¿Qué es lo más importante en esta vida? Es la pregunta que sirve como raíz de este escrito. Llevo unas semanas viendo como algunas personas han dejado clara sus intenciones de futuro, pero también llevo años viendo como otras tantas han dejado claras sus prioridades vitales. Sí, de eso va la Cosa, de Prioridades. Por supuesto, más allá de lo personal que son como tales estas “Prioridades” algunas son más lógicas y válidas que otras. Es a esto a lo que vamos aquí, ¿Qué es más importante de entre aquello que uno puede considerar como vital?
Vamos a ser sinceros y objetivos. Sé que vosotros eso de ser objetivos seguramente no lo llevéis muy bien por vuestra condición de humanos insignificantes, pero haced un esfuerzo. Lo más importante en esta vida es el Dinero, porque sin él no se puede vivir. El que diga lo contrario no comprende como funciona el sistema en el que habita. Vamos, lo que en pocas palabras viene siendo un estúpido. Ahora bien, ¿debería ser así? Claramente no, de ninguna manera. Pero es así y hay que joderse.
Como es natural servidor no considera que el dinero sea lo más importante ni lo más prioritario, pero debido a como funciona el mundo es a todos los efectos una de las más básicas sino la que más conditio sine qua non para poder tener una vida estable. Sí, una vida en general. Del dinero depende la alimentación, la vivienda, las relaciones interpersonales, la salud y la estabilidad de un sujeto en las sociedades contemporáneas, independientemente de la ideología o forma del gobierno. Si hay dinero, el país irá bien, si no lo hay, el país irá mal. Esto último no es estrictamente así, pero se entiende lo que quiero decir a la perfección. Así que podemos decir que el Dinero, si bien no es lo más importante como tal, está obligado a figurar como uno de los pilares de la vida, sobre todo en lo que es el sistema urbano.
He descartado, sorprendentemente, al Dinero como lo más importante. Ahora irremediablemente vamos con lo segundo que suele aparecer con mucha frecuencia entre las prioridades de la gente, el Amor. La que le va a caer no es ni medio normal, porque de entre las prioridades humanas es sin duda la peor con diferencia por como es interpretada.
No os voy a mentir, el amor nunca ha sido lo mío, soy un auténtico negado para eso de las relaciones y sobre todo el proceso de tenerlas o lo que comúnmente se denomina como “ligar”. Algo tenía que haber que se le diese mal a un genio de mis características. Pese a esto he llegado a ver todo tipo de relaciones a lo largo de mi vida que compensan esa carencia de servidor. Siempre he sido demasiado analítico con el entorno y sus partes, incluyendo a las personas y sus relaciones, por lo que siempre he podido sacar conclusiones bastante acertadas a pesar de no haberlas vivido en primera persona. Esto último implica de por sí que he estado más atinado que el resto, porque para vivir lo que han vivido algunos, mejor no haber vivido. Qué poético.
El amor es una de las salidas más comunes que tienen los humanos de sentirse plenos. El problema, bueno no, los problemas que esto presenta son muchos, tantos que si uno lo piensa fríamente no es nada rentable. En primer lugar no es algo que dependa de uno mismo, ya que también influye la otra (u otras, que cada vez hay más tipos de relación) parte implicada. En el momento en que algo deja de depender de uno mismo y pasa a depender de otra persona deja de ser personal, y si tu felicidad se basa en ello entonces es que tu felicidad no es algo que dependa de ti, es decir, no vas a poder ser feliz por ti mismo, siempre vas a depender de alguien más, por lo que más que un aporte a la felicidad de una persona puede y acabará convirtiéndose en una barrera para lograrla.
También hay que hablar del factor Tiempo. El amor acaba pudriéndose a la larga y puede que la rutina sea su principal asesino, pero sus cómplices son sin lugar a dudas la convivencia y la naturaleza temporal e interesada de todas las relaciones interpersonales. Esto no es una opinión, es un hecho. El amor no entiende de estadística pero la estadística sí que entiende de amor, y rara es la relación que llega a ser duradera, y mucho menos permanente. A la larga siempre acaban apareciendo las míticas “diferencias irreconciliables”
En caso de superar la barrera temporal siempre existirá una barrera que será mucho más difícil de superar. Se trata de los problemas, en general. Cualquier cosa puede ser motivo de una discusión y cualquier problema el motivo de un forzoso desenlace. La variedad de problemas es tan grande que resulta imposible cubrir cada uno de los agujeros y simplemente se acaban poniendo parches de cuestionable durabilidad. Uno puede tener mil problemas y arreglarlos en el momento, pero después de haberlo hecho el simple hecho de que hayan existido ya supone una carga, una pizca de fatiga más a una relación que probablemente ya se encuentre agobiada por la rutina.
En esto de las relaciones todos los finales son el mismo repetido. Si uno se para a pensar en algunos de los peores momentos de su vida encontrará en sus recuerdos casi con toda seguridad aquellos en los que se terminaba una relación, aquellos desengaños amorosos y aquella tristeza posterior a la relación. Hay una programación brutal en la mentalidad de la gente de que se debe tener pareja y que esta debe ser un pilar fundamental de la vida de alguien, lo cual es cuanto menos un insulto a la felicidad de alguien. Todo esto y mas nos lo dijo ya Contraperiodismo en su momento, resumiendo de forma bastante atinada que en la pareja está la base de la felicidad de una persona, y de su infelicidad añadió también.
Hay casos incluso de gente que oculta el hecho de que una pareja, una relación o el amor como tal es algo fundamental para ellos. No reconocen su debilidad y no pueden superarla, se avergüenzan de tener como uno de los cimientos de su vida algo como el amor y por ello no lo reconocen y no aceptan este hecho. Hay mucha más gente de la que parece que reúne estas características y trata de esconder la situación real.
Hay formas y formas de interpretar el amor muy variadas, unas mejores y otras peores, pero ninguna se libra de eso de otorgar una felicidad limitada por un marco temporal y que no depende de uno mismo. En el caso del Dinero puede decirse que uno lo busca porque con él puede lograr la felicidad, es la herramienta para ello, pero en lo amoroso sucede lo contrario, tu y la otra persona sois la herramienta que logra dar la felicidad a la otra parte, de modo que en un caso necesitas de una herramienta para ser feliz y en otro debes ceder a ser la herramienta para serlo. En realidad es penoso, se gane lo que se gane con ello, pero no soy yo quien pone las normas.
Yo creo que ya ha quedado más claro. El amor no es ni debe ser lo más importante. Pasa como con el dinero, uno puede tenerlo como prioridad, pero luego en el momento que no lo tienes todo son llantos. Además, es también importante gozar de una buena salud económica para que una relación tenga estabilidad, al final el dinero es lo que sostiene muchas veces todos los planes y proyectos de una relación, por lo que si me preguntan yo diría que entre estas dos cosas, dinero y amor, el dinero es mucho más importante, ya que es un componente clave para sustentar el amor. Si una pareja no tiene un duro, por mucho que se quieran, no podrán hacer nada de nada y por tanto no podrá sostenerse por mucho.
¿Pero entonces qué es lo más importante en esta vida? Por supuesto el dinero y el amor pueden ser algo muy importante en la vida de un individuo, pero se puede vivir sin ello, sobre todo sin lo segundo, que siempre resta mucha carga el no tener que estar pendiente de otra persona para sentirse lleno. Por desgracia la mayoría de los mortales, por miedo a la soledad y el vacío renuncian a ser felices por sí mismos y pasan a depender de una persona. Y por desgracia también vivir sin dinero es tan complicado como vivir en el desierto, pero ojo, se puede.
Ya he dejado claro alguna que otra vez que para mi la felicidad empieza y termina en uno mismo. Si una persona es capaz de sentirse feliz con lo que es y no con lo que tiene, entonces habrá alcanzado al fin ese grado de sabiduría y Poder que no he visto en casi nadie. La Realización Personal que tengo como estandarte es solo una de las formas de lograr esto, porque realmente está todo en la mente y la mentalidad. Uno no puede ser feliz si constantemente siente deseos, pulsiones, ansias y demás tonterías que acaban generando, en lugar de voluntad o ambición, estrés y ansiedad. No está mal eso de tener ilusión por algo, pero ya saben, Pedes in Terram, Visus ad Cælum.
Sin embargo uno puede ser feliz simplemente con el pensamiento. Pueden creer que es una tontería, pero de lo que tiene un sujeto, la Mente es lo más Poderoso y lo menos limitado. Por supuesto no he venido aquí a darles un discursito New Age en el que solo con dos o tres tonterías uno ya puede ser feliz. Para lograr esto uno tiene que estar desencantado con la vida misma y tener años de práctica y perfeccionamiento. A lo sumo, sé que solo uno de cada diez mil puede hacer esto, pero ese uno ya es el más Poderoso de entre todos los demás. Ser Imperturbable debería ser más sencillo, pero si fuera así no tendría gracia el lograrlo.
En el fondo todo es cuestión de “Prioridades”... Uno puede tener como prioridad el dinero para ser feliz y para todo lo demás. Otro puede creer que una vida sin amor no es vida. Y otro puede pensar que -y este tema no lo he tocado- una vida que no sea en sociedad es una que no merece la pena vivir. En esto último no he entrado porque me resulta hasta ridículo. Aunque bueno, toda dependencia es lamentable.
No tendría nada en contra de esto, de no ser porque pensé hace no mucho en algo que realmente está claro, pero para lo que uno debe ser muy introspectivo para darse cuenta. La mayoría de metas, ambiciones y deseos que tiene una persona no son propios, ni siquiera cuando esta cree que lo son. Es parte del funcionamiento de esta maquinaria, se trata de imposiciones sociales y culturales que, inconscientemente, penetran en la psique humana. Como es lógico, la persona siempre piensa que sus sueños y ambiciones son propias y naturales pero ¿cuanta gente sueña con lo mismo? ¿cuanta gente puede vivir sin dinero? ¿cuanta sin pareja? ¿no son las ambiciones de la gente siempre algo relacionado con ser rico, famoso o ambas cosas?
Sí, damas y caballeros, muchos de ustedes probablemente hayan tenido o tengan ese tipo de intenciones y piensen que son suyas, pero yo dudo que lo sean. Es uno de los muchos trucos del sistema para anular al individuo, le pone unas metas y límites que o bien no alcanzarán nunca o bien tendrán que esforzarse como pocos para conseguir, haciendo de esta manera que sean infelices y se encuentren tristes y agobiados. A veces situar el listón muy alto hace que no lo vayas a poder saltar. O que tengas que trabajar mucho para ello. Si recuerdan “Subir Montañas, Bajar Colinas”, aquella entrada de hace unos meses hablaba un poco de esto último. Esforzarte tanto para luego encontrarte el Vacío subsiguiente a la Gloria. La guinda definitiva al pastel de frustración que el sistema prepara a tu vida, muchacho o muchacha.
La única manera de esquivar todo esto es tener una gran fortaleza mental y espiritual. Mucha garra y mucha sangre. La idea es que siempre tengamos que estar en busca de algo o alguien en esta vida para así perpetuar la cadena de transmisión del primitivo sistema de explotación de la granja humana. No habría nada malo en esto si se hiciese bajo otros términos, pero de la forma en la que se ha implantado es legítimo considerarlo un insulto.
En base a estas Prioridades, conseguir algo reporta al final más pesares que beneficios. No me extenderé más, prometí entrada corta. Piensen en ello, como siempre. Volveré a este tema, lo prometo.
Hasta la próxima, infelices mortales.
No os voy a mentir, el amor nunca ha sido lo mío, soy un auténtico negado para eso de las relaciones y sobre todo el proceso de tenerlas o lo que comúnmente se denomina como “ligar”. Algo tenía que haber que se le diese mal a un genio de mis características. Pese a esto he llegado a ver todo tipo de relaciones a lo largo de mi vida que compensan esa carencia de servidor. Siempre he sido demasiado analítico con el entorno y sus partes, incluyendo a las personas y sus relaciones, por lo que siempre he podido sacar conclusiones bastante acertadas a pesar de no haberlas vivido en primera persona. Esto último implica de por sí que he estado más atinado que el resto, porque para vivir lo que han vivido algunos, mejor no haber vivido. Qué poético.
El amor es una de las salidas más comunes que tienen los humanos de sentirse plenos. El problema, bueno no, los problemas que esto presenta son muchos, tantos que si uno lo piensa fríamente no es nada rentable. En primer lugar no es algo que dependa de uno mismo, ya que también influye la otra (u otras, que cada vez hay más tipos de relación) parte implicada. En el momento en que algo deja de depender de uno mismo y pasa a depender de otra persona deja de ser personal, y si tu felicidad se basa en ello entonces es que tu felicidad no es algo que dependa de ti, es decir, no vas a poder ser feliz por ti mismo, siempre vas a depender de alguien más, por lo que más que un aporte a la felicidad de una persona puede y acabará convirtiéndose en una barrera para lograrla.
También hay que hablar del factor Tiempo. El amor acaba pudriéndose a la larga y puede que la rutina sea su principal asesino, pero sus cómplices son sin lugar a dudas la convivencia y la naturaleza temporal e interesada de todas las relaciones interpersonales. Esto no es una opinión, es un hecho. El amor no entiende de estadística pero la estadística sí que entiende de amor, y rara es la relación que llega a ser duradera, y mucho menos permanente. A la larga siempre acaban apareciendo las míticas “diferencias irreconciliables”
En caso de superar la barrera temporal siempre existirá una barrera que será mucho más difícil de superar. Se trata de los problemas, en general. Cualquier cosa puede ser motivo de una discusión y cualquier problema el motivo de un forzoso desenlace. La variedad de problemas es tan grande que resulta imposible cubrir cada uno de los agujeros y simplemente se acaban poniendo parches de cuestionable durabilidad. Uno puede tener mil problemas y arreglarlos en el momento, pero después de haberlo hecho el simple hecho de que hayan existido ya supone una carga, una pizca de fatiga más a una relación que probablemente ya se encuentre agobiada por la rutina.
En esto de las relaciones todos los finales son el mismo repetido. Si uno se para a pensar en algunos de los peores momentos de su vida encontrará en sus recuerdos casi con toda seguridad aquellos en los que se terminaba una relación, aquellos desengaños amorosos y aquella tristeza posterior a la relación. Hay una programación brutal en la mentalidad de la gente de que se debe tener pareja y que esta debe ser un pilar fundamental de la vida de alguien, lo cual es cuanto menos un insulto a la felicidad de alguien. Todo esto y mas nos lo dijo ya Contraperiodismo en su momento, resumiendo de forma bastante atinada que en la pareja está la base de la felicidad de una persona, y de su infelicidad añadió también.
Hay casos incluso de gente que oculta el hecho de que una pareja, una relación o el amor como tal es algo fundamental para ellos. No reconocen su debilidad y no pueden superarla, se avergüenzan de tener como uno de los cimientos de su vida algo como el amor y por ello no lo reconocen y no aceptan este hecho. Hay mucha más gente de la que parece que reúne estas características y trata de esconder la situación real.
Hay formas y formas de interpretar el amor muy variadas, unas mejores y otras peores, pero ninguna se libra de eso de otorgar una felicidad limitada por un marco temporal y que no depende de uno mismo. En el caso del Dinero puede decirse que uno lo busca porque con él puede lograr la felicidad, es la herramienta para ello, pero en lo amoroso sucede lo contrario, tu y la otra persona sois la herramienta que logra dar la felicidad a la otra parte, de modo que en un caso necesitas de una herramienta para ser feliz y en otro debes ceder a ser la herramienta para serlo. En realidad es penoso, se gane lo que se gane con ello, pero no soy yo quien pone las normas.
Yo creo que ya ha quedado más claro. El amor no es ni debe ser lo más importante. Pasa como con el dinero, uno puede tenerlo como prioridad, pero luego en el momento que no lo tienes todo son llantos. Además, es también importante gozar de una buena salud económica para que una relación tenga estabilidad, al final el dinero es lo que sostiene muchas veces todos los planes y proyectos de una relación, por lo que si me preguntan yo diría que entre estas dos cosas, dinero y amor, el dinero es mucho más importante, ya que es un componente clave para sustentar el amor. Si una pareja no tiene un duro, por mucho que se quieran, no podrán hacer nada de nada y por tanto no podrá sostenerse por mucho.
¿Pero entonces qué es lo más importante en esta vida? Por supuesto el dinero y el amor pueden ser algo muy importante en la vida de un individuo, pero se puede vivir sin ello, sobre todo sin lo segundo, que siempre resta mucha carga el no tener que estar pendiente de otra persona para sentirse lleno. Por desgracia la mayoría de los mortales, por miedo a la soledad y el vacío renuncian a ser felices por sí mismos y pasan a depender de una persona. Y por desgracia también vivir sin dinero es tan complicado como vivir en el desierto, pero ojo, se puede.
Ya he dejado claro alguna que otra vez que para mi la felicidad empieza y termina en uno mismo. Si una persona es capaz de sentirse feliz con lo que es y no con lo que tiene, entonces habrá alcanzado al fin ese grado de sabiduría y Poder que no he visto en casi nadie. La Realización Personal que tengo como estandarte es solo una de las formas de lograr esto, porque realmente está todo en la mente y la mentalidad. Uno no puede ser feliz si constantemente siente deseos, pulsiones, ansias y demás tonterías que acaban generando, en lugar de voluntad o ambición, estrés y ansiedad. No está mal eso de tener ilusión por algo, pero ya saben, Pedes in Terram, Visus ad Cælum.
Sin embargo uno puede ser feliz simplemente con el pensamiento. Pueden creer que es una tontería, pero de lo que tiene un sujeto, la Mente es lo más Poderoso y lo menos limitado. Por supuesto no he venido aquí a darles un discursito New Age en el que solo con dos o tres tonterías uno ya puede ser feliz. Para lograr esto uno tiene que estar desencantado con la vida misma y tener años de práctica y perfeccionamiento. A lo sumo, sé que solo uno de cada diez mil puede hacer esto, pero ese uno ya es el más Poderoso de entre todos los demás. Ser Imperturbable debería ser más sencillo, pero si fuera así no tendría gracia el lograrlo.
En el fondo todo es cuestión de “Prioridades”... Uno puede tener como prioridad el dinero para ser feliz y para todo lo demás. Otro puede creer que una vida sin amor no es vida. Y otro puede pensar que -y este tema no lo he tocado- una vida que no sea en sociedad es una que no merece la pena vivir. En esto último no he entrado porque me resulta hasta ridículo. Aunque bueno, toda dependencia es lamentable.
No tendría nada en contra de esto, de no ser porque pensé hace no mucho en algo que realmente está claro, pero para lo que uno debe ser muy introspectivo para darse cuenta. La mayoría de metas, ambiciones y deseos que tiene una persona no son propios, ni siquiera cuando esta cree que lo son. Es parte del funcionamiento de esta maquinaria, se trata de imposiciones sociales y culturales que, inconscientemente, penetran en la psique humana. Como es lógico, la persona siempre piensa que sus sueños y ambiciones son propias y naturales pero ¿cuanta gente sueña con lo mismo? ¿cuanta gente puede vivir sin dinero? ¿cuanta sin pareja? ¿no son las ambiciones de la gente siempre algo relacionado con ser rico, famoso o ambas cosas?
Sí, damas y caballeros, muchos de ustedes probablemente hayan tenido o tengan ese tipo de intenciones y piensen que son suyas, pero yo dudo que lo sean. Es uno de los muchos trucos del sistema para anular al individuo, le pone unas metas y límites que o bien no alcanzarán nunca o bien tendrán que esforzarse como pocos para conseguir, haciendo de esta manera que sean infelices y se encuentren tristes y agobiados. A veces situar el listón muy alto hace que no lo vayas a poder saltar. O que tengas que trabajar mucho para ello. Si recuerdan “Subir Montañas, Bajar Colinas”, aquella entrada de hace unos meses hablaba un poco de esto último. Esforzarte tanto para luego encontrarte el Vacío subsiguiente a la Gloria. La guinda definitiva al pastel de frustración que el sistema prepara a tu vida, muchacho o muchacha.
La única manera de esquivar todo esto es tener una gran fortaleza mental y espiritual. Mucha garra y mucha sangre. La idea es que siempre tengamos que estar en busca de algo o alguien en esta vida para así perpetuar la cadena de transmisión del primitivo sistema de explotación de la granja humana. No habría nada malo en esto si se hiciese bajo otros términos, pero de la forma en la que se ha implantado es legítimo considerarlo un insulto.
En base a estas Prioridades, conseguir algo reporta al final más pesares que beneficios. No me extenderé más, prometí entrada corta. Piensen en ello, como siempre. Volveré a este tema, lo prometo.
Hasta la próxima, infelices mortales.
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