jueves, 1 de noviembre de 2018

Omnium Sanctorum

Muertos, pero no olvidados

Preliatore celebra hoy uno de sus pocos días señalados, el de Todos los Santos. Cada época presenta unas cualidades y características propias que pueden o no repetirse, procesos históricos que pueden o no reaparecer en el futuro, hasta códigos y patrones persistentes a través de los siglos. Pero si hay algo que nunca se repite o repetirá es las personas que tienen que vivirla. Alejados de la Inmortalidad que muchos de ellos anhelan y otros tantos temen, los humanos son seres limitados, finitos y contingentes que solo poseen una vida, adscrita a un momento y una época determinados en el inmenso marco de la Historia y la Creación. En este Universo su presencia es insignificante, minúscula y reemplazable; es materia consciente, pero materia al fin y al cabo. Una materia que lejos de desaparecer en el momento de la muerte se transforma, cambia y se perpetua a través del cosmos. Vuelve a la Tierra de la que proviene. 

La Consciencia sigue otro camino pero no logra tener la permanencia física de la Materia. Nacen y mueren personas a cada segundo que pasa. El Orden Natural de las Cosas nunca se ve alterado y prosigue a través del Tiempo como el agua de los ríos a través de su cauce. Aún así, puede que al morir alguien deje este mundo, pero no hace lo mismo su legado y tampoco su recuerdo. Es esto lo que, tras haber pasado a mejor vida, puede mantener con vida a un difunto. Elegir entre el Olvido y la Memoria es aún así algo muy difícil. No solo basta con ser recordado, porque me imagino que a nadie le gustaría ser recordado por algo malo... aunque bueno, hay gente para todo. El Legado y el Recuerdo de una persona, si esta quiere seguir viva aún tras la Muerte, debe ser siempre mucho más positivo que negativo. Es imposible que alguien no tenga sus malos aspectos, así que de tenerlos, no deben nunca ser aquello por lo que se le recuerda. 

Cada año tengo una costumbre en este mismo día. Consiste en llevar siete crisantemos al cementerio y ponerlos en siete tumbas, nichos o sepulcros diferentes. El Respeto ante alguien ya fallecido ha de ser siempre lo primero, y su memoria respira con este pequeño presente. Noviembre es el Agosto de las floristerías, pero no debería serlo. Servidor frecuenta los camposantos y cementerios una vez al mes a modo de visita sin buscar a nadie en particular. Desde la fría atalaya de la Inmortalidad, la Muerte se convierte en un proceso más, sin mayor trascendencia que el resto, y por esto mismo, servidor que en toda su existencia a través de la infinidad temporal ha visto a muchos caer considera que se les debe mostrar un respeto no solo en una o dos fechas señaladas. Sé que en el fondo cualquier consideración cae siempre en saco roto, pero la próxima vez que vayan al cementerio piensen que donde antes había inscripciones, placas y mármol antes había personas. Personas que en algunos casos merecen una muestra de recuerdo y que en otros, no podemos decir que no, están mejor en la tumba. Ante todo, yo siempre considero las cosas tal y como son, y quién en vida fue malvado, en tumba debe ser olvidado. Proverbio Preliatórico, guardadlo, que sé que os ha gustado. 

El Legado que alguien deja es por su parte la herencia material o intangible que persiste de forma más consistente. Alguien puede permanecer en este mundo después de muerto con algo tan simple como es un consejo que le diese a alguien mientras estuvo en vida y que la persona que lo recibiese lo recuerde aún tras haber fallecido aquel que lo contó.  Puede permanecer mediante un simple objeto que fuese de su propiedad y haya sido heredado o legado. Por una fotografía, un vídeo, una imagen y hasta por un escrito, un trabajo, una obra... Estas mismas palabras servirían de legado... Si yo feneciese alguna vez de forma permanente, pero para desgracia de mis enemigos y gusto de mis rivales eso nunca sucederá a menos que se de fuerza mayor. 

Pensad que cualquier cosa que hagáis puede acabar siendo vuestro legado, vuestro rastro en este mundo una vez que lo hayáis dejado. Pensad pues bien lo que hacéis en vida por minúsculo y pequeño que os parezca. Cualquier gesto, cualquier palabra, cualquier acto, puede ser aquello por lo que alguien o algo os recuerde. Dicho esto, quizá deberías pensar mucho mejor las cosas antes de actuar y no actuar y después pensar sobre qué habéis hecho o no. Vuestros ancestros, tan vivos como vosotros mismos en el más allá o como quieran verlo y sobre todo en aquello que recordéis de ellos en vuestro presente, seguro esperan que su vida no caiga en el olvido. Recordar es volver a vivir. La propia palabra nos lo dice en su origen, aunque deduzco que muchos de vosotros no habéis pasado por la etimología de nuestra lengua en efecto ya os dije que “Cor” era corazón. El resto es historia. 

Hoy, en el Día de Todos los Santos, Preliatore muestra sus respetos a aquellos que le han dejado en todas y cada una de sus muchas vidas. Les ruego hagan lo mismo y con mayor razón pues ustedes solo tienen una para ello. Que esta pequeña entrada, cargada de una cierta melancolía empañada por mis mil vivencias y pensamientos, sea recibida también por los Dioses Inmortales y por Todos los Santos dondequiera que estén. 

Requiem Aeternam Dona Eis, Domine, Et Lux Perpetua Luceat Eis. Requiescant In Pace. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario