viernes, 18 de diciembre de 2020

Las Fronteras de la Música

Ritmos del Este, sabor a Oeste

Verano de 2012, concretamente y casi con toda seguridad a finales de ese mismo verano si lees esto desde Europa, te levantas una mañana y miras tus redes sociales (muy probablemente Tuenti esté entre ellas junto a Facebook), ves que hay un vídeo que empieza a repetirse con frecuencia, que es casi un... ¿Cómo empiezan a llamar a estas cosas? ah, sí, una especie de meme. Al principio no prestas atención, llevas mucho Tiempo ya metido en este nuevo mundo de los memes visitando Cuanto Cabrón, o si eres algo más veterano 4chan, Reddit y similares. Pero conforme pasan las horas ves que más y más personas empiezan a compartir el vídeo. Tu vecino de arriba al cual solo conoces cuando saca a pasear a los perros, la chica que conociste en el autobús a la que le pediste el Tuenti, tus amigos del instituto, e incluso uno de tus tíos lo ha publicado en Facebook... Llega un punto en el que la curiosidad te pica y decides rascarte, entras a YouTube siguiendo ese link en el muro de tu tío y ves un vídeo que, de entrada, sabes que es raro para lo que es habitual. Ves a un asiático -del cual no sabes identificar su nacionalidad- tumbado y acalorado que, de repente empieza a cantar. Eres un habitual del Anime y el Manga aunque sea de closet, así que lo que viene de oriente no te resulta desconcertante, de hecho en el fondo te gusta, por lo que decides darle una oportunidad a esa canción de la que todo el mundo habla. Conforme la escuchas te das cuenta de que el hombre que canta no puede ser japonés, lo que dice no se corresponde con las voces de esos animes subtitulados que tanto consumes a escondidas de tus amigos que están mojando bragas con el Madrid de Mourinho (y no es para menos, esta temporada ha conseguido 100 puntos) por lo que deduces que debe ser chino o coreano, y descartas al poco Tiempo la opción de que sea chino, porque en ese país según has visto en las noticias las libertades están algo limitadas. Ves el vídeo completo en YouTube y escuchas la canción. Te parece musicalmente muy buena, pero también estética y visualmente atractiva. Sin saberlo, has escuchado la primera canción de K-pop de tu vida, y lo que es más importante, te ha gustado. 

Se trataba del Gangnam Style de PSY, una canción que te das cuenta de que si sigue con su proyección podría superar a ese chaval tan odiado por tus amigos, ¿Cómo se llamaba? ah, sí, Justin Bieber... Oh, como le tocaba los huevos a todos los chavales que Bieber acaparase la atracción de todas las chicas, incluso a ti te molestaba un poco, admítelo. Casi tanto como que Baby, una canción tan odiada como aclamada, fuese la más consumida de ese entonces. Y pensaste que ya tuviste suficiente con el Eu si te pego de Michel Teló, del cual ni siquiera sabías que tenía más canciones. Conforme maduras te das cuenta de que en realidad esas canciones no estaban tan mal (piensas incluso que Baby tiene toques de genialidad en su composición), tus prejuicios musicales desaparecen y sobre todo, tras escuchar esta canción de PSY, un nuevo mundo de música está llamando a tu puerta: el K-pop ha llegado y lo ha hecho para quedarse. 

De acuerdo, salgamos del larpeo y la situación para volver al presente. Lo que acabo de exponerles es una situación por la que muchos chavales han pasado, estoy seguro de ello. Yo les escribo esto para darles un análisis al respecto, centrándome en mi terreno que es la cultura y la historia que hay detrás de algo tan grande como es el K-pop, y como punto de partida he decido situarles en la vida de un adolescente a mediados del cada vez más lejano 2012. Esto no quiere decir que vaya a dejar de lado lo musical y lo visual, porque de hecho van a formar una parte importante de esta entrada. Y tampoco significa que mi análisis empiece como tal en 2012 porque tendremos incluso que pasar por la Guerra de Corea (en la que yo participé en una de mis antiguas formas), sí, lo militar va a ser importante en todo esto. Hablamos de Corea, sea del Norte o del Sur, el militarismo está a la orden del día [quédense con esto, es una herramienta que nos servirá para más adelante]. 

Volvamos, una vez más, a 2012 y ponte de nuevo en la piel de este adolescente en verano que ha visto por primera vez. Vuelvo a hablarte como si fueras él. Así que por la gracia del Todopoderoso Narrador, que soy yo, resulta que ves el vídeo más veces y conforme más lo ves, más detalles aprecias. Ahora entiendes por qué a todo el mundo le gusta y por qué todos estaban tan pesados con él. Te das cuenta de que lo visual tiene mucha importancia en toda la composición. La coreografía, si bien sabes que es cómica, está muy bien preparada y medida, cada movimiento está entrenado con mucha precisión. PSY es un tipo que te resulta gracioso, pero a mitad de vídeo empiezan llamarte la atención otros dos sujetos. El primero es ese tipo de traje amarillo que también te resulta gracioso, mientras que el segundo es una chica muy guapa que resulta ser fundamental en la segunda parte del vídeo como bailarina y parte de la coreografía. Habiendo pasado ya una cuantas visualizaciones más te fijas en que también hay varios chicos muy atractivos y monos que actúan en el vídeo como extras. Cuando decides comprobar quién es quién te tomas la Kpop-pill. 

Eh, he dicho K-pop pill, no K-pop pillow... Eso que ven en la imagen es un cojín con la geométricamente perfecta cara de Suga (BTS), prueba de la intensidad del fenómeno fan en la industria del pop coreano.

El hombre de amarillo es un famoso comediante en Corea del Sur; la chica tan guapa que ves es Hyuna, una conocida cantante con una estética que a ti, fan del anime, no te resulta tan extraña y has visto antes en alguna parte; y por último los chavales tan monos que hacen de extras son miembros de una boyband muy popular, Big Bang. Viéndolo en conjunto puede verse que detrás de todo hay una fuerte inversión, mucho talento y un fenómeno de masas que no tardaría en internacionalizarse. 

Vuelvan ustedes de nuevo a la actualidad. Aunque Gangnam Style fue un punto de inflexión fundamental en la proyección internacional de la Industria del K-pop (porque sí, es una industria multi-género y no un solo género aislado como el público que lo ve desde fuera puede llegar a pensar), su impacto dentro de la misma no fue tan importante. El K-pop ya estaba inventado, PSY solo lo puso en el mapa para un Occidente algo despistado. 

Tremendo personaje la Verdad. Mucha gente quiso dar por hecho que iba a ser un One Hit Wonder, pero resultó que se lo montó muy bien y "Gentleman" también hizo unos números muy respetables que le proporcionaron también un buen éxito.

Hoy día es raro que alguien no tenga a algún amigo o conocido metido en el mundillo, lo más seguro es que sean de hecho varios los que ya se han subido a este barco. Las Boybands abundan, los Girl Groups e idols proliferan y la industria del K-pop está tan masificada que mueve a millones de personas en todas partes del mundo, haciéndose notar en redes sociales y foros de forma a veces invasiva y desmesurada. Antes de entenderlo como el fenómeno de masas que es, conviene repasar cual es la historia de la industria y su variedad. 

Como música popular, que es lo que es al final del día, sus orígenes suelen situarse a finales del XIX, época en la que el influjo occidental empezaba a hacerse notar particularmente en Corea y Japón. Es entonces cuando la música coreana empieza a recibir influencias de géneros como el góspel, algo que todavía se percibe a día de hoy e incluso se asentó como un nuevo género (El Trot, nombre muy simpático). No obstante es décadas después cuando la mano de occidente empieza a notarse con mayor intensidad. Después de la ocupación japonesa y sobre todo la Guerra de Korea que ocasionó la división del país en dos mitades las tropas americanas se quedaron en suelo coreano, y esto como es lógico hizo que además de ellos se quedara su cultura, que pronto empezó a mezclarse con la local. De los 50 en adelante las influencias de los grandes artistas occidentales sería cada vez mayor en el público y la sociedad de Corea del Sur, por lo que el rock no tardaría en introducirse tampoco. 

Momento exacto en el que el Lejano Oriente pasó a ser satélite yankee por una temporadita. Tiempo suficiente para que Europa y Estados Unidos dejasen que su influencia hiciera lo que siempre hace: transformar -para bien y para mal- la cultura ajena. Iwo Jima es uno de los momentos más simbólicos de la Historia Contemporánea, simboliza la llegada de Estados Unidos al lejano oriente para meter sus narices por la zona, primero en Japón y más tarde en Corea.

Los géneros de origen occidental convivirían con los tradicionales durante todo este periodo por lo que era cuestión de Tiempo que la influencia occidental se transformase definitivamente en algo muy grande dentro del panorama musical. Y así fue.  

Cuando se habla del K-pop como se entiende hoy en día siempre se deben mencionar obligatoriamente una fecha y un grupo: 1992 y Seo Taiji & Boys. Busques la información de la historia del K-pop donde la busques siempre aparecerán los años 90 y sobre todo el grupo antes mencionado. Como venía siendo habitual, la influencia occidental no tardaba en llegar a oriente, y uno de los géneros más populares de principios de los 90 era el Rap, por no hablar de que ya previamente el Hip-Hop se había hecho notar. Quizá ya lo sepan, pero en 1992 una de las canciones más populares del momento (y también de mis favoritas personales) era Nuthin but a G Thang, del Dr. Dre y Snoop Dogg. Esto es algo que decía mucho de la música de aquellos años y que, siguiendo con la línea de influencia occidental, iba de alguna forma a repercutir en Corea. 

Seo Taiji y sus muchachos fueron los pioneros en Corea en introducir el rap en la música popular coreana, y además de esto también mostraron esa faceta multi-género que, como dije previamente, caracteriza al K-pop en la actualidad. Sin obviar, claro, otro detalle importante y es que eran un grupo de chicos, lo cual ya se podía ver como el principio de algo. A pesar de su corto período de actividad (1992-1996) su éxito y legado fueron enormes. 

Probaron numerosas formulas con distinta recepción por parte del público y la crítica. Mezclaron el metal y el rock con el folk coreano en su segundo y tercer álbum con canciones reconocibles y usadas a menudo como ejemplo como Hayeoga (1993) y Kyoshil Idea (1994); también se atrevieron con el gangsta rap en su último album con Come Back Home (1995) o Sidae Yugam (1995 también, obvio); fueron provocadores, tanto en estilo como en letras; y por último incluso se tiñeron el pelo a colores en ese entonces poco comunes, comenzando así en los 90 una tendencia que llega hasta nuestros días. Esto último lo heredarían H.O.T (cuya trayectoria comenzó inmediatamente después de la retirada de Seo Taiji) y Shinhwa (de finales de los 90). De hecho H.O.T se suele considerar la primera Boyband-Idol de K-pop de la Historia (Seo Taiji no entraba en el rango Idol como tal, más adelante profundizaré en ese concepto). Ambas bandas vendrían de la mano de SM Entertainment (quédense con este nombre también). 

Tan solo con verlos uno puede ver que Seo Taiji and Boys eran unos chavales MUY de su Tiempo, por lo que no es complicado encasillarlos en el mismo. Desde el fondo hasta la gorra hacia atrás pasando por la ropa que llevan, todo en esta imagen grita años 90. No les culpo, yo uso los mismos chándales desde hace 10 años. 

[Como nota muy fanservice el pelo de colores ya saben ustedes que me encanta y creo que es necesario agradecerle a los orientales más cercanos al occidente cultural (Japón y Corea) la difusión y propaganda subliminal tanto de los colores como del mítico flequillazo que cubre un ojo. Respecto al tema de análisis, añadir que tanto H.O.T como Shinhwa seguirían esta línea y ya desde los 90 se presentaría como algo común en el género.]

El K-pop supo encajar muy bien en el fenómeno boyband. Al otro lado del charco todo el mundo fangirleaba con bandas como Westlife, NSYNC o, como no, Backstreet Boys. Siempre me encantaron esos tipos. ¿Quién no se sabe la letra o ha cantado alguna vez Everybody (1997) o I Want it that Way (1999). Auténticos temones. Terminando el milenio y empezando el nuevo Westlife presentaría también una versión de la pegadiza Uptown Girl de Billy Joel en el año 2000, mismo año en el que NSYNC sacaría el mítico Bye Bye Bye. Los late 90's y early 2000 fueron una época gloriosa. Estas son canciones que uno simplemente no puede morir sin escuchar. 

Aprovecho este momento para decirte a ti, persona que lee esto, que si no te gusta Backstreet Boys en general y Everybody en particular NO eres bienvenido aquí y este blog NO es un lugar seguro para ti y los de tu especie. Pero Dios no castiga dos veces, así que no te preocupes, del mal gusto también se sale más pronto que tarde. Everybody es un SIMBOLO. WE ARE BACK AGAIN.

Por estas fechas ya había comenzado la Korean Wave, que más que una ola ha resultado ser un tsunami cultural. La Korean Wave o Hallyu, como tengo entendido que la llaman, es el nombre que recibe el crecimiento exponencial del influjo de la cultura coreana en el resto del mundo, lo cual incluye no solo a Occidente sino también a todos sus vecinos asiáticos y a un mercado muy potente pero que a menudo desapercibido como es el del sureste asiático en particular. Empezó de hecho en su propio continente, pero ahora su proyección internacional es global. 

Hemos visto como se desarrollaba el fenómeno K-pop en los 90, pero el resto de la Korean Wave también comenzó en aquellos años. Como quizá se imaginen Corea del Sur era un país extremadamente cerrado a las influencias exteriores de sus vecinos. Esto obedecía a la rivalidad e incluso odio que se tienen entre sí Corea (ambas entre sí y con sus vecinos), China y Japón. Les explicaré esto con un breve interludio histórico (si no está interesado y quiere seguir siendo un ignorante pase al siguiente párrafo): Corea del Norte, el país meme, es mucho más hermético que el resto, pero el Juche no es el infierno en la tierra ni mucho menos. Este hermetismo norcoreano es mucho más intenso que el del sur, pero aunque el sistema Juche y la familia Kim no me cause excesiva simpatía no estamos aquí para demonizarlos, no es para tanto. Pero esto sirve como base para entender que Corea del Sur, teniendo un vecino de estas características con el que tuvo una guerra hace no demasiado y está muy militarizado, es también un país con una mentalidad estricta, cerrada, disciplinada y tradicional. Hablamos de un país en el que el servicio militar es de una obligatoriedad muy firme y que hasta hace no mucho imponía fuertes restricciones a las importaciones de índole cultural a Japón. Estas importaciones culturales fueron un elemento fundamental que permitieron el desarrollo de la Korean Wave cuando se levantaron las prohibiciones en los 90. Ejemplos de este tipo de importaciones eran el manga, el anime y sobre todo el J-pop (también mencionaré esto no se preocupen). Levantar estas restricciones forzó a Corea del Sur a responder a estas influencias configurando su propia cultura, realizando una enorme inversión en sus propias estructuras en el cine y la música. Hasta entonces las restricciones habían sido firmes y respondían al resentimiento que Corea tenía hacia Japón, su antigua potencia colonizadora. Lo cierto es que no se portaron muy bien ni con ellos ni con China, que actualmente está en camino de convertirse en superpotencia y por ello tanto Corea como Japón tampoco le quitan ojo. El lejano oriente siempre ha sido una región de mucha tensión geopolítica, supongo que sus pueblos son beligerantes por naturaleza. 
¿Qué se le pasaría a Japón por la cabeza para pensar que tenía alguna posibilidad de vencer a Estados Unidos, Australia, China y los peleles de Oceanía? Además muy a pesar de su carácter insular, esas fronteras son una mierda para defenderlas. El espíritu japonés era luchar hasta las últimas consecuencias, pero nunca hubo posibilidades, menos aún desde Midway y Guadalcanal. Nunca un pueblo de Sevilla llegó tan lejos. 

Si se han saltado el párrafo anterior por que tenía mucho texto he usado dos datos que vamos a seguir mencionando. El primero es el servicio militar en Corea del Sur, que es algo que también afecta al K-pop. De hecho afecta a todos los órdenes sociales y sectores de la sociedad coreana. Es prácticamente ineludible, aunque hay excepciones contadas. Por lo general puede evitarse hacer la mili si has prestado un servicio a tu país de inmenso valor como, por ejemplo, haber sido medallista olímpico o haber ganado una medalla en juegos asiáticos, como hizo Son Heung Min recientemente. Hasta ahora los idols y k-popers no estaban exentos de ello de ninguna manera, pero eso parece estar a punto de cambiar, pues estimando el éxito internacional y la enorme difusión de la cultura que están teniendo grupos como BTS (muy laureados internacionalmente) ha impulsado una reforma en la ley del servicio militar que permite no eludir, pero sí retrasar el servicio militar hasta los 30 años cuando hasta el momento era obligatorio realizarlo entre los 18 y los 28 años. También pasarán a estar exentos e-sports players, aunque eso nos interesa aquí más bien poco. 

La otra cuestión interesante mencionada antes es que también existe un J-pop, un pop japonés con ciertas similitudes al coreano y que en su variante más actual se desarrolló en paralelo a éste (también en los 90). Esto produjo un crecimiento de ambas industrias en los años próximos al nuevo milenio, pero es en este J-pop donde aparecen primeros conceptos importantes que luego se volverían a ver en el K-pop. El más relevante de ellos es el de idol, del cual dije que hablaría y eso es lo que voy a hacer a continuación. 

Lo cierto es que investigando al respecto me he encontrado con que su antigüedad es levemente mayor de lo que creía y que su era dorada se dio en los años 80 aunque yo siempre pensé que había sido en los Tiempos más recientes debido a su extensión por el resto del mundo, supongo que a nivel regional y local el impacto fue mayor en aquella época. Dar una definición de lo que es una idol no es tan sencillo como puede parecer, pero resumidamente puedo decirles que son unas artistas profesionales del entretenimiento que se estructuran en base a su imagen, atractivo y personalidad además de estar entrenadas en varias áreas más allá del canto, incluyendo muy a menudo danza, actuación y modelaje. 

Las chavalas de Momoiro Clover Z, uno de los grupos actuales de idols más conocidos. Se puede percibir mucho trabajo en la imagen, pero más allá de esto hay toda una subcultura detrás, en muchos aspectos bastante creepy. A menudo el Mundo Idol hace una analogía de las estudiantes de preparatoria -bachillerato en estos lares- (lo cual ya debería resultar de por sí chocante) y cuando una idol termina su contrato o abandona su oficio o grupo se suele usar el término "graduación". Esto parece una pieza de lore y una trivialidad, pero es genuinamente crudo.

A partir de esta definición pueden intuirse varias cosas. La primera es que el marketing es universal en la figura de una idol, así como el esfuerzo, el talento y la capacidad de adaptación que deben tener. La segunda y más importante es que, hablando de forma objetiva y sin ocultar que a mi me gusta, el mundo de las idols es asqueroso e inmoral hasta niveles insospechados. El espectador como es natural no está interesado ni quiere estarlo en lo que sucede tras las cortinas, pero la vida de una idol está sometida a unas durísimas condiciones laborales que van desde una extrema rutina hasta un muy exigido nivel de preparación y entrenamiento para poder cumplir con todo lo que le echen. No hay que olvidar tampoco como los productores y toda la mafia que hay en el mundillo impulsa el aspecto romántico-sexual de las idols hasta lo enfermizo, empezando por la prohibición de tener pareja o relaciones mientras ejercen para que los fanáticos sientan que tienen la posibilidad de conseguir algo con su idol favorita por imposible que sea a efectos prácticos. Las compañías juegan con eso porque saben que como las idols fundamentan su éxito en cuestiones de imagen es importante que permanezcan accesibles para los fans, en concreto los masculinos. Por otro lado se fomenta que ofrezcan una imagen de cierta debilidad para complacer a su público y aumentar aún más el atractivo o Moe, como lo llaman ellos. Todo esto por supuesto bajo un paraguas de sexualización, habiendo de esto último numerosas críticas y denuncias. Por supuesto también existe un prolífico de idols masculinos, pero en este aspecto no lo pasan tan mal.

Volviendo a lo que es la historia de las Idols hay que mencionar que después de los 80 y hasta entrados los 2000 se produjo el declive de las mismas, pero su popularidad volvió a crecer exponencialmente cuando el mundo idol se digitalizó e internacionalizó con proyectos como Vocaloid (Hatsune Miku ya es considerada artista internacional); Idolmaster (tienen incluso un K-Drama, quédense con eso) y Love Live! (mi favorito personal y razón de entrada al mundillo). Como con sus contrapartes 3D, también hay proyectos masculinos como Uta no Prince. 

Las idols en 2D son la mayor genialidad que existe. No les puede decir que no, tienen algo que me hizo engancharme hace muchos años al mundo de forma inmediata. En imagen la primera generación de Love Live!, las chicas de Muse o μ's. No hay un solo aspecto de Love Live! que me disguste desde lo estético y visual hasta lo sonoro. Ciertamente muchas de sus canciones me parecen bastante buenas de forma objetiva. Pero en lo que se refiere al tema, Muse refleja muchas de las características del mundo idol, desde la analogía con las estudiantes de preparatoria (todas las idols tienen entre 16 y 18 años) hasta la variedad de colores, el atractivo para el público (en este caso tanto masculino como femenino) mediante la imagen o las características vestimentas.

Es fundamental que ustedes hayan entendido qué es una idol porque el K-pop ha heredado este concepto hasta hacerlo también parte de su estructura. Al igual que las Japanese Idols, las Korean Idols se encuentran en unas condiciones extremadamente parecidas en lo que a exigencia se refiere. Así, el panorama actual del K-pop consiste en su mayoría en la fusión del concepto de Boyband/Girl Group con el de Idol. 

Respecto al J-Pop es curioso como su auge más grande llegó en el mismo periodo en que las idols entraron en declive. Su cima en lo que se refiere a cuestiones comerciales vino con figuras en solitario como Utada Hikaru (Conocida por todos en occidente por sus trabajos para la saga Kingdom Hearts) o Ayumi Hamasaki, quienes aún sin ser idols también tienen una muy buena imagen. Posteriormeente la industria del J-pop (también es una industria, como era de esperar) se diversificó hasta que en 2010 volvió a la vieja confiable y regresaron con mucha fuerza las idols. En la última década el éxito de artistas como Kyary Pamyu Pamyu y grupos como Momoiro Clover Z han dado de nuevo bastante peso al J-pop, pero actualmente a pesar de esto se encuentra bastante lejos del K-pop en la esfera internacional. 

No me he parado detenidamente a analizar por qué el K-pop ha crecido de tal manera mientras que el J-pop lo ha hecho de una forma más tímida, por lo que solo puedo aventurar conjeturas o pequeñas ideas al respecto. Una de las que más pienso que tiene sentido es que durante un periodo indeterminado de Tiempo (yo lo situaría entre 2005 y 2012) hubo una fuerte irrupción del Movimiento Visual Kei en el panorama musical japonés más juvenil (su pico fue en los 90 -L'Arc en Ciel contigo empezó todo- pero yo noté su aparición en occidente en los 2000). Esta influencia del Visual llegó a muchos géneros y si bien a mi también me gusta debo indicar que no es algo que esté hecho para gustar a todos los públicos. Es más bien una nichada con un complejo uso del maquillaje, trajes extravagantes de dudoso gusto (a mi me parecen buenos, que conste) y unos aerodinámicos peinados imposibles que solo se ven en el anime o cuando alguien está recién levantado. La cuestión es que como digo el Visual Kei no estaba hecho para todo el mundo, era algo para un público limitado y que en occidente solo tenía sentido entre seguidores del anime; rezagados y exiliados del punk y el post-punk; algunos frikis de subculturas varias; o fanáticos de la estética andrógina, los pelos de colores y los flequillazos como yo. También es probable que le gustase a los stans de Bowie, Kiss y sobre todo a los oyentes habituales del Glam Rock/Metal, a fin de cuentas estas fueron las mayores influencias en el surgimiento del Visual. Como de costumbre, todo lo que nace en el panorama musical oriental tiene un origen occidental bastante claro. 

En el Todopoderoso y Supremo video de Youtube "Stereotypical music around the world" cuando llega la parte de Israel sale Hava Na... espera eso no es lo importante. Cuando llega la parte de Japón la canción escogida es Senbonzakura (2011), que originalmente es de Hatsune Miku. Decisión acertada si me preguntan, Esa misma canción es versionada por Wagakki Band (los sujetos de la imagen), las chavalas son monísimas eso no se discute, pero mirad las pintas que llevan todos y cada uno de los integrantes... ¿Mas gomina que CR7?

Si bien cuando el Visual llegó aquí el movimiento estaba extinto en oriente salvo por las reuniones de x o y grupos o artistas, lo cierto es que la influencia estética se quedó tanto aquí como sobre todo allí. Actualmente en el J-pop y el K-pop las explosiones de color estéticamente hablando y los peinados complejos siguen estando a la orden del día. Ya vimos que desde los 90 con Seo Taiji & Boys esto era algo que vino para quedarse, y movimientos como el Visual en Japón hicieron por asentarlo. Pasa que de alguna forma el Visual llegó a destiempo, antes de lo debido, y no era algo que fuese a mover masas, y además el J-pop no tiene tanto marketing ni planificación como el K-pop. En este apartado la industria coreana ha sabido hacerse mucho más fuerte que la nipona, los dígitos no mienten. 

Habiendo visto ya muchas sombras es momento de mencionar las luces de la industria. Para empezar decir que la interdisciplinaridad que caracteriza al K-pop es envidiable, tanto es así que una de las cosas que más han impulsado a la industria en su conjunto es el hábil uso de las series de televisión como herramienta de marketing, publicidad e imagen. Es lo que se llama K-drama. Estos K-dramas han tenido un rol fundamental en el desarrollo y progreso del K-pop en el marco de la Korean Wave, están en este aspecto muy bien tirados, porque da a los idols y artistas mucha más capacidad de difusión que la presencia solo en lo musical. 


Así de entrada tu ves esto y parece una película de sobremesa de esas que ponen en Antena 3 a eso de las cuatro de la tarde o una de esas telenovelas que echan no mucho después de la hora de comer en otros tantos canales... Y en cierto modo lo son. Los K-dramas o Doramas como los llaman ahora no son tan distintos de esas telenovelas mexicanas que la gente veía en 2006 o vete a saber cuándo. Incluso existe la similitud entre el panorama latino y el coreano en las ocasionales actuaciones musicales y partes de cringe extremo relacionadas con canciones. En la imagen My Only One, el K-drama con mejores índices de share proporcionales desde los 90

Aquí no se puede culpar a nadie por que le guste eso, es más mucho antes de que esto se internacionalizase ya teníamos en occidente antecedentes MUY fuertes. ¿Se acuerdan ustedes de RBD o eran demasiado jóvenes/viejos como para saber qué era? Entre 2005 y 2007 pegó con una fuerza descomunal. Era realmente complicado terminar el año sin haber escuchado aunque sea de pasada Y soy Rebelde... Había merchandising incluso, o al menos creo recordar haber visto álbumes de cromos de Rebelde y de Pasión de Gavilanes. Si no se acuerdan de RBD y de las críticas loquendo que abundaron a finales de los 2000 hacia ellos, seguro que High School Musical y Hannah Montana (2006 ambas) porque fueron mucho más longevas y exitosas a lo largo del Tiempo. 

Aquí pueden ustedes empezar a ver ya de que va la Historia. Pocas diferencias hay entre Hannah Montana, o más bien Miley Cyrus, y una idol oriental, el protocolo es exactamente el mismo, con la diferencia de exigencia tal vez. Miley estuvo a poco de convertirse en un juguete roto por la caña que lo dieron y lo quemada que estaba de la legendaria Montana, por suerte pudo salvar los muebles y convertirse en una gran artista. Por supuesto también es una chica atractiva y con una imagen muy trabajada. Respecto a RBD y HSM decirles que la influencia de las boybands y girl groups es enorme en ambos casos y fácilmente reconocible. Una vez más podemos apreciar como un gran trabajo detrás en todos los sentidos, pero también una fuerte presencia de lo visual y lo estético. Y oh sorpresa, en ambos casos son estudiantes de preparatoria o similares. No se podía saber. Y en todos los casos hay una gran megacorporación detrás. Televisa con RBD y la omnipresente Disney con HSM y Hannah Montana. Nada que nos sorprenda de todos modos, esto es algo que se lleva haciendo desde Grease (1978) e incluso antes, y no es que John Travolta y Olivia Newton-John (increíble lo bien que se conserva esta mujer, compitiendo en preservar el físico con las coreanas y niponas) fuesen precisamente feos, amigos daos cuenta... La fórmula del éxito nos la llevan colando desde hace una eternidad, los orientales no han inventado nada, simplemente han devuelto la pelota como en un partido de tenis. 

Admítelo ahora que estás a Tiempo, todas estas mierdas estaban bien épicas. Cuánto más miras esta imagen del cast de HSM más americanada te parece, pero aún así ya te la han colado. Lo han hecho miles de veces de hecho. Esto es como Love Live! pero en yankee, asúmelo. Lo de escoger como protagonistas a estudiantes de preparatoria es un problema, en serio, this needs to stop.

A ver, esto lo sabes tú y lo sé yo, existe una moda de criticar a la moda, eso siempre ha sido así, es ley de vida. En su momento los muchachitos criticaban a RBD y HSM como pollos sin cabeza, y hoy en día los no tan muchachitos han heredado esa tendencia y critican al K-pop y su fanbase. Hay cosas que no cambian nunca, y de hecho esta es una de las conclusiones que ustedes tienen que sacar de este texto. Porque quien fangirleaba en su día con Troy Bolton o Hannah Montana no es para nada distinto a quien lo hace hoy con Jimin o Lalisa Manoban. 

En otro orden de cosas, antes he hablado de como detrás de todas estas figuras hay grandes corporaciones prácticamente siempre. Pues bien, esto es especialmente verdad en oriente. Detrás de las idols 2D que tanto me gustan hay una enorme mafia que se lucra enormemente de las mojabragas y los mojagayumbos como yo que todavía estamos suspirando porque Garasu no Hanazono (2013) sea canon y haga todas nuestras delicias como fanáticos [Pista: LO ES]. Detrás de Muse están Lantis y Kadokawa Corporation que son poco menos que los típicos, fríos y grises Zaibatsu japoneses, ya saben, esos conglomerados cuasi-industriales. Ya hablamos en este mismo blog de la desindustrialización, pero eso no quita que ahora existan otras industrias poco o nada relacionadas con la pesada que se pueden explotar, y ahí tenemos a la audiovisual. 

En el K-pop la situación es mucho más cruda. Hay un fuerte oligopolio de tres corporaciones masivas. La más conocida y puede que la más cruel es SM Entertainment (os dije que volvería a aparecer), otra es YG Entertainment (qué poco originales son) y la última es JYP Entertainment (sí, lo sé. Son corporaciones, ¿Qué esperaban? todo es gris). Por supuesto hay vida más allá de estas tres con otras corporaciones, sellos y marcas más pequeñas, pero a fin de cuentas todas son compañías. 

Paso a explicarles que pasa aquí. SM es archiconocida porque con ellos empezó en gran medida la difusión internacional del K-pop, pero estas compañías hoy en día son como equipos de fútbol y los grupos y artistas que tienen contratados son meros jugadores. Digamos que SM tiene a muchos de los mejores, entre ellos bandas muy famosas como EXO, Girls Generation, NCT, Red Velvet o la reciente agrupación SuperM, estilo Avengers, que está compuesta por varios idols y artistas miembros de otras bandas antes mencionadas como EXO o NCT. Si les sirve como referencia uno de mis primeros contactos con el K-pop llegó con Mama (2012) de EXO, así que fue SM la que me introdujo al mundo del pop coreano. Un auténtico temazo por cierto, sobre todo para alguien como yo que venía de escuchar día sí y día también Gregorian Rock y Pop estilo Lesiem con Fundamentum (2000). Si escuchan ambas canciones verán a que me refiero. 

El video de Mama me abrió los ojos en esto del K-pop. La puesta en escena, el simbolismo, la coreografía, la historia detrás de las canciones, el importante peso de la imagen... Todo funciona de forma armónica en el pop coreano. No obstante es la casi irreal belleza de los chicos y chicas de los grupos y sus incontables horas de dedicación y entrenamiento lo que hace que esto sea un producto comercial, pero de mucha calidad.

La parte fea de todo llega fuera de cámara. La Cara B de la industria es despiadada y usa un proceso depredador de selección natural para la formación de sus idols y grupos. En corea existe el concepto de Contrato Esclavo, un tipo de contrato que sufren muchos artistas bajo estas compañías. Básicamente restringen todas las libertades y hasta comportamientos de los idols y además tienen un reparto de beneficios y condiciones extremadamente injustas. Tanto es así que ha habido varias ocasiones en las que se ha llevado a SM Entertainment a tribunales. La trituradora de idols ha pasado más de una vez por las cortes judiciales y ha sufrido denuncias por parte de miembros de algunas de sus bandas, como es el caso de TVXQ y EXO. A decir Verdad la palabra injusto es poco para definir este tipo de situación laboral, ya que los idols están prácticamente robotizados para cumplir con su papel. 

Tan lejos ha llegado el asunto que incluso el gobierno coreano y varias plataformas de carácter gubernamental u oficial se han visto obligadas a hacer modificaciones legales para arreglar la pésima situación contractual en la que se encuentran muchos de los artistas que acaban en las garras de SM y sus homólogas. 

YG Entertainment por su parte no es tan cruda y hace por lavar un poco la imagen de la industria con algún que otro acto de filantropía, pero al final del día las compañías y marcas son eso, compañías y marcas. YG fue fundada por uno de los muchachos de Seo Taiji and Boys. Es una compañía muy polivalente y con bastantes tentáculos, pero aún no es tan grande como SM. A pesar de esto, tiene algunos de los jugadores, perdón quiero decir artistas, más fuertes del mercado y del panorama internacional como Big Bang, iKon o Blackpink, mi grupo de idols coreanas favorito. Sí lo sé, soy un básico, pero los dígitos -al menos internacionalmente- confirman que las Blackpink son las Reinas del K-pop. No es para menos, todas sus canciones me parecen de una calidad enorme. Boombayah (2016), Ddu-du Ddu-du (2018) o Kill This Love (2019) son algunas de las canciones que más me gustan de estas divas. Sus números en Youtube y el reconocimiento que reciben en forma de premios avalan lo que les digo. Las chicas de Blackpink son difíciles de superar, solo con verlas ya siento cosas raras por llamarlo de alguna forma, una sensación de estar ante algo de lo que es muy complicado no enamorarse. Supongo que al igual que me pasa a mi, esta sensación sucederá con todas las integrantes, pero en particular con Lalisa, que me resulta absolutamente perfecta, sin quitarle la hermosura a Rosé, Jisoo y Jennie. Al César lo que es del César, Blackpink es un espectáculo increíble musical y visualmente. Así que... Dale Lalisa un cuarto de teta te lo suplico.

No me miren raro, así es exactamente como las k-popers se sienten con sus idols, así que imagino que con Big Bang a ellas les pasará algo parecido. Insisto, es muy difícil no enamorarse ante una hermosura tan cuidada. Y esto es algo que tanto los chicos como las chicas de la industria tienen. Ya les dije que era una parte importante del proyecto de las productoras y discográficas, y les funciona, porque ya quisiera yo una idol en mi vida. 

Creo que a lo largo del artículo ya he dicho muchas veces esto pero... mirad esas pintas... Me encantan. Estas son las infames Blackpink, primero se ganaron mis oídos y luego mi corazón. Desde la expresión altiva hasta la postura se puede percibir esa dominancia que tanto busco en la figura femenina. Kill This Love hizo un gran trabajo cubriendo mis inquietudes fetichistas de nekito. Perfectamente legítimo además, porque todas son mayores que yo y no caigo en la trampa de las corporaciones "efebofilicas". Lucky me, lucky you.

La última de las tres grandes es JYP Entertainment. Seamos honestos, si las compañías fuesen equipos de futbol entonces JYP sería el Atlético de Madrid del K-pop. JYP es una compañía grande, pero está muy lejos de SM y YG, que sacan unos registros comerciales y económicos muy superiores. A ver si en el próximo mercados de fichajes traen algún jugador desequilibrante. De momento sus contratos más fuertes son con grupos como Stray Kids, Got7, o Twice. De entre estos Twice también me encanta. Muy fan de las chavalas de esa agrupación. Probablemente Likey (2017) sea una de mis canciones favoritas de la industria, la pondría a la misma altura que a las que mencioné antes de Blackpink. El éxito de Twice no se quedaría ahí, y volverían a copar las posiciones más altas en las tablas en otras ocasiones. What is love? (2018) rápidamente se me viene a la mente. 

La facilidad con la que cualquier producto de estas compañías y otras tantas que no he mencionado consiguen difusión, premios, reconocimientos y posiciones en tablas me parece pasmosa. Esto no quiere decir que no sea algo merecido, pero tan grande es el éxito del K-pop que es complicado encontrar algún grupo o artista que no posea algún premio o algún número 1 en alguna lista. Eso dice mucho de la fuerza que tiene. 

¿Se han parado ustedes a mirar la letra de Likey alguna vez? Parece una tontería pero el simbolismo y los mensajes que dan las canciones de pop coreano a menudo tienen una profundidad tremenda que pasa desapercibida por el alegre colorido y la jovial personalidad de los artistas. Me gusta mucho ese contraste porque en cierto modo me parece que refleja las dos caras de la industria. Una muy bonita, alegre y colorida; y otra mucho más oscura.

Fuera del oligopolio sigue habiendo vida como dije. Bangtan, o BTS como mejor se les conoce, trabaja con Big Hit Entertainment, cuyos únicos contratos destacables son los propios BTS y TXT. Más que suficiente en realidad, porque si Blackpink son las Reinas del K-pop, BTS son los Reyes. Los números una vez más hacen de las suyas y respaldan esto. Vayan ustedes a ver los vídeos de BTS y Blackpink y fíjense en el contador. Por otro lado sucede un fenómeno curioso, y es que ninguno de ellos ha podido superar lo que hizo PSY en su momento. Y esto es algo de lo que hay que hablar. 

BTS, Blackpink y demás grupos de K-pop no son tan fuertes en número de visualizaciones, y no es su finalidad. Lo que realmente ha hecho fuerte a la industria no es tanto el poder abarcar un objetivo demográfico muy grande, sino más bien consolidar uno más concreto. Me explico. El K-pop no es un mundo que base su expansión en la cantidad, es más bien una cuestión de impacto, que es donde realmente todos estos artistas brillan. Si ustedes se van a los registros de visualizaciones en las primeras 24 horas desde la publicación de un vídeo van a darse cuenta de que muchas de las primeras posiciones están totalmente controladas por BTS y Blackpink. Esto nos habla de un fenómeno fan que no es inmenso en difusión pero sí en lealtad, devoción y como les digo impacto. Cualquier artista mataría por tener casi 100 millones de fieles escuchando sus canciones en menos de 24 horas. Para Blackpink y BTS eso es algo sencillo o bueno, hacen que parezca fácil, pero no lo es. Igual que no es fácil tener el físico que tienen, realizar las coreografías que hacen, vivir con las rutinas y dietas que tienen o tener que adaptar su personalidad y carácter para contentar a los fans. Merecen todo el amor que reciben de los fanáticos y más. Dadle el crédito que merecen. En occidente las únicas que se han acercado a los números del K-pop son Taylor Swift y Ariana Grande, y aun así se han quedado lejísimos.

Los muchachos de BTS podrían hacer suspirar a cualquier chavala con su sola existencia. ¿Sabían ustedes que Suga es casi tan INTJ como yo? Es un tipo de personalidad sorprendentemente frecuente en el K-pop, supongo que tanto trabajo y esfuerzo les ha hecho ser casi tan autistas como yo, con la diferencia de que ellos no son inmortales. Al menos que yo sepa. De todos modos el que a todos vuelve locos de BTS es Jimin. Ese chico tiene algo. Stream Dynamite y Jimin se aparecerá en tu casa a las 3:33 y cumplirá todas tus fantasías.

Esto último que les he dicho no es ninguna tontería. Obviamente no son autistas ni mucho menos, pero por su cultura en general y oficio en particular son a menudo individuos muy racionales y grises. Ahora empiezo a entender porque el K-pop me gusta... En el fondo son pobres almas torturadas como tú y como yo, o al menos como yo... (Errol hizo mucho daño). 

Pero volvamos a la cuestión de las compañías menos destacables antes de pasar al fenómeno fan, porque cada vez es más frecuente que empresas norteamericanas (Warner Music) o niponas (Sony) metan sus narices en la industria. Este intrusismo no hace más que cerrar el círculo. Ya les dije que el origen del K-pop y el J-pop estaba en occidente, y como es lógico occidente ya está haciendo de las suyas para llevarse los contratos a su terreno. Las empresas extranjeras lo están consiguiendo poco a poco. BTS trabaja con Columbia, una marca americana que es filial de la japonesa Sony. Mientras tanto otros grupos que empezaron en compañías coreanas más pequeñas como es el caso de Monsta X con Starship Entertainment también han trabajado con Columbia o Epic (Sony a fin de cuentas). Starship ha sido importante durante la Hallyu, pero al no ser una de las grandes no tiene tanto peso en la industria. Y en Asia es muy difícil competir contra Sony, que quizá sea una de las empresas más fuertes del mundo. Al final Corea del Sur ha tenido que aceptar que la nipona Sony y sus subsidiarias americanas hagan de las suyas con sus idols.

Hablando de Monsta X me suena haber visto que salieron en un episodio de la serie aquella que echaban en Boing por las mañanas de los fines de semana, Somos Osos. Esta aparición no se queda en lo anecdótico porque también sirve para demostrar lo lejos que llega la fiebre coreana. 

Todo esto no quita que, incluso habiendo un oligopolio en lo más alto y un intrusismo extranjero cada vez mayor, el K-pop y el J-pop sean dos de las industrias mas independent friendly que existen en todo el mundo. Sí, tal vez SM, YG e JYP sean lo más grande en Corea, pero el K-pop es una liga estilo Premier League, cualquier equipo, quiero decir compañía puede dar la sorpresa. ¿No me creen? Miren esto. 

Dos tercios de la música mundial están en manos de unas pocas corporaciones, pero en Corea y Japón estos números son mucho más flexibles. Nótese que estos números son de 2016 y la cosa puede haber cambiado, pero el panorama no debe ser muy distinto y Corea y Japón deben seguir siendo los países con mejores registros para las pequeñas compañías y otros independientes. Por otra parte, ya me jodería ser músico Finlandés o Español. Que imagen tan desoladora.

Yo por ejemplo siempre fui un fanático de las Orange Caramel desde el primer segundo en que escuché Catallena (2014), cuyo contrato era con Pledis, que a su vez está también en manos de Big Hit. El entramado industrial que hay en la estructura coreana me recuerda en cierto modo a la automovilística europea, donde a pesar de haber cientos de marcas todas se encuentran reunidas en grupos concretos como Daimler-Benz, el grupo Volkswagen, el grupo Renault, PSA o FIAT-Chrysler. Dentro de esos cinco grupos puede haber perfectamente decenas de marcas que parecen a simple vista independientes. Y lo son, pero hasta cierto punto... ¿Qué pasó con tus subsidiarias, General Motors?

Sin desviarnos más ya va tocando mencionar la cuestión de los fans y los stans. Óiganme ustedes porque lo que les voy a decir es la pura realidad. Los fans del K-pop están bien y me parecen legítimo, pero los K-pop stans y demás fauna puede llegar a ser totalmente insufrible, sobre todo en redes sociales tipo Twitter. Yo tengo amigos que están empapados de K-pop, pero en ningún momento entran en el pantano del staneo desmesurado limítrofe con la pecaminosa idolatría. A poco que hayan usado ustedes Twitter se habrán dado cuenta, los fans que son machacones con las fancams de sus grupos favoritos están por todas partes y están incluso más robotizados que la misma industria. Allá donde vayas verás una respuesta a un Tweet con una fancam k-poper. ¿Una noticia de tres pescadores que se han caído al agua? Fancam. ¿Se ha muerto alguien universalmente respetado y querido? Fancam. ¿Armenia cede en su guerra contra Azerbaiyán? Fancam. ¿Crisis económica mundial? Fancam. ¿LeBron James chokea en los momentos decisivos? Fancam. ¿Los antis de Alonso tenían razón? Fancam. Podría seguir así toda la vida, pero creo que ya lo pillais. Simplemente necesitaba ser tan pesado como estos stans para que vivieseis la experiencia en directo.

Esto no es lo peor que se ha visto ni mucho menos. Como he mencionado hace ya bastante muchos K-pop stans fueron en su día otakus o anime stans, o lo siguen siendo hoy en día y compaginan ambas cosas. Pues bien esto ha dado pie a ocurrencias y degeneraciones que por cuestiones de salud mental no voy a desvelar, pero si sienten ustedes curiosidad pueden pasarse por cualquier página de fanarts raritos de stans k-popers. No me hago responsable de las pesadillas posteriores. 

En la cúspide de la pirámide se encuentran las Sasaeng. Un tipo de fan obsesa que incurre en actividades tan deleznables y casi criminales como el acoso, la vulneración de privacidad o el robo de pertenencias de los idols. Realmente son el equivalente a los degenerados japoneses que toquetean a las chicas idols, a menudo menores. Ser Sasaeng es lo más parecido a la canción de Eminem Stan (2000). De hecho de ahí viene el término stan, no sé si los que se autodenominan Stans saben como termina esa canción... Una sasaeng es la versión hipervitaminada de aquellas chavalas que tiraban bragas en conciertos de los Beatles y similares en los 60/70. A tales niveles de enfermedad llegan que incluso han llegado a escribir cartas a sus idols con sangre menstrual. En fin, normal que se hayan ganado el rechazo de todo el mundo, desde los demás fans y los idols hasta las compañías, aunque estas últimas hayan sido las culpables de alimentar al monstruo tanto en Corea como en Japón y ahora se las quieran dar de moralistas. 

Al final ser idol es algo que no está pagado, os lo garantizo yo en exclusiva que lo he sido en otras galaxias. La vida de idol es muy difícil de llevar y gestionar, y lo más probable es que uno acabe quemado, trastornado o roto. Hay una película muy buena de animación adulta sobre el tema que es muy dura y cruda, Perfect Blue (1997) que se llama. Refleja muy bien todo lo que les acabo de decir, así que os la mando de deberes para complementar. Una de mis favoritas, personalmente. 

Basada en la novela que ven en la imagen, Perfect Blue es una obra tan buena como desgarradora, particularmente si eres aficionado al mundo de las idols. Expresa los tópicos del acoso a las idols, las crisis de identidad que sufren o la extenuación mental a la que son llevadas a la perfección. Esa palabra, perfección, es de hecho una de las más importantes en todo esto, pues es la búsqueda de la perfección desde tan jóvenes lo que lleva a estas situaciones límite.

No me gusta ser tan oscuro en mis artículos, pero la gente que consume el contenido creado por idols debe saber que no hay nada de malo en "amarlos" entre infinitas comillas, pero siempre que sea desde la cordura y el respeto por su trabajo. Aunque a veces se nos olvide o no lo parezca son chavales y chavalas de carne y hueso muy jóvenes que empiezan desde adolescentes a sacrificarse por su sueño. Ni siquiera las idols que están en 2D se libran de esto, pues detrás de ella hay también chicas que ponen su voz. 

Bueno vamos a volver a los numeritos que es lo que a mi mas me gusta. Y los números dicen que si bien la Hallyu -la ola coreana, como ya deberían haber aprendido- y el fenómeno idol coreano-nipón se han expandido enormemente por Europa y América, no es una cosa tan mayúscula atendiendo a la transición tan grande al mercado digital que estamos atravesando estos momentos. Y esto cobra más sentido cuando vemos que las canciones de pop occidental siguen sacándoles millas en términos de difusión. Tal vez los orientales ya ganen en impacto, pero repasen. Kill This Love 1.114 billones de visualizaciones, Boombayah 1.044 y Ddu-du Ddu-du 1.427 por parte de Blackpink. DNA 1.158 billones y Boys with luv 1.069 por parte de BTS. Estas son las canciones más comerciales y populares que no son de PSY. Son uno buenos números. Muy respetables. ¿Pero están al mismo nivel que los occidentales?

Occidente sigue doblando y triplicando los números de oriente. Vayan ustedes a comprobarlo. Les pondré algunos ejemplos. Shape of You (2017) de Sheeran 5.115 billones, Uptown Funk (2015) de Bruno Mars 4.040, Sugar y Girls Like You (2015/2018)  3.349 y 2.916 respectivamente, y qué decirles de Despacito de Fonsi y Daddy Yankee (2017), segundo vídeo más visto de la Historia con mas de 7 billones de views. Curiosamente el más visto es una canción infantil precisamente oriental llamada Baby Shark.

Basar solo el éxito en las views de Youtube no es justo, lo sé, por eso yo les pregunto a los neutrales que no siguen ni un género ni otro para saber quienes tienen más difusión, ¿Qué canciones es más probable que hayas escuchado en la radio, la calle o un bar, discoteca o fiesta? Lo más seguro es que la inmensa mayoría salvo sorpresa diga las occidentales. Sin quitar peso a la idea de la Hallyu, realmente la ola coreana no se ha llevado por delante a la tradición popera de los occidentales, simplemente ha sido integrada dentro de ella como una más. 

Cada vez son más frecuentes las colabos entre orientales y occidentales. Hemos visto a Blackpink con Lady Gaga o Dua Lipa, a BTS con Halsey y otros muchos, a Twice con Charli XCX, a Monsta X con Steve Aoki... y la lista continua. 

Al final esta es la ola coreana que nunca fue. Occidente está comprando el producto que ellos mismos han fabricado (igual que hicieron con el Anime, el Manga, la comida oriental, los looks, las paranoias visuales...). Es un concepto similar a lo que ya se tenía previamente pero con distinta estética y mucha frescura, pero la fórmula jamás ha cambiado. Nunca lo hará. Ha tenido además la Hallyu la fortuna de que ha venido en el momento adecuado al lugar adecuado, en pleno Síndrome de Ricimero y con plena digitalización del mercado, propiciándole grandes éxitos en el proceso. 

Un solo grupo de K-pop produce un 0,3% de la economía de una potencia mundial como Corea del Sur. Parece un porcentaje minúsculo, pero lo cierto es que es una cantidad de dinero descomunal. Recuerden que estamos hablando en términos macroeconómicos.

La exportación de K-pop tiene un peso curioso en la economía surcoreana y parece que cada vez aumenta más. Un dato que a estas alturas ya no debería sorprender a nadie. Pero como les digo a pesar de la influencia oriental importante en el mundo occidental que está teniendo la industria, no hay que olvidar lo que he subrayado varias veces, el origen de todo esto es occidental y por eso su éxito, y a pesar de todo hay industrias mucho más mafiosas que siguen teniendo mucha ventaja. Warner, Sony, Universal y compañía ya tienen todo el pescado vendido y controlan los géneros reyes de la actualidad más allá del típico pop de divas de toda la vida. Teniendo el Reggaeton y el Trap bajo su inmenso paragua de variedad genérica y cultural ya controlan todo el panorama. Todo está calculado al milímetro en este sentido, sobre todo con el Reggaeton que es por mucho el género más exitoso de los últimos tiempos. Por lo general me gusta mucho más el K-pop en todos los aspectos, pero entiendo el por qué del crecimiento del Reggaeton, ese género al que todo el mundo insultaba antes y ahora todos bailan. Igual pasaba y pasa con el K-pop, recuerden, la moda de criticar a la moda, nunca falla. El que me cuesta mucho más tragar es el Trap, pero por fortuna no está todavía al nivel ni del K-pop ni del Reggaeton, aunque sí que se infiltra en ambos a modo de influjo musical pero por suerte no logra hacerse con el mismo peso que ellos. Por supuesto hay canciones de Trap que no están mal, pero por lo general no es mi taza de té ni en estética (solo quienes nunca han vivido en un barrio querrían ser de barrio, os lo digo yo...) ni en mensaje (las bases suelen ser similares y no pasa nada, pero las letras me parecen una aberración la mayoría de veces). 

Como conclusión decirles que las fronteras de la música ya no existen, han desaparecido con el fenómeno de la globalización y, aunque no lo parezca, todo está bajo un manto de homogeneidad en la industria. Aquí en occidente nuestras divas son lo mismo que las idols y lo han sido desde siempre con la diferencia de no estar tan exigidas en lo personal. No es de extrañar que nuestra reina la Britney de los 90 fuese una colegiala, o que nuestras divas estilo Madonna, Minogue, Gaga, Perry, Riri y compañía de vez en cuando muestren que no están muy bien de la azotea. Por eso me encantan, están como yo de colgadas y además tienen también esa magia que me enamora como las nekitas y coreanas, quizá sea que las entiendo como Poderosas. Anyway el Pop Occidental lleva tirando del Simbolismo, la estética juvenil de preparatoria o el despilfarro surrealista y visual desde hace décadas, no es algo exclusivo de Corea y Japón, pero parece que no interesa hablar de eso. Los globalistas siempre igual. 

Lo bueno de que la fórmula no cambie es que los que se hacían pajas (en sentido musical bribones) con Cher y Madonna hace mil años puede ahora hacerlo con las nuevas generaciones de divas como Camila Cabello o Ariana Grande. En la sección masculina teníamos antes al mítico Miguel Bosé, ahora quedan los Pablos Alboranes de la vida, aunque no sé por qué pero tengo la sensación de que entre los artistas masculinos si ha habido un fuerte bajón de calidad. Quizá sea efecto nostalgia así que no me echen cuenta, pero lo que sí es Verdad es que no ha vuelto a haber un nuevo Michael Jackson. 

Además ahora con la llegada de los y las idols a occidente la variedad se ha ampliado bastante y ya saben en la variedad está el gusto, si no te gusta por ejemplo Taylor Swift (a mi no me hace mucha gracia más allá de unas pocas canciones) quizá te guste Kim Hyun-ah. Todo es ponerse a buscar. O si por lo que sea Ed Sheeran no te gusta (físicamente deja bastante que desear, seamos honestos) ahí tienes a Jimin o a los incontables muñecos de porcelana producidos en masa en la industria. 

Toda esta expansión de la industria y de todo tipo de géneros ha ido de la mano en realidad de la abundante digitalización de contenido y su fácil difusión. Antaño era mucho más complicado ser internacional. Solo se podía aventurar algo a partir de las ventas de discos y los premios, hoy en día eso cada vez es más cosa del pasado y ahora mandan las plataformas de streaming y vídeo. Tanto es así que en esta misma entrada me he visto obligado a tirar más de lo segundo que de lo primero, aunque haya hecho mención de ambas cosas, tanto premios como visualizaciones.  

Sea como fuere, hasta aquí lo que tengo que decirles por ahora. Mando desde aquí un mensaje a los fans y les pido por favor no sean stans bobos o machacones ni mucho menos sasaeng o similares, respeten y cuiden a sus idols porque no es fácil ni llegar a serlo ni mantenerse como uno sin acabar reventado. Si incurren en comportamientos de spam o negativos darán ustedes mala imagen de sus idols y de los fans, incluyéndoos a ustedes mismos por supuesto. Sean conscientes también de la terrible degeneración y fría maquinaria corporativa que hay detrás de la industria, tanto en occidente como en oriente, pero sobre todo en esta última región. Os lo dice un idol y un fanático del mundo idol en general que sabe lo que se esconde ahí. Chupito cada vez que haya dicho la palabra idol en esta entrada. 

Tal vez en el lejano oriente la gente se muy disciplinada y viva bajo un modelo de vida más estricto que los occidentales, pero eso no quita que a fin de cuentas quienes hacen esto sean personas normales. Antes de ser idols tuvieron una vida diferente, a menudo con distintas caras, formas y personalidades, para que se hagan una idea formar a un idol requiere una inversión de millones. Antes de ser lo que son hoy fueron en definitiva algo que bien podría ser perfectamente distinto. Si bien la cultura del trabajo y el sacrificio está a la orden del día en los países asiáticos así como el modelo de vida marcial a efectos prácticos, el K-pop y el J-pop muestran una cara, aunque sea de puertas para afuera, algo más amable de lo que es el ser oriental. Lo que hay más allá, sin embargo, es un peligroso desierto de crueldad que muchos deberían aprender a mirar con detenimiento. Con que hayan ustedes aprendido algo de la Historia, la música, los números o cualquier otro apartado del mundo del K-pop me conformo, siempre y cuando sean conscientes de esto último y los otros muchos males que hay detrás de esta y todo tipo de música, no importa el lugar, pues este mundo es el que es y si no les gusta me temo que no hay otro. Bueno, sí lo hay, pero no es asunto vuestro.

Hasta la próxima hijos e hijas de Baekje y el Goguryeo.

Sin más nos vemos en el próximo artículo, mortales. Les dejaré información complementaria más abajo. Léanlo también, es un buen anexo.

-Aquí tienen ustedes un análisis por partes bastante bueno y bien estructurado del vídeo de Gangnam Style por la revista Rolling Stone. 

-En esta página podrán ustedes descargar de forma gratuita un buen y breve libro K-Pop: A new force in Pop Music, sobre la Historia del K-pop en general que menciona todas las fases que yo les he comentado, desde la Guerra de Corea hasta Seo Taiji & Boys

-Esta revista Billboard de los años 90 empieza a hablarnos ya de Seo Taiji & Boys. Lo cual en cierta medida es uno de los primeros síntomas del K-pop. 

-La revista TIME nos habla aquí de la expansión del K-pop dentro de la Hallyu usando como principales herramientas Twitter y Youtube. 

-Les dejo también un artículo de la Universidad de Jerusalén que expone la perspectiva de la globalización del K-pop con una perspectiva desde Oriente Medio. 

-Sobre la Enmienda BTS a la Ley de Servicio Militar en Corea del Sur. 

-The Japan Times nos habla del lado oscuro de la industria idol en lo que a contratos se refiere en este artículo. 

-Aún más polémico es hablar de la obsesión por las niñas en Japón, y he aquí información al respecto de The Jakarta Post. 

-BBC también está al tanto de lo que hay en las sombras de la industria pop asiática, tanto coreana como japonesa. 

-RT arroja algo de luz sobre el poco mencionado pero duro asalto que sufrieron dos chicas de la idol band AKB48 tras ser atacadas por un asaltante armado con una sierra que las hirió severamente a ellas y a un vigilante del lugar. 

-Extenso artículo del New Yorker sobre la creación de idols mediante el sistema de SM Entertainment, también conocido como el Factory System. Tan solo el nombre suena a frío y calculador. 

-Exactamente lo mismo, pero desde el New York Times

-BBC cuenta aquí el Testimonio de una candidata a idol que decidió dejarlo. Bastante información suculenta. 

-Colaboraciones entre occidentales y idols en esta lista

-Sobre la tendencia fanática sasaeng

-Lista de vídeos más vistos durante sus primeras 24 horas desde el estreno. Increíble dominio del K-pop en esto del impacto. 

-Dígitos. En este caso canciones de K-pop más vistas en YouTube. 200 de ellas superan los 100 millones de visitas. Grandes números. 


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