por no haber preservado la entereza de su Legado cuando estuvo en la línea; sino por el inexorable paso del Tiempo y la inapelable rotación de la Rueda del Destino. 

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