martes, 17 de noviembre de 2020

El Síndrome de Ricimer

Las Mareas de los Pueblos

Existen patrones de comportamiento que por inexplicable que parezca se reproducen constantemente sin que sea necesario un sentido para ello. La línea de pensamiento hegeliana de tesis, antítesis y síntesis, así como la de repetición de la Historia insisten mucho en un precepto similar, así que esto que les digo no es nada nuevo bajo el Sol. Y como Hegel muchos otros antes y después han propuesto lo mismo. Incluso me suena que ya escribí al respecto hace bastante Tiempo. 

Así que no hemos venido aquí por eso, lo que a mi me interesa a estas alturas es averiguar por qué pasa esto. Investigando mucho en los registros de mi memoria he llegado a la conclusión de que uno de los principales motores de la evolución o involución histórica son los movimientos demográficos, las grandes oleadas de población y los desplazamientos de las mismas. Todo esto lo sintetizo en una idea con un nombre escogido de forma bastante apropiada, o al menos así lo considera servidor: El Síndrome de Ricimer, o Síndrome de Arbogasto como lo llamé en un primer momento. 

Fanáticos de la Historia de Roma, paso al frente. El nombre que le doy a este síndrome, que más que síndrome podría decirse que es un efecto, proviene de dos figuras relativas al Imperio Romano, en concreto al Bajo Imperio Romano. Seguro que ustedes saben de quienes se trata y les ha gustado la idea, y si no os ha gustado lo siento pero es lo que hay. 

Lo explico para los plebeyos apartados de la Luz de la Civilización Romana. Flavius Arbogastes, o Arbogasto, fue un militar romano de origen franco que sirvió como Magister Militum, el rango más elevado dentro del ejército imperial. Sirvió bajo el mando de Valentiniano II, que nunca tuvo la capacidad de mando de su padre y que además se enfrentó al propio Arbogastes en una lucha de poder que terminó con su muerte bajo extrañas circunstancias. Aunque Arbogastes siempre mantuvo que se había suicidado lo más probable es que lo suicidaran. Después de eso Theodosius I nombró a su tremendamente incompetente hijo Honorius como Emperador Occidental, algo que Arbogastes nunca aceptó, por lo que nombró a su propio emperador títere, Eugenius, para seguir controlando el Imperio Occidental según le pareciese. Tras una catastrófica batalla entre Eugenius y Arbogastes contra Theodosius la balanza cayó del lado de este último y Honorius fue reconocido como Augustus de la Pars Occidental. La cuestión importante de todo esto es que Arbogastes era de origen franco, retened este dato. 

Flavius Ricimerus, o Ricimero/Ricimer, era -también- un militar romano que desempeñó -también- el cargo de Magister Militum apenas unas seis décadas después de Arbogastes. A diferencia de Arbogastes, el despreciable R-Ricimer (disculpen, me cuesta decir su nombre correctamente por el odio que siento por él) consiguió controlar el Imperio hasta prácticamente sus últimos años de existencia, desde 456 hasta 472, año en el que por fortuna murió. Si bien Arbogastes ya vivió y representa en cierto modo los años del declive de Roma, Ricimer controló el Imperio en sus peores años con gran diferencia y representó la decadencia absoluta de la civilización romana; y de la civilización en general realmente. Como la rata traicionera que era, esperó los momentos adecuados para rebelarse contra Avitus, emperador en ese entonces, y para posteriormente apuñalar por la espalda a Maiorianus cuando tuvo la oportunidad, cometiendo uno de los mayores crímenes contra la civilización desde el asesinato de Aurelianus. El propio Ricimer convenció a Maiorianus para rebelarse contra Avitus, que fue depuesto y sucedido por el último gran emperador de Roma. Desgraciadamente Ricimer duraría muchos años más en el poder tras esta traición poniendo y quitando emperadores títeres, consagrándose como la viva imagen del final de Roma y como representante de la podredumbre moral y espiritual que un ser despreciable puede llegar a tener. Lo importante de cualquier forma es que Ricimer era mitad suevo y mitad visigodo. 

La Historia se repitió, sí. Un general de origen bárbaro se hizo con el poder en ambos casos, poniendo y quitando emperadores. Ambos representaron una decadencia sin precedentes de la Civilización Antigua y se erigieron como símbolos de uno Tiempos de degeneración absoluta. Pero como he mencionado lo importante aquí es su origen bárbaro, un detalle que no puede ni debe pasarse por alto. 

Antes comenté que los causantes de los momentos de involución o evolución histórica son los movimientos demográficos. Pues con los dos ejemplos que he citado hace un momento creo que vais viendo por dónde van los tiros. Se llama Síndrome de Ricimer precisamente porque estos generales de origen bárbaro fueron los que precipitaron la rápida caída de Roma durante su último siglo de existencia. Por supuesto hubo mucho más motivos, pero este es uno de los más importantes sin lugar a dudas. 

Para entender como se llegó a esa situación hay que analizar los movimientos migratorios previos, de los cuales el evento más destacado sería el Cruce del Rin. La nochevieja del 406 miles y miles de bárbaros de diferentes orígenes cruzó el río Rin y atravesó los limites imperiales. Este acto supuso el fin del control romano en el norte de Francia y trajo consigo una oleada de destrucción y caos que redujo varias ciudades y poblamientos al olvido. Si bien Roma seguía administrando la Galia nominalmente, el poder real que tenía sobre el territorio era casi nulo llegado cierto punto. 

El Cruce del Rin no era más que la culminación sin embargo de otros movimientos que ya se remontaban a los Tiempos del Alto Imperio. Previamente ya se había producido por ejemplo el Cruce del Danubio, que marcó la entrada de los godos en el Imperio, pero naturalmente el periodo migratorio ya venía de mucho antes. Como es natural, algo debió empujar a todos estos pueblos a moverse, algo distinto a lo que estaban habituados, porque no pudieron frenarlo en ningún momento. Y efectivamente así era, las grandes migraciones hacia la Europa Occidental comenzaron por el empuje que hacían los Hunos desde el este. 

 Mapa que muestra los movimientos migratorios e invasiones durante la época del Bajo Imperio. Su éxito fue relativo porque rara vez lograron derrotar a Roma en batallas al uso, sin embargo consiguieron compensar tal cosa logrando asentarse dentro de los Limes Imperiales.


Poco se sabe a ciencia cierta del origen de los Hunos y del por qué de su desplazamiento al oeste, pero se especula que -y esta teoría también la propongo yo- comenzaron a moverse desde una fecha tan remota como el 89. Este año se produjo el colapso de los Xiongnu en el norte de China y la estepa euroasiática tras su derrota frente a la Dinastía Han en la Batalla de las Montañas Altai. Los Xiongnu eran una confederación de carácter tribal conformada por tribus de pastores nómadas que ocupaban principalmente el territorio que se corresponde con la actual Mongolia y la estepa de Eurasia, pero tras su derrota frente a Han, Xiongnu colapsó y los pastores nómadas se vieron forzados a emigrar porque, además de esto, se especula que hubo un periodo climático extremadamente malo que desencadenó un largo período de sequía en la meseta central asiática. Esto empujó a los pastores nómadas a seguir desplazándose hacia el oeste, llegando finalmente a entrar en Europa y a desplazar al mismo Tiempo a las tribus germánicas en los limites imperiales. En Europa a los Xiongnu se les llamó por el nombre que todos conocemos hoy: Los Hunos. 

¿Se acuerdan de De Rerum Numericae? fue uno de mis mejores artículos en su momento. Si tienen memoria recordarán que hablé de un concepto lingüístico llamado Cognado (palabra de mismo origen pero distinta fonética). Pues bien, si se fijan Xiongnu es un más posible cognado con Huno. Para reforzar esta idea, ya en el Siglo II, Claudius Ptolomeus hizo referencia a un pueblo al que llamaba Khunnoi y habitaba en la estepa euroasiática. Blanco y en botella. 

"Atila y los Hunos", obra de Georges Rochegrosse.


Obviando ya la cuestión lingüística y volviendo al Sindrome de Ricimer hay que decir que a lo que hace referencia no es en sí a los movimientos demográficos como tal, sino más bien a la forma que tienen las civilizaciones de encajarlos, como gestionan ese flujo migratorio se convierte en una cuestión fundamental en la Historia de la Humanidad, y también como se comportan estas oleadas migratorias en el territorio en el que se asientan. Es especialmente interesante porque por lo general las épocas de migraciones acaban siendo épocas de conflicto que terminan con uno de los dos grupos (la Civilización o Pueblo Nativo y la Oleada Migratoria) desapareciendo de la Historia. Esto demuestra muchísimas cosas, pero principalmente una: dos pueblos radicalmente opuestas no pueden llegar a convivir sin que una de ellas termine siendo residual o desaparezca por completo. Por supuesto cuando digo dos pueblos esto incluye dos religiones, culturas, modos de vida, sistemas económicos, esquemas de mentalidad y un largo etc...

Roma en un principio optó por el exterminio sistemático de todos los invasores, pero esta política demostró ser insostenible porque las hordas de bárbaros eran prácticamente ilimitadas. Así que en vista de lo sucedido el Imperio optó por cambiar el exterminio y la guerra por la asimilación, lo cual resultó ser catastrófico. Los bárbaros, caóticos y traicioneros por naturaleza, no tardaron en introducirse en las instituciones administrativas y militares hasta el punto de alcanzar los rangos máximos. Hemos visto como Arbogasto y Ricimero lo hicieron, pero también lo lograrían otros con un mismo origen bárbaro como Estilicón, el cual, a diferencia de los anteriores, si hizo lo posible por preservar la civilización renunciando a la tónica bárbara de servir a un principio caótico. Todos se llamaban Flavius por cierto. desde luego debía ser un nombre muy popular en ese entonces, porque la Gens Flavia hace ya mucho que dejó de ser relevante. O quizá sea una de esas bromas que el Universo hace de vez en cuando. 

La mayoría de los bárbaros integrados resultaron ser muy ambiciosos y traicioneros, allanando el camino para que las estructuras romanas se debilitasen periódicamente y facilitando el trabajo a sus semejantes bárbaros para que saqueasen y destruyesen ciudades enteras. Roma fue saqueada en dos ocasiones, la primera en el 410 a manos de los visigodos que el propio imperio había permitido entrar sin respuesta y la segunda en el 455 por los vándalos, que también cruzaron el Rin sin respuesta. Estos últimos serían tan violentos que incluso su propio nombre sería inmortalizado como un insulto. Curiosamente los tan temidos Hunos nunca llegaron tan lejos. Fueron derrotados en los Campos Cataláunicos por Flavius (otro) Aetius y el Papá León I negoció con Atila no mucho después para que no atacase Roma. Caería antes (apenas 10 años antes) el Imperio Huno que el Romano, víctima también de la propia oleada migratoria que lo había traído hasta Europa. Tanto te dan, tanto te quitan. Respecto a los demás invasores: Los visigodos se asentarían primero en Aquitania, los Suevos en Galicia y los Alanos se irían rápido al carajo cuando los Vándalos los adelantasen para ocupar el norte de África. Je, Alemanes en el norte de África, ¿puedes creértelo?

Hacia el Siglo V el ejército imperial estaba compuesto por más bárbaros que romanos, y los pocos romanos que quedaban eran también degenerados que no sentían ningún apego por el Imperio a esas alturas. Hablo claro está del Imperio Occidental, ya que el Oriental perduraría 1000 años más y tendría aún unas tropas más sólidas y dos períodos buenos. Los bárbaros asentados en el Imperio como los Suevos, Vándalos, Alanos, Ostrogodos y Visigodos habían venido para quedarse y en torno al 476 tras caer Roma empezaron a controlar los territorios en los que se asentaban a modo de reinos, aunque ya ejercían casi como tales desde hacía décadas. 

El Imperio Romano tenía el Síndrome de Ricimer. No supo gestionar ni encontrar soluciones a la crisis migratoria que se le vino encima y que combinada con el agotamiento del modelo esclavista, las fuertes epidemias de peste, los desastres naturales, los problemas económicos y monetarios, la degeneración a nivel cultural de forma generalizada, los propios romanos traidores a su civilización movidos solo por la ambición, y la incapacidad de los Emperadores acabó con la Edad Antigua para dar paso al Oscurantismo Medieval. Diablos, no me extraña que la Caída de Roma sea uno de los objetos de estudio histórico más interesantes, solo hay que fijarse en la cantidad de factores que hicieron falta para que cayese el Imperio. Eso dice mucho también acerca de lo sólido que fue en su día, porque hizo falta un Fin del Mundo como quién dice para acabar con él. 

Muchos tienden a pensar que el final de Roma fue una cosa venida desde fuera, pero en realidad acabó siendo algo que surgió desde dentro. Es un curioso caso de período migratorio en el que al final tras la integración su conclusión vino desde el interior. Pero no siempre ha sido así. Y como es mi obligación llegar hasta nuestros días para exponer lo que les quiero transmitir me veo obligado a dar más ejemplos. A pesar de esto el ejemplo que les pondré ahora no es posterior sino anterior a la caída de Roma. Y también es otro de los temas más interesantes de la Historiografía.

Les hablo del Colapso de la Edad de Bronce, o como se le conoce por su nombre más dramático, el Bronce Final. De nuevo tenemos una migración que supone un punto y aparte en la Historia de la Humanidad. En este caso los protagonistas se encuentran en Grecia, Chipre, Anatolia, Oriente Medio y por supuesto Egipto. Los antagonistas en esta ocasión son también un grupo de población nómada y heterogéneo con comportamiento caótico que se vio empujado a desplazarse desde Europa hacia el sureste por según se dice una hambruna y unos severos problemas climáticos que afectaron tanto a los propios nómadas como -sobre todo- a las Civilizaciones Pre-existentes en la zona antes mencionada. Los invasores en esta historia son los Pueblos del Mar, un grupo diverso de origen completamente obscuro e incierto que se precipitaron hacia el mediterráneo. 

Mapa en el que pueden apreciarse las migraciones e invasiones del Bronce Final. Como pueden apreciar la velocidad con la que progresaron fue tremenda. Existen muchos misterios acerca de ellos, pero con la tecnología actual es tremendamente complejo reconstruir aquella época mediante la arqueología, y las fuentes, por otro lado, son tremendamente limitadas. Y sí, dan lugar a la Conspiración como es lógico, es natural con los Tiempos de Aeneas.


La primera en caer fue la Civilización Micénica, que bien pudo ser víctima de los Pueblos del Mar o de otro movimiento migratorio: La Invasión Dórica. Sea como fuere no se sabe mucho al respecto más allá de que, a diferencia de Roma, el final del mundo micénico fue abrupto aunque existe una similitud con el mundo romano y es que, según fuentes arqueológicas, se puede interpretar que ya arrastraba luchas internas. Al caer la Civilización Micénica comenzó la llamada Edad Oscura de Grecia, haciendo que la situación sea idéntica al Oscurantismo Medieval que aparecería con la Caída de Roma. 

El siguiente paso fue el Imperio Hitita, cuya capital, Hattusa, fue completamente reducida a escombros tras la invasión de los Pueblos del Mar. Es una oleada de destrucción sin precedentes, los invasores destruyeron y saquearon todas las ciudades del Levante Mediterráneo y hasta cierto punto del Medio Oriente. Los avances de los Pueblos del Mar serían frenados por el Nuevo Reino Egipcio en época de Ramsés III, siendo el único gran estado que sobreviviría a la que teniendo en cuenta la época es la mayor crisis demográfica de la historia. 

A pesar de que los Pueblos del Mar son una incógnita, hay algunos datos sobre ellos que pueden arrojar luz al asunto sobre cómo lograron unos nómadas harapientos hacer caer a las mayores civilizaciones del mundo en ese momento. Lo primero es que las Civilizaciones del Bronce Final estaban ya en un periodo de hambruna y crisis interna, motivo más que suficiente para debilitar a cualquier estado. Luego es sabido que más allá del durísimo clima de la época este periodo tuvo una intensa actividad sísmica que ocasionó terremotos en todo el territorio afectado por la migración. Se especula por último que la hambruna, junto con el duro clima y la despoblación de las ciudades y enclaves importantes hasta entonces, contribuyó bastante al fin de las civilizaciones del lugar, dejando a las ciudades expuestas y con escasa protección frente a invasores. 

El modo de combatir también resultó determinante. Hasta entonces la guerra en general giraba en torno a los Carros de Combate, que eran muy costosos y presentaban una debilidad muy concreta pero que los invasores podían aprovechar, y es que la movilidad era reducida, sobre todo a la hora de realizar giros. Los Pueblos del Mar combatían como una infantería de corredores que al rodear a los carros anulaba toda posibilidad de respuesta. La perdida de un carro era, además, un desastre en términos económicos debido al coste que suponía criar, mantener y entrenar a los caballos. Otra razón de peso es que los Pueblos del Mar, como su nombre indica, usaban mucho los barcos como medio, haciendo que los carros no fuesen útiles para nada. 

Egipto, que fue la región menos afectada por el clima y los terremotos, pudo repeler varias veces las invasiones y vencer a los Pueblos del Mar en la Batalla de Djahy y en la Batalla del Delta. Pero no todo fue de color rosa, el Imperio Nuevo tuvo que renunciar a grandes extensiones de terreno como el propio levante mediterráneo. Los Pueblos del Mar aparecen por cierto en las fuentes anteriores a Ramsés III como mercenarios que a veces servían en uno u otro ejército de las civilizaciones cercanas. 

La legendaria escena representada en los muros de Medinet Habu expone, desde la perspectiva de Ramsés III, como fue la Batalla del Delta. Puede verse que los Pueblos del Mar son una oleada masiva de enemigos que llega en barcos arriba a la izquierda, mientras que frente a ellos, a la derecha, aparece el propio Ramsés III. Según se expone en este enfrentamiento fue de vital importancia el uso del arco para frenar a los Pueblos del Mar, por lo que se entiende que los egipcios les esperaron y recibieron con devastadoras lluvias de flechas. Siendo honestos es difícil no ser fan de Ramsés III, que declaró sobre los Pueblos del Mar "Sus corazones y almas están acabadas para siempre jamás". Chad.


Viéndolo todo en conjunto hay muchas similitudes con la Caída de Roma, ¿no creen? Tenemos una época de hambrunas, sequía, clima insufrible, desastres naturales, luchas internas y oleadas invasoras que se asientan en los pueblos nativos. Además en ambos casos hay una diferencia que hace que los invasores tengan la ventaja frente a los autóctonos, en el caso de los Pueblos del Mar fue la movilidad que tenía su veloz infantería, pero en Roma fue al contrario, las Legiones quedaron obsoletas frente a la cada vez más predominante Caballería, como pudo verse en conflictos como la desastrosa Batalla de Adrianópolis frente a los Visigodos. La diferencia más notoria es que el Bronce Final fue un proceso mucho más rápido y vertiginoso, pero esto es lógico teniendo en cuenta que estructuras como el Imperio Hitita y el Imperio Romano no son en absoluto comparables en cuanto a resistencia a los embates de las eras. De todos modos el Sindrome de Ricimero lo vuelve a hacer, y mostrando el mismo Modus Operandi, dos pueblos de características totalmente distintas acaban colisionando en un territorio en el que uno es invasor y el otro invadido, siendo el resultado la desaparición o reducción casi total de uno de los dos. En este caso hay de los dos tipos, pues Hattusa y el Mundo Micénico fueron destruidos y cayeron definitivamente, pero Egipto consiguió repeler a los invasores y evitar su llegada al Valle del Nilo. 

Recuerdo que autores como Toynbee sostenían que una Sociedad o Civilización siempre llegaba a su fin desde el interior o por destrucción, pero rara vez por causas naturales. Si bien yo sí que considero que las causas naturales tienen relevancia, bien es cierto que la destrucción desde el interior es un factor clave cuando les hablo del Sindrome de Ricimer. Del mismo modo Toynbee proponía también que una Civilización entraba en crisis y estaba abocada al fracaso desde el momento en que ya no podía responder a los nuevos problemas que se le planteaban. Tiene coherencia con el resto de la teoría, ya que para los autores de esta línea las comunidades que forman civilizaciones y sociedades lo hacen con el fin de resolver problemas. Tainter, por ejemplo, sostenía algo muy parecido cuando planteaba que las sociedades entraban en declive cuando su capacidad cognitiva y su pensamiento abstracto para la resolución de problemas decaía, por lo que la innovación dejaba de ser un factor en esas sociedades y quedaban por tanto atrás. Personalmente considero que hay varios puntos en los que estos autores tienen razón, y es que en el momento en que una sociedad deja de ser creativa comienza una perdida intelectual en muchos aspectos y, por supuesto, la capacidad de respuesta a nuevos problemas es uno de ellos. 

Es relevante mencionar esto último porque el Sindrome de Ricimer es un problema al que las sociedades nunca han sabido responder, y en breve pondré más casos. Pero además de un problema es una dinámica demográfica recurrente con unas similitudes muy grandes a pesar de las diferencias temporales que existen entre los ejemplos que hemos visto y vamos a ver.  La incapacidad de todas las sociedades a través de la historia para responder a esto quizá sea porque realmente no algo a lo que se pueda responder, y eso lleva a otro factor determinante para entender como es el desarrollo y las fases que una sociedad termina atravesando. En efecto les hablo de las dinámicas demográficas como el Sindrome de Ricimer que, a estas alturas, implica además de una oleada migratoria una asimilación de dicha oleada migratoria en el territorio, un conflicto entre las partes implicadas en el mismo y por supuesto un momento previo de crisis generalizada y problemas internos. 

En realidad es muy simple de plantear. Es una larga línea de fichas de dominó que empieza afectando a unos determinados pueblos forzándolos a moverse hacia otro lugar y empujando en el proceso a otros grupos de población hacia un lugar que ya se encuentra en una situación problemática y a veces crítica. Tan recurrente es en la Historia de la Humanidad que me tomaré la libertad de exponer unos pocos casos más, pero no se preocupen, seré más breve que en los anteriores porque ya saben a lo que me refiero. 

El primero que me viene a la mente es la expansión de los mongoles (otra vez como con los hunos... alguien debería hablar sobre qué cojones pasa con la región de Asia Central, simplemente diabólico) hacia Occidente empujados por la necesidad de mantener su propio Imperio y ejército. Por el camino llevaron a cabo brutales saqueos y asedios como el que pusieron sobre Baghdad. 

El Asedio de Baghdad fue una de las más crueles campañas de la Historia. Los mongoles barrieron de la faz de la Tierra al Califato Abasí de Baghdad, cuya herencia se trasladó a Egipto. Este evento marcó el Fin de la Edad Dorada del Islam, no sin antes dejar en el camino según parece a cientos de miles de almas durante la batalla y el posterior saqueo de la ciudad que, como relatan las fuentes, pareció ser extremadamente cruel. 

El ejército de Hulagu Khan asediando Baghdad. Probablemente la noche más oscura del Islam en toda su Historia. La destrucción traída sobre la ciudad por los mongoles no tiene parangón, arrasaron por completo el Califato. Presten siempre atención a la Estepa de Eurasia, esa región tiene algo que la hace maligna. Primero los hunos y luego los mongoles. No deja de ser extraño que unos sujetos que en principio están menos desarrollados que sus enemigos logren derrotarlos tan fácilmente (Roma estaba muy por encima de los Hunos, y el Califato vivió la Era Dorada del Islam). Hay múltiples causas para ello, pero aún así nunca dejará de ser algo raro.


Les iba a hablar ahora de la segunda oleada de invasiones en Europa. Ya saben, la época de los vikingos y tal, pero realmente su impacto no fue tan grande y afecto principalmente al norte del continente y algunas zonas insulares como Inglaterra. En su lugar creo que es mucho más curioso ver los dos últimos ejemplos que voy a poner. 

Y es que el siguiente caso es muy importante de analizar también. ¿Nunca han pensado que la Colonización de América y el Pacífico es también lo que llamo un Síndrome de Ricimer? Porque así es, es un claro ejemplo de ello. 

Cuando comenzó la Colonización las civilizaciones de los nativos estaban sumergidas en disputas y luchas de poder, continuas crisis internas y una situación de inestabilidad bastante importante. Los españoles no tuvieron demasiadas dificultades para hacerse con el control de la zona debido a su muy superior tecnología. En este blog ya dijimos que no se respalda la teoría del genocidio porque la mayoría de muertes de indígenas fueron por las epidemias. Y eso es otro de los síntomas del Sindrome de Ricimer. En este caso no hubo una asimilación cultural porque los colonos impusieron su cultura y religión a los nativos, pero sí que existió una convivencia que hizo que los europeos trajesen sus enfermedades al nuevo mundo y haciendo que de forma indirecta muchos indígenas muriesen. Lo mismo pasaría después en el norte, con la diferencia de que los Franceses e Ingleses no tendrían tanta clemencia y limpiarían la zona con más violencia, aunque sin llegar al exterminio total y sistemático. Esta línea seguiría después Estados Unidos con su expansión hacia el oeste, que no es más que otro Síndrome de Ricimer dentro del que ya estamos comentando de la colonización. Al final ya sabemos como terminó la historia. Los Imperios Azteca e Inca cayeron, mientras que los nativos americanos del norte fueron diezmados por la actividad expansionista de los europeos y estadounidenses. Los Dioses fueron benévolos y quisieron que de todos modos sus culturas y legado perviviesen hasta hoy en la medida de lo posible. 

Lo mismo pasaría mucho más adelante con la expansión europea y colonización de África y Asia. El procedimiento tendría pocas diferencias. No obstante en lugar de pararme con eso voy a saltar ya a Tiempos más recientes. ¿Quién no recuerda las pretensiones expansionistas del Imperio del Japón y del Tercer Reich? ¿No son acaso las atrocidades llevadas a cabo por los alemanes y japoneses la viva imagen del Sindrome de Ricimero? Pura degeneración llevada a cabo por invasores, particularmente en el caso japonés en China y Manchuria. Hubo una convivencia entre los invasores y los invadidos, una terrible por cierto, que se saldó con la muerte de millones de personas de las formas más crueles imaginables. Los japoneses siempre han tenido un impulso bárbaro y beligerante muy intenso, les diría que incluso más que los alemanes, aunque estos últimos intentan dominar el mundo cada 50 años y los nipones ahora son ligeramente distintos a los de entonces. A esas alturas lo que impulsaba las invasiones y ocupaciones de territorios era la ambición desmedida de los líderes invasores, pero no puede descartarse cierto interés demográfico, el Lebensraum alemán es un concepto más o menos así, aunque los llevó a sitios tan extraños como el norte de África. Je, Alemanes en el norte de África, ¿Puedes cree- oh, qué cosas eh... A los Dioses les gusta cerrar las líneas que se quedan abiertas.

¿Saben algo más extraño que los alemanes del norte de África? Exacto, australianos en el Líbano


Los últimos ejemplos que les ofrezco son actuales. Sí, después de este largo viaje a través de las páginas de la historia hemos llegado a la actualidad. Si has leído hasta aquí enhorabuena eres un hacha basado rojopastillado no se qué no se cuánto. Así que venga, prosigamos. 

¿Os acordáis de la Primavera Árabe? Me imagino que sí, porque fue hace nada y menos y todavía tiene vida en este mismo momento. Los inicios de la pasada década fueron convulsos en el mundo árabe, pero lo que sería peor es el Invierno Árabe que la siguió y la Segunda Primavera, esa que esta pasando... ahora mismo. Los últimos 10 años han sido una catástrofe para el mundo árabe, que de regalito se lleva también la pandemia en plena crisis social además de las guerras civiles, protestas masivas, asesinatos, atentados, crisis económica, desempleo, hambrunas y crisis energética. Casi nada, Flashbacks de Roma, Hattusa y el Mundo Micénico. La ya de por sí convulsa situación interna se alimenta por intereses y presiones del extranjero, que es lo único que necesitaba el mundo árabe para tener todos los síntomas de nuestro Síndrome. Bueno, a decir Verdad, el mundo árabe tiene ya a su propio Ricimer en forma de la presión de Tel Aviv y su expansión. Pregúntenle a los Palestinos. Pueblo que por cierto por origen se remonta a los Pueblos del Mar (Los Palestinos provienen de los Peleset que nombraba Ramsés III en Medinet Habu, piensen siempre en De Rerum Numericae y la evolución del lenguaje), aquellos invasores corredores en barca que ocuparon el levante en los Tiempos de las tribus de Israel. ¿A quién pertenece entonces esa tierra al final? Las vueltas que da la vida, eh. Insisto, a los Dioses les gusta cerrar las líneas que se quedan abiertas. 

Y finalmente el último Síndrome de Ricimer, y el que más afecta a la mayoría de lectores que tendrá esto, el Síndrome de Ricimer que padece Occidente como entidad geopolítica. Está pasando ahora mismo, pero se lleva arrastrando desde la Gen X. Europa, Norteamérica y los cuatro tontos de Oceanía (Australia y Nueva Zelanda) llevan varias décadas con todos los síntomas del Síndrome, véase pobreza, desempleo, crisis económica, degeneración a todos los niveles (sobre todo moral), perdida de identidad, rechazo a la cultura e historia propia, luchas internas y crisis social, y por último un flujo demográfico extremadamente conflictivo en forma de radicalismos como el Islam, que se manifiesta en forma de terrorismo consecuencia directa por cierto de la Primavera Árabe y su propio Síndrome que en realidad es provocado por presiones de élites globalistas occidentales. Es... complicado. 

Bueno, volviendo al tema, la dinámica de la población en occidente es recurrente: una población envejecida y unas nuevas generaciones envueltas en un caos socioeconómico producido por la globalización y su cultura de la incertidumbre. Como conjunto Occidente lastra graves problemas desde hace mucho, siendo los más destacables la pésima forma de plantear la educación y la inefectiva aplicación de la Justicia algunos factores de deterioro muy serios. Además de esto, está pasando por una fase de agotamiento del modelo capitalista que avanza a una tierra de nadie. 

Les dejo este gráfico porque a pesar de abarcar un periodo bastante amplio, lo hace de una forma sencilla y precisa. Cada punto representa un conflicto, y naturalmente los más grandes son los que mayor incidencia tienen en las líneas. Si analizan mucho estas estadísticas se encontrarán con muchos datos muy interesantes, pero tendrán que hacerlo ustedes porque yo no puedo pararme a ello debido a que es una inmensa cantidad de información. Quizá en otro momento vuelva a traerlo para hablar de él con más detalle.


Antes mencioné a Toynbee y no es algo casual. Si bien su teoría cíclica de las civilizaciones propone como suelen terminar las sociedades, él mantenía que no siempre debía ser así y que la civilización moderna actual podría resistir la tendencia del declive y la desaparición. En esto es en lo que no coincido con su planteamiento, porque generalmente cuando una sociedad o civilización padece el Síndrome de Ricimer es porque está por llegar a su fin, y eso incluye al actual conjunto que conocemos como Occidente. 

Estamos en periodo de crecimiento de Oriente y de retroceso para Occidente, que además está perdiendo su propia guerra cultural consigo mismo y con el mundo oriental, pero de eso ya hablaré otro día. Lo importante aquí es el Síndrome de Ricimer, que se erige como la enfermedad terminal de muchas grandes civilizaciones hasta nuestros días. Existe un rayo de esperanza y es que aunque todas las sociedades afectadas por él desaparecen, no todas tienen por qué padecerlo. Tal vez sea demasiado tarde para Occidente, aunque al ser un conjunto tan grande y heterogéneo quizá la última palabra aún no se haya dicho y exista una posibilidad de redimirse, aunque sea remota. A unas malas el fin de una civilización suele suponer la aparición de otra con el paso del Tiempo, o la transformación de la anterior en una adaptada a los nuevos Tiempos que le toque vivir (Roma hizo esto pasando a ser Bizancio, y los bizantinos se consideraron romanos hasta el último de sus días). 

Estoy seguro de que los asiduos al blog recuerdan El Espíritu de Detroit y El Troyano. Particularmente ese último artículo es el que mejor se relaciona con este, siendo un enlace evidente y una alusión prácticamente clara a la misma cuestión: la transformación. Pero no debe olvidarse la vigencia que siguen teniendo muchas de mis palabras cuando hablé de la Desindustrialización que, si siguen la idea, puede considerarse una de las fichas de dominó del Síndrome de Ricimer. Produce pobreza, produce tensión social, produce crisis ideológica, produce cambios devastadores... Da el perfil, desde luego. 

A modo de conclusión puedo decirles que el Síndrome de Ricimer es el enemigo desde el interior que proviene desde el exterior. Es una nebulosa de problemas a los que determinados actores dan la puntilla para hacer caer un castillo, sea de arena o de acero, porque toda roca puede ser erosionada. Es la situación límite a la que llega una sociedad que se ha quedado sin ideas, sin recursos, que está completamente agotada y de la que solo quedan los vestigios de un pasado mejor. Habrá quienes quieran ver en este concepto un tinte de racismo, pero el que piense tal cosa o bien no ha entendido absolutamente nada o es directamente subnormal. Hay flujos migratorios y oleadas demográficas a las que ninguna civilización o sociedad puede sobrevivir o con la que pueda coexistir, guste más o guste menos. Siempre ha sido así, siempre lo será. El conflicto es lo que mueve el mundo. Muchos piensan que el dinero y la economía son el motor de la historia, pero la sangre es la gasolina de la que dicho motor se alimenta. Las civilizaciones, como las novelas, tienen un planteamiento, un nudo, y un desenlace. Y al igual que las novelas ninguna dura por siempre, solo su legado puede lograr tal cosa, así como el buen libro que siempre recuerdas en tu memoria. A veces, por desgracia, ni siquiera eso es posible, pero es en pocos casos. 

Hasta aquí hemos llegado. Cuídense, pues están viviendo un Síndrome de Ricimer y solo yo puedo salvarles. Hasta la próxima, mortales. 

"Destrucción", Thomas Cole.


Les dejo contenido e información aquí por si están interesados. Les servirá para complementar lo que les he escrito. 

-Sobre Roma: The History of the Decline and Fall of the Roman Empire, obra de Edward Gibbon que es un Must Read para los interesados en esa temática. 

-Sobre la Caída de Roma, Ricimer y por qué este es la peor persona que ha existido tenéis este divertido vídeo de la serie Unbiased History, sin duda Dovah es un apasionado de la Historia Romana.

-Sobre Xiongnu y la Dinastía Han: Shiji, también conocido como los Recuerdos del Gran Historiador, una gran obra y fuende escrita por Sima Qian. 

-Acerca de los Pueblos del Mar y el Bronce Final os dejo este video de Historia Civilis, uno de los mejores canales de Historia que existen. Con fuentes variadas y citadas en la descripción, explica perfectamente lo que yo les he resumido en esta entrada. 

-Teoría Cíclica del desarrollo de las Civilizaciones: A Study of History, de Toynbee. Muy importante para entender que es el Síndrome de Ricimer. 

-Crisis de la Civilización Occidental: La Decadencia de Occidente, de Oswald Spengler. Ya desde una época temprana se hablaba de una decadencia occidental, pero además Spengler propone otra línea con respecto a las civilizaciones que sí se asemeja más a lo que yo planteo. 

-Acerca del Colapso de las Sociedad: The Collapse of Complex Societies, de Joseph A. Tainter. En esta obra propone la teoría del agotamiento de una sociedad cuando ésta deja de poder responder a los problemas que se le plantean. 



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